sábado, 23 de noviembre de 2024

China, ¿potencia global o una crisis de deuda?

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Puede derivar en una catástrofe financiera que la obligue a décadas de ajustes.

La información es abrumadora: no hay rincón del planeta donde China no esté operando, aumentando su influencia y su poder. La retirada estadounidense que lidera Donald Trump, le deja campo libre. En teoría, su máximo dirigente, Xi Jinping es ahora el campeón del libre mercado y la globalización, aunque detrás de sí haya un partido autoritario, que antaño solía ser marxista.

El famoso “camino de la seda” como se bautizó la gran iniciativa china en materia de comercio e inversión externa, es un proyecto elefantiásico que involucra a 64 países y demandará una inversión de US$ un millón de millones.

Con enorme presencia en toda Asia y hasta la Mesopotamia y Medio Oriente, con una actividad incesante en toda Ãfrica. Como el principal (o el segundo) socio comercial de muchos países latinoamericanos.

Con intenciones de reemplazar a Estados Unidos como fuerza dominante en el sudeste asiático. Con amagos de abrir fisuras en la Unión Europea a través de sus amigos de los Balcanes.

Una actuación de superpotencia, con un despliegue inusitado de diplomacia, poder político, e ingentes aportes económicos. Como si fuera Estados Unidos de la postguerra.

Pero no es el caso. No tiene espaldas para encarar una especie de Plan Marshall. El enorme crecimiento económico chino es un modelo que nunca encontró el equilibrio. Con tamañas inversiones en el exterior se puede estar sembrando una catástrofe financiera para los próximos años.

Si como dicen los críticos, ello ocurriera, adiós al gran plan maestro para la superpotencia hegemónica dominante y regir el mundo.

En todo caso hay que admitir que en esta vocación imperial, Beijing encuentra muchas oportunidades que le brindan las convicciones aislacionistas de EE.UU, por lo menos durante todo el periodo Trump. Por eso el esfuerzo chino por estar a la vanguardia en tecnología y comercio.

Una posibilidad viable, dicen algunos. Como Napoleón, sin líneas de suministro, obligado a retirarse de Moscú en pleno invierno.

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