Si bien el iPhone 8 es en realidad un iPhone 7S en todo menos el nombre, el salto de número en todos los nuevos modelos de este año significaría que falta el iPhone 9.
Por este año al menos la típica S ha desaparecido. Si se tiene en cuenta que Samsung lanzó este año el Galaxy S8 y en agosto el Note 8, saltar por encima de esos modelos parece un buen truco de marketing de Apple con sus modelos de este año.
Llamar al nuevo teléfono iPhone X ayuda a la compañía a posicionar el modelo por encima de un iPhone 8 regular sin llamarlo explícitamente “iPhone 10,” porque mucha gente va a llamarlo equis y no 10. Apple sabe esto y solo usa el logo X en sus materiales promocionales. El trailer de presentación, sin embargo, lo llama 10.
Esta sutil diferencia deja en claro que es una edición especial del iPhone y no un iPhone 10 que va a hacer pensar a la gente que no están comprando el último modelo de iPhone si eligen el iPhone8.
Admitamos que el iPhone X es un dispositivo que la gente va a desear, pero que la mayoría va a comprar el 89 nada más que porque el X es demasiado caro.
Microsoft recurrió a un truco parecido cuando dio nombre al Windows 10. La empresa salteó el Windows 9 y fue directo al 10, pero lo hizo más que nada para invitar a que los usuarios del Windows 7 a que actualizaran el software. El truco le ayudó a promocionar las actualizaciones gratuitas.
El sutil recurso de Apple quiere decir que los nombres de los iPhones del año que viene se van a poner interesantes. ¿Veremos un iPhone 8S, o un iPhone 9 o un iPhone XS?