Para quien no esté familiarizado, blockchain es una base de datos electrónica para hacer transacciones encriptadas, que debe su actual notoriedad a que es utilizada por Bitcoin .
Lo revelador es que puede tener millares de aplicaciones, adentro y afuera del campo financiero. Hay algunos optimistas que aseguran que estamos en presencia de una nueva Internet. Lo único cierto hasta ahora es que esta “revolución” está dando sus primeros pasos.
Si se avanza en el camino imaginado podría ser la base de nuevos cimientos para una red computorizada, descentralizada, donde actuales gigantes como Facebook, Google o Amazon operarán en un entorno diferente y donde se les exigiría mayor responsabilidad. Para los que no ingresen a tiempo en el nuevo ámbito, el pronóstico es que pueden desaparecer.
La codicia por hacer fáciles y rápidas ganancias con las cripto divisas puede estar dando nacimiento a algo mucho más importante.
En esencia, blockchain – como lo define Wikipedia- es una cadena de bloques o cadena articulada, y es una base de datos distribuida, formada por cadenas de bloques diseñadas para evitar su modificación una vez que un dato ha sido publicado usando un sellado de tiempo confiable y enlazando a un bloque anterior.No hay forma de modificación o de revisión.
El usuario accede con una clave, a la que muchos definen como una integración del número de una cuenta bancaria, una dirección mail y el número de la seguridad social.
Lo más sorprendente es que el usuario ha realizado una operación totalmente segura, prescindiendo de los tradicionales actores intermediarios. Y lo más importante: nadie es dueño de esta plataforma. Basta con ingresar en ella con los recaudos que se exigen, y participar de esta comunidad democrática.
Lo que no hay que perder de vista es que, pese a todas sus promesas, blockchain es algo que todavía está en pañales.