Los desarrolladores de apps, ajenos a Google, pueden leer los emails de millones de usuarios de Gmail, según informa hoy el Wall Street Journal. La configuración de acceso a Gmail permite a las compañías de datos y los desarrolladores de aplicaciones ver los emails de los usuarios y ver también detalles privados, como las direcciones de los destinatarios, la fecha del envío y los mensajes enteros. Y si bien esas apps necesitan recibir el consentimiento del usuario, la forma del consentimiento no es muy clara como para saber si son computadoras o seres humanos los que leen los mails.
Google manifiesta que sólo da los datos a desarrolladores aprobados y con el consentimiento explícito de los usuarios. El proceso de aprobación implica controlar si la identidad de la compañía está correctamente representada por su app y si los daos que la compañía está pidiendo tienen que ver con lo que hace. Algunos desarrolladores han solicitado acceso a Gmail pero no se les ha dado autorización. Sin embargo, Google no dice cuántas son.
Los empleados de Google también pueden leer los correos pero sólo en casos muy específicos en los que la compañía Google investiga virus o abusos.
Si bien no hay evidencia de que ningún tercero de estos desarrolladores de apps haya hecho mal uso de los datos, el sólo hecho de poder ver y leer emails privados parece que se haya cruzado la barrera de la privacidad.