Curiosamente, desde enero hasta ahora y a pesar del tembladeral político, la libra esterlina figura entre las monedas con mejor desempeño del mundo frente al dólar.
Si bien no ha logrado recuperarse de su caída después del referéndum por el Brexit en junio de 2016, ganó terreno porque los traders calculan que ha pasado el peligro de un Brexit sin acuerdo. Dejar la Unión Europea sin un convenio que garantice acuerdos de transición era el peor de los escenarios que provocaría un daño de largo alcance a la economía británica.
Pero la semana pasada el Parlamento votó en contra de permitir una salida sin previo acuerdo. Pero ese optimismo comienza a desdibujarse. Tal como está la situación al día de hoy, Gran Bretaña abandonará la Unión Europea el 29 de marzo con o sin un acuerdo. La Primera Ministro Theresa May está pidiendo a la UE una prórroga del plazo, algo que tendría que ser aprobado unánimemente por los 27 miembros del bloque.
Cuando el gobierno británico anunció que pediría a la UE una corta extensión del plazo, la libra cayó 0,7% frente al dólar. La UE responde que sólo otorgará esa extensión (hasta el 29 de junio) si el acuerdo es aprobado por el Parlamento la semana próxima (la última de marzo). O sea que nuevamente May debe conseguir la mayoría de los parlamentarios, que ya lo han rechazado dos veces.
La volatilidad de la libra ha decaído pero sigue más alta de lo que fue en muchos períodos después del referéndum. La esperanza de los traders es que una extensión podría conducir a una versión más suave del Brexit o, eventualmente, a un no Brexit. En este momento los especuladores calculan que la moneda va a bajar, no subir.
Dados los riesgos, muchos se abstienen de la libra dado que no pueden descartar que la separación no vaya a ser sin acuerdo.
