lunes, 25 de noviembre de 2024

Todo mal con Amazon

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Cuanto más dominante es su posición, más se la ataca desde todos los ángulos.

Es la reina del comercio online, abarca cada vez más rubros y la gente compra cada vez más cosas en su portal. Pero se está convirtiendo en el villano de la película y su reputación es cada vez más oscura.

En el último Prime Day, que en realidad son los dos días y medio de compras más importantes en Estados Unidos, las redes sociales pedían a los usuarios que no compraran en el portal durante el evento.

En España y Polonia los empleados hicieron huelga el lunes para protestar por las condiciones de trabajo en los depósitos. El martes hicieron lo mismo en Alemania.

Paralelamente a esas protestas por remuneración y condiciones de trabajo, el CEO Jeff Bezos se convertía en el hombre más rico de los tiempos actuales con una fortuna neta que supera los US$ 150.000 millones.

Este problema no es nuevo, pero a medida que la empresa se agranda se multiplican las protestas de los empleados y Bezos aumenta su fortuna.

 

Uno de los primeros ataques que recibió la compañía se refería a la amenaza ue significa para los negocios pequeños. La sola mención de que Amazon entra a una nueva industria puede afectar la actividad de muchas Pymes. Los almacenes familiares mueren por millares en la era Amazon. Ante esta acusación la respuesta de la empresa es recordar que ayuda a millones de Pymes a llegar a millones de clientes en todo el mundo abriéndoles una vidriera virtual para que puedan vender.

Desde la izquierda, un movimiento online que se opone al presidente Trump está invitando a la gente a boicotear a Amazon hasta que la tienda prohiba productos provenientes de negocios relacionados con Trump y deje de publicar avisos de una página web de la derecha.

Trump también la atacó en repetidas oportunidades, diciendo que la compañía tiene un acuerdo desleal con el Servicio Postal de Estados Unidos. Endemoniado del tránsito y de la circulación de personas. A Seattle, la ciudad donde tiene su sede central , le dicen Seattle “Amageddon.”

Pero lo que más daño le causa a su imagen son las protestas de los trabajadores. Mientras se aplaude a la compañía por sus impresionantes beneficios, se escuchan innumerables historias sobre el brutal entorno de trabajo, en el que la gente llora en el escritorio por la tremenda presión que soporta.

En los depósitos los trabajadores protestan por las largas horas de trabajo y las condiciones. La vigilancia es constante y las metas son intensas. Incluso se dice que los empleados se privan de ir al baño para poder cumplir con la cuota de trabajo asignada.

Si bien Amazon no es la única compañía que recibe estas acusaciones, por su enorme visibilidad, y por la fortuna de su CEO, se ha convertido en el blanco de todas las críticas.

 

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