jueves, 26 de diciembre de 2024

Los miembros del directorio deben ser activistas

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El directorio ideal está formado por personas que cuestionan las prácticas empresariales.

 Esa es la propuesta que hace Ira M. Millstein en su nuevo libro The Activist Director. Millstein viene insistiendo en esto desde hace 40 años. A finales de los años 70 el activismo de los accionistas comenzaba a manifestarse en las compras apalancadas y las tomas hostiles. Millstein queria que los directorios ejercieran cierta iniciativa para recuperar la competitividad de las empresas. En aquellos años asesoraba empresas y les aconsejaba ser agresivas.

Fue consultor externo del directorio de General Motors durante diez años desde 1985. Durante ese período GM perdía dinero y participación en el mercado. Sin embargo, el presidente y CEO Roger Smith, se negaba a tratar al directorio como algo más que una simple estampilla. Por otra parte, ése era el rol que se le asignaba en la mayoría de las grandes empresas. Desafiando el legendario mal carácter de Smith, Millstein ayudó a  los miembros del directorio a ponerse de pie y en cuanto aquel se jubiló, los instó a adoptar un rol más activo en el gobierno. Así participaron en el nombramiento de Robert Stempel como CEO y luego, a menos de dos años del nombramiento, a echarlo a él y a otros miembros de la alta gerencia cuando no se movían con la suficiente rapidez como para enderezar el barco.

El golpe de gracia gerencial que protagonizó el directorio de GM en 1992 fue decisivo para la carrera de Millstein. “La reorganización del directorio de GM tuvo un efecto dominó en las empresas norteamericanas. La reorganización que protagonizó no solo legitimó el concepto de un directorio activo, sino que muy pronto más de una docena de directorios de alto perfil le pidieron que les asesorara sobre prácticas de directorio.

Millstein asesoró al directorio de Westinghouse cuando echaron al CEO Paul Lego por manejar mal el colapso de su unidad de crédito.

Durante todo ese tiempo, trató de diseminar las experiencias que iba recogiendo. En 1994, el fondo de pensión CalPERS adoptó los 28 lineamientos que desarrolló Millein para GM, una especie de Carta Magna para directores, como una forma de calificar al gobierno de las empresas donde hacía inversiones.Sería bueno poder afirmar que sus esfuerzos han logrado transformar la forma de actuar de los directorios. Pero no es así, “Hoy”, dice Millstein, los directorios no manejan, solo supervisan.  Muchos so los directores que no se involucran; controlan que se cumpla con la ley y nada más. El futuro de la empresa , la estrategia, se la dejan a la gerencia. Eso debe cambiar”.

Y así, como el mito de Sísifo, Millstein vuelve a trepar la montaña con la piedra al hombro Sigue convencido de que los directorios son la clave para una empresa responsable y sustentable y también para las sin fines de lucro y los gobiernos.

“El futuro de nuestras empresas depende de que los directorios reconozcan el nuevo paisaje y se adapten”, dice en su nuevo libro.  

 

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