La demanda, que intenta bloquear la formación de un conglomerado del entretenimiento valuado en US$ 85.000 millones, prepara el escenario para uno de los más grandes casos de antimonopolio en décadas.
Un funcionario del Departamento de Justicio dijo el lunes que a la agencia le preocupa que la compañía resultante cobre tarifas muy altas para distribuir contenido de Time Warner, algo que daría una injusta ventaja a DirecTV, que es propiedad de AT&T. Eso tendría un impacto negativo sobre los televidentes estadounidenses, dijo el vocero que prefiere el anonimato.
La decisión de la división antimonopólica del D. de Justicia es poco usual porque cuestiona una operación que combinaría dos tipos diferentes de compañías, una de telecomunicaciones con una de medios y entretenimientos. Rara vez ha ocurrido en el pasado que se intente frustar una operación de ese tipo.
También hay un riesgo político. Algunos legisladores demócratas han expresado preocupación de que los funcionarios antimonopólicos podrían querer bloquear la operación porque la CNN (que es propiedad de Time Warner) ha sido muy crítica de la administración Trump, una acusación que la Casa Blanca niega.
AT&T ha dicho que desea aprovechar el proceso legal para desenterrar las comunicaciones entre la Casa Blanca y los funcionarios antimonopólicos sobre el caso. Si se descubriera esa evidencia, dicen los analistas, AT&T plantearía que Trump abusó de su cargo para realizar una ataque político contra un actor privado.
Más allá de sus frecuentes críticas a la CNN, Trump ha dicho que la fusión concentraría el control de los medios en las manos de muy pocas firmas.
