(continuación)
Kimberly-Clark Argentina
Este es el sexto reporte de la empresa y ha sido elaborado bajo los lineamientos de la Guía G4 y da cuenta de la incorporación por primera vez de la norma IRAM ISO 26000: 2010 como guía para integrar la responsabilidad social en sus valores y prácticas. El reporte alcanzó la opción esencial “de conformidad” con la Guía G4 y obtuvo el “Materiality Matters’ check 2014” de GRI.
Evidencia el trabajo desarrollado por la empresa en la definición de la materialidad, identificación de sus partes interesadas, el trabajo en cadena de valor e incluye una matriz de relación entre asuntos estratégicos y relevantes y los aspectos del GRI, indicando la cobertura de cada uno de los asuntos dentro de la empresa, fuera de ella y en los grupos de interés influenciados.
El documento explicita el resultado del análisis de los temas relevantes identificados y los presenta según el grado de incidencia en sus temas estratégicos, clasificados en asuntos estratégicos, asuntos relevantes y asuntos no relevantes, aclarando que estos últimos aspectos no son comunicados en el reporte.
Un ejemplo de su capacidad de comunicación clara, sintética y amigable, se puede apreciar en las páginas 14 a 17 en las cuales se concentran los indicadores de los resultados del trabajo que desarrolló la empresa en sus operaciones industriales y comerciales en la Argentina durante 2013.
Oportunidad de mejora para próximos reportes: evaluar la posibilidad de realizar un proceso de verificación externa, el cual si bien no se considera obligatorio para que la memoria sea considerada como «de conformidad», es recomendado por el GRI.
Para el director de Asuntos Legales y Corporativos LAO-Región Austral de la empresa, Fernando Hofmann, “Nuestro reporte de sustentabilidad ofrece información del desempeño económico, social y ambiental de la compañía en términos locales. En este sentido, hay una integración del aspecto económico en el reporte. La sustentabilidad forma parte de la estrategia de negocio, atraviesa cada una de las áreas de la compañía y nos ha permitido consolidar nuestras operaciones, contribuyendo al mismo tiempo a la creación de valor compartido. Para nosotros, llevar adelante nuestra operación de manera sustentable implica todo: innovar en nuestros productos; seguir invirtiendo localmente; crecer como empresa con productos esenciales para la vida de las personas e impactar positivamente en la comunidad y en el medio ambiente. Entendemos la sustentabilidad bajo este triple bottom line”.
Manpower
Este reporte, caracterizado por su exhaustividad, claridad, precisión y equilibrio, refleja una gran pericia en el arte de rendir cuentas sobre la gestión de la responsabilidad social.
Cabe destacar la tabla que da cuenta del resultado del proceso de selección de contenidos del reporte, que detalla una identificación de temas materiales en correspondencia con la valoración general, que surge del promedio entre la valoración interna y la de la valoración de sus grupos de interés. Del mismo modo se distingue la presentación de los canales de comunicación con los grupos de interés que presenta en página 36 y 37.
El reporte da cuenta de la profundización del trabajo en la cadena de valor realizado por la empresa. Específicamente en relación a los proveedores es destacable la materialización de su compromiso con el desarrollo de buenas prácticas empresariales socialmente responsables a través del desarrollo, durante el año 2013, de una herramienta especifica de evaluación de proveedores en temas de sustentabilidad, basada en las materias fundamentales de la ISO 26000, la cual se utiliza en el marco de un proceso de mejora de desempeño en sustentabilidad de las empresas proveedoras, y no como un mecanismo de descalificación.
También cabe destacar la presentación que realizan en relación a sus procesos de diálogo y en particular el modo en el cual se presentan las conclusiones de los procesos de diálogo con proveedores, mediante la explicitación de las expectativas identificadas y las respuestas dadas.
El reporte le permite a las partes interesadas acceder fácilmente desde la estrategia de sustentabilidad de la compañía hasta el detalle de evidencias de gestión con claridad, simpleza y efectividad. Ejemplo de ello son las tablas de cumplimiento de objetivos 2012 y desafíos 2013 y de desafíos 2014 que se presentan en las páginas 100 a 105.
Para María Amelia Videla, directora de Sustentabilidad y Asuntos Públicos, “Desde hace nueve años realizamos nuestro reporte de sustentabilidad bajo los lineamientos de la iniciativa GRI, compartiendo los resultados del desempeño económico, social y ambiental del año y comunicando los compromisos asumidos a futuro traducidos en desafíos concretos.
Además, desde 2014 aplicamos la nueva guía G4 de GRI para la elaboración del documento, lo que trajo consigo mayores exigencias de transparencia, materialidad y relevancia de contenidos; y nos desafía a profundizar, año a año, cuestiones relativas a la cadena de suministro y gobernanza de la organización, entre otros aspectos”.
Telecom
El reporte del periodo 2013 del grupo Telecom ha sido realizado siguiendo los lineamientos de la guía GRI 3.1, alcanzando el nivel de aplicación B+, por contar con verificación externa.
En el texto del informe se menciona que el reporte reviste además el carácter de COP y menciona el uso de la guía IRAM-ISO 26000: 2010.
Si bien alcance geográfico del reporte contiene las operaciones de la Argentina y Paraguay, la información se presenta correctamente diferenciada por país de modo tal que la misma permite responder adecuadamente a los intereses de los distintos públicos.
El reporte de la empresa describe el modelo de gestión de RS a cargo del directorio quien toma las decisiones en materia de sustentabilidad apoyado por la gerencia de RSE y el grupo operativo de RSE conformado por representantes de distintas áreas, quienes están capacitados en la materia.
Es destacable la presentación del seguimiento realizado sobre los objetivos definidos en 2013, con un análisis de cumplimiento y una definición de los desafíos 2014, en relación a los temas referidos a capital humano, inversores, clientes y consumidores, proveedores, comunidad y medio ambiente.
Otro elemento distintivo de este reporte es su mención del concepto de Cultura Compliance, y de su institucionalización mediante la creación de la gerencia respectiva a cargo de la gestión y el seguimiento de las normas estipuladas dentro del Código de Conducta y Ética Empresaria.
Para el director de Comunicación y Medios del grupo, Mariano Cornejo, “el ejercicio anual de elaboración del reporte nos permite trabajar en forma mancomunada con todas las áreas de la compañía e internalizar la responsabilidad social como una manera integral de gestionar el negocio. El reporte lo elabora un comité de referentes en RSE de las diferentes áreas de la empresa, y el proceso es clave para la sensibilización interna en temas de sustentabilidad, para la gestión del desempeño social y ambiental, para medir su evolución año a año, favorecer una mejor toma de decisiones y para predecir y gestionar riesgos”.
Toyota
Este reporte es el correspondiente al periodo 2013 y ha sido realizado siguiendo los lineamientos de la guía GRI 3.1, alcanzando el nivel de aplicación B+, por contar con verificación externa.
En la visión global 2020 de la empresa se incluyen los tres pilares de la sustentabilidad y presenta un enfoque innovador de crecimiento sostenible.
El informe presenta la política de responsabilidad social empresaria organizada sobre la base de sus compromisos relacionados con cada uno de los grupos de interés y el ambiente.
Describe los enfoques de gestión y reporta los indicadores de desempeño económico social y ambiental de acuerdo al nivel declarado e incluye información relacionada con sus correspondientes grados de avance.
Es destacable la descripción que se hace en el informe sobre las acciones realizadas en la cadena de valor y la comunidad, dando cuenta de acciones tanto en la cadena de suministro como en la cadena de comercialización. En pos del fortalecimiento de la gestión de sus proveedores da cuenta de las diferentes acciones de capacitación, de evaluación de riesgos de seguridad y de promoción de la gestión ambiental realizadas. Del mismo modo describe algunas de las acciones realizadas en la cadena de comercialización tendientes al fortalecimiento de la gestión ambiental de los concesionarios, entre otras.
Se trata sin dudas de un informe equilibrado, exhaustivo, preciso y claro.
Un caso muy especial
No alcanzó a figurar en el pelotón de los seleccionados. Sin embargo, los evaluadores creen que merece una mención especial. El reporte de CPCECABA (Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires), si bien no se ajusta a la totalidad de los criterios de evaluación definidos, dado que no menciona expresamente si han sido consideradas las orientaciones de la IRAM ISO 26000:2010, merece destacarse dado que se trata del primer reporte de sustentabilidad de una organización no gubernamental que desde 1945 vela por el cumplimiento de los principios de la ética que rigen el ejercicio profesional de sus matriculados.
No son tantos los casos de organizaciones no empresarias que se comprometen con la implementación de buenas prácticas de calidad, con la mejora continua, con la responsabilidad social y con la rendición de cuentas de información no financiera. La carta de su presidente sintetiza la evolución histórica de la organización en relación a su compromiso con la responsabilidad social, presentando un recorrido desde su creación en pro del cumplimiento de la ética profesional, que se enriqueció en su periodo de involucramiento con la gestión de la calidad, para fortalecerse con su adhesión al Pacto Mundial de Naciones Unidas, y concluir en la formalización de una política de responsabilidad institucional que abarca las dimensiones de la responsabilidad social en 2012. Como parte de dicha evolución ha creado en 2014 el Comité de Responsabilidad Social Institucional, de lo que da cuenta en su capítulo de Gobierno.
El reporte reseña el análisis de los 22 aspectos materiales identificados para cada uno de los cuales precisa si el tipo impacto es interno o externo. Se trata de un reporte simple, concreto y bien organizado, que permite una fácil lectura.
Dos menciones para tener en cuenta
No lograron figurar en el cuadro de honor, pero formaron parte del listado de finalistas de los cuales surgieron, al final del proceso, los 10 nominados. Ello fue así porque llamaron la atención de los evaluadores que piensan que estos dos informes que se mencionarán ahora tienen chance de subir varios peldaños en el futuro.
Se trata de una tarjeta de crédito (Naranja) y de un hipermercado (Libertad).
Tarjeta Naranja
En este último reporte hay una novedad importante: la empresa da cuenta que ha migrado de un modelo de informe de Actividades de Responsabilidad Social, a un Reporte de Sustentabilidad bajo lineamientos GRI G4, que en su modalidad comprensiva esencial, presenta los indicadores correspondientes al sector financiero.
Este informe, que se destaca por la utilización de un lenguaje visual atractivo, aporta mucha información gráfica que facilita su lectura y comprensión.
Presenta adecuadamente la misión, visión y valores de la empresa, menciona el modelo de gestión de la responsabilidad social que aplican, detalla el proceso seguido para la realización del plan de sustentabilidad para los próximos años, y detalla la inclusión de la sustentabilidad en su modelo estratégico, entre otros aspectos.
Es destacable la inclusión de la frecuencia de contacto con las partes interesadas para cada uno de los canales de comunicación, como así también la cuantificación de la cantidad de canales utilizados por público que se presenta en la página 53.
El informe incluye los compromisos asumidos con los principales públicos y una clasificación, según el grado de importancia, de los asuntos relevantes de la gestión sustentable de Tarjeta Naranja.
Oportunidades de mejora: hay que profundizar la metodología de identificación de las partes interesadas y establecer si han sido involucradas en el análisis de materialidad y en la elaboración del informe.
Libertad
Este reporte de la cadena de hipermercados, de un diseño editorial y post diseño extremadamente amigable, sobrio y muy concreto, es el primero en ser elaborado por esta empresa que ha adherido en 2013 al Pacto Global. El mismo sigue los lineamientos de la guía GRI versión G4 y presenta los contenidos básicos de la misma.
Da cuenta de la política de RSE y explica que las convicciones enumeradas en ella provienen de la propia cultura de la organización y de principios internacionales, tales como: la Declaración Universal de los Derechos Humanos, el respeto de los Convenios Internacionales de la OIT, las líneas directrices de la ISO 26000:2010.
Describe con precisión el alcance de sus operaciones en la Argentina y muestra que, sobre la base de un proceso de diálogo con las partes interesadas, la empresa generó una agenda de sustentabilidad basada en la identificación de cinco responsabilidades y 14 prioridades. El documento dedica una sección a cada una de estas cinco responsabilidades, en la cual detalla los programas y resultados 2012-2013.
El propio informe menciona en el capítulo denominado “Compromisos a futuro”, los temas identificados para su agenda de responsabilidad social durante 2014.
Algunas sugerencias de oportunidades de mejora son: incluir una descripción de la metodología aplicada para la identificación de las partes interesadas y aportar una descripción más exhaustiva de las acciones de la empresa en su cadena de valor.
El reporte de sustentabilidad
La historia sin fin
En las últimas décadas se han desarrollado muchas iniciativas e instrumentos internacionales relacionados con buenas prácticas y divulgación de información sobre la gestión de los aspectos sociales y ambientales: Directrices de la OCDE para empresas multinacionales, Declaración de OIT, GRI, Pacto Mundial de Naciones Unidas, ISO 26000:2010.
Por Cristina López
Cristina López
También los principios rectores de empresas y derechos humanos de Naciones Unidas, entre otros. Cada uno de los procesos de desarrollo de estas iniciativas aportó nuevas miradas y desafíos que fueron enriqueciendo a las otras en sus distintas revisiones y permitieron profundizar el desarrollo de los conceptos. Así, durante el trabajo de John Ruggie, el concepto de debida diligencia incidió en la ISO 26000, GRI se alineó a la 26000, las directrices de la OCDE incorporaron el concepto de debida diligencia, lo que dio lugar a la creación de decenas de instrumentos para analizar los riesgos operacionales en la cadena de valor. Fascinante para algunos y seguramente amenazante para otros.
¿Pero qué es lo realmente sustancial detrás de todo? Lamentablemente la necesidad de proteger el sistema de desarrollo fragilizado como producto de la desconsideración de la interdependencia existente entre los aspectos económico-social y ambiental.
Es por ello que en 2014 el Parlamento Europeo aprobó una segunda directiva presentada por iniciativa de la Comisión Europea sobre divulgación de información no financiera para grandes empresas. Una vez convertida en ley, los 28 países miembros tendrán dos años para integrar esta legislación y las empresas de más de 500 trabajadores tendrán que revelar información sobre sus políticas, riesgos y resultados relacionados con los asuntos sociales y ambientales y, particularmente, sobre la diversidad en los órganos de gestión y de supervisión.
El reporte de sustentabilidad, como instrumento de rendición de cuentas de los impactos de las operaciones de las organizaciones, está migrando de lo voluntario y distintivo –en el marco de un proceso de cambio que va a ser global–, lo que ya ha empezado a requerir del desarrollo de nuevas competencias para su “apropiada” elaboración.
Pero ¿qué significa lo apropiado, lo bueno, lo correcto? Ese juicio es potestad del observador y lo fundamental es tener conciencia de que a través del reporte nos comunicamos con diferentes categorías de observadores: nuestras partes interesadas.
Un brillante amigo, dueño de un gran escepticismo que expresa con excelente sentido del humor, me desafió más de una vez con las siguientes preguntas: ¿Para qué sirve un reporte? ¿Alguien realmente lo lee? Si solo se publica lo bueno y no se puede tomar en cuenta para la toma de decisiones, ¿qué sentido tiene?
Los reportes son parte de un fenómeno comunicativo y por lo tanto requiere de constitutivos previos basados en distinciones lingüísticas que deben conocerse y cuyo sentido debe honrarse para construir la confianza necesaria para que el documento sea reconocido como tal por sus “observadores”.
Espíritu de contenidos
Ese es el espíritu de los estándares/guías/instrumentos desarrollados para asegurar los contenidos y la calidad de ciertos procesos y ese es el sentido específico de las guías para la elaboración de memorias de sostenibilidad.
En esta línea un “buen” reporte sin duda es aquel que ha respetado los principios de contenido:
ha identificado y ha realizado procesos genuinos de participación de sus grupos de interés con el fin de responder a sus expectativas;
ha demostrado realizar su desempeño en el contexto más amplio de sostenibilidad, reflejando el modo en que contribuye, o intenta contribuir, a la mejora de las condiciones económicas, ambientales y sociales en los ámbitos local, regional e internacional, consciente de que si se centra únicamente en la evolución de su desempeño individual, o en la eficiencia de la organización, no responderá a esa cuestión subyacente;
ha abordado los aspectos materiales, es decir aquellos que reflejen los efectos económicos, ambientales y sociales más significativos de la organización, o bien que pueden influir sustancialmente en las decisiones de sus grupos de interés, y
refleja sus aspectos económicos, sociales y ambientales de un modo exhaustivo de modo tal que permita a los grupos de interés analizar el desempeño de la organización en el ámbito geográfico del alcance y en el periodo considerado.
Siguiendo esta línea un “buen” reporte es aquel que además de los principios de contenido ha respetado también los principios fundamentales de calidad, de modo tal que el proceso sea transparente y permita a los grupos de interés realizar evaluaciones fundamentadas y razonables sobre el desempeño de la organización.
Un buen antídoto para el escepticismo de los observadores es sin duda el aseguramiento del principio de equilibrio, y que en honor al mismo se reflejen tanto los aspectos positivos como los que presentan oportunidades de mejora, de modo tal de ofrecer una imagen imparcial del desempeño de la organización.
Coincido con mi amigo en que de poco o nada sirve disponer de información de 2011-2012 en 2015, por lo que resulta esperable que la organización presente la información: a) de manera sistemática, de forma tal que los grupos de interés puedan analizar y comparar los datos relativos al desempeño económico, social y ambiental, con datos anteriores, con los objetivos de la organización o con el desempeño de otras organizaciones, y b) de manera puntual y regular, es decir ajustándose a un calendario que permita saber en qué momento se puede disponer de la información.
También es esperable que dicha información: a) contenga el enfoque de gestión que la empresa ha elegido para abordar cada aspecto y presente evidencias de acción e información precisa y pormenorizada, para que los grupos de interés puedan evaluar el desempeño de la organización, y b) que sea los suficientemente clara para que sus grupos de interés pueden comprenderla adecuadamente.
Finalmente es esperable que la organización permita someter a evaluación toda esta información con el fin de que un observador externo emita opinión sobre si es fiable y ha sido elaborada respetando los principios de contenido y calidad.
Estos principios son los constitutivos previos necesarios para el éxito de este fenómeno comunicacional unidireccional de rendición de cuentas de información no financiera, llamado reporte de sustentabilidad.
¿Difícil? Seguramente, si se piensa como una acción aislada que no tiene que ver con el fin de la organización. Pero indispensable, si se lo concibe como un ejercicio de contribución a la mejora continua fruto de la profundización de las conversaciones que le permiten a la organización identificar espacios de aprendizaje o excelencia que le permitirán construir relaciones significativas y duraderas con todos sus grupos de interés.