La clave del éxito empresario es lograr la mejor compatibilización posible entre el contexto y las estrategias que se adopten. Para ello, las empresas combinan dos factores: capital y gestión.
Se afirma que las pequeñas y medianas empresas tienen un papel fundamental en la competitividad global. Hoy, para todas las empresas, el desafío es producir bienes o brindar servicios más eficientemente que los competidores.
El capital puesto a disposición de la empresa proviene de dos fuentes: aportes de los propietarios y endeudamiento. De este modo se gerencian los recursos físicos y humanos.
Actualmente, cualquier empresario aggiornado acepta que es beneficioso mantener un endeudamiento adecuado. Sabe que para enfrentar exitosamente el proceso de cambio necesita efectuar importantes inversiones en recursos físicos y humanos y que los fondos necesarios no pueden provenir exclusivamente de los aportes de los propietarios.
El costo del endeudamiento es alto; el equipo económico clama por una mayor eficiencia bancaria que lleve a tasas de interés más razonables. Las empresas grandes acceden a financiamiento de diverso tipo. Se abre el capital a los mercados de valores nacionales e internacionales, se emiten obligaciones negociables y eurobonos, se obtiene financiamiento a mediano y largo plazo a tasas razonables.
Pero esto no es fácilmente accesible para las empresas más pequeñas. Se llegue o no a tasas de interés más razonables, deberán continuar el proceso de inversión. Sin embargo, cabe preguntarse si, aun en el contexto actual, han manejado adecuadamente sus posibilidades de financiación. La experiencia indica que no lo han hecho del todo bien.
Las que han recurrido al endeudamiento bancario se manejan con descubiertos, descuento de documentos, préstamos a sola firma, préstamos garantizados, etc. Muchas veces tratan con gerentes de sucursal, quienes, con un nivel de autorización muy bajo, los llevan al fraccionamiento de crédito entre numerosas entidades, con la correspondiente ineficiencia en el perfil del endeudamiento, el
encarecimiento de las tasas de interés y de los gastos operativos y, finalmente, el consumo de tiempo de gestión, nunca computado pero altamente costoso.
¿Puede esto, aun dentro del marco actual, ser mejorado? Sí. Las acciones deberán contar con una estrategia determinada. No se trata de modificar la política de los bancos, sino de manejarse de la mejor manera en términos de costo-beneficio dentro de este contexto.
ADIOS A LOS PARAGUAS.
Antes de analizar las estrategias de cambio, vale la pena examinar algunos factores que llevaron a esta situación.
En el pasado, una poderosa fuente de financiación era el crédito de los proveedores, del fisco y el aumento de los precios de venta, todo ello dentro de un contexto inflacionario que producía una masa financiera continua.
La economía cerrada generaba un paraguas de protección que no hacía imperiosa la necesidad de inversiones para el incremento de la productividad. Eran inútiles las proyecciones económico- financieras. La difundida evasión de impuestos hacía que las empresas pequeñas y medianas no produjeran estados contables que:
* reflejaran la totalidad de la actividad. De este modo, el volumen de activos y el patrimonio resultaban exiguos en relación con los que deberían haber sido reflejados, si los balances hubieran comprendido todas las operaciones;
* consecuentemente, gran parte de las empresas nacionales carecían de estados contables auditados por firmas de contadores públicos de reconocido prestigio. La información contable, entonces, no se constituía en un elemento de demostración de la real situación económica y patrimonial y no era confiable para una entidad seria.
La situación ha cambiado:
* la inflación se ha reducido drásticamente;
* hoy es perfectamente factible desarrollar proyecciones;
* la evasión casi ha sido eliminada, han existido oportunidades de regularización y los estados contables de las empresas reflejan la situación real, no una parte de ella;
* el acceso a la financiación, para efectuar las inversiones, es una necesidad impostergable.
Pero, a pesar del nuevo contexto, las empresas tienen dificultades similares a las del pasado para financiarse.
En una encuesta realizada por MERCADO entre 225 empresas líderes, sobre las perspectivas para el segundo semestre de 1994, se obtuvieron las siguientes respuestas que tienen relación con el tema:
* frente a la pregunta de cuál es el ítem de aumento de costos más preocupante, 32% mencionó los salarios y cargas sociales, mientras que 26% señaló los costos financieros;
* con respecto al comportamiento de la tasa de interés comparada con la inflación, 87% respondió que será algo o muy superior;
* ante la pregunta de cómo será el endeudamiento, 74% respondió que igual o superior a 1993 y, con respecto a las nuevas inversiones, 70% prevé proyectos nuevos, expansiones o compras de bienes de capital;
* acerca de la facilidad de acceso al crédito, 76% respondió que será tanto o más difícil que en 1993;
* cuando se les pregunta a los encuestados si los recientes aumentos de las tasas en Estados Unidos pueden provocar una disminución del ingreso de capitales, 72% contesta que es probable.
Como se ve, las empresas líderes no esperan un acceso más fácil y barato al financiamiento. En realidad, ven necesidades crecientes, y un mercado financiero en iguales o peores condiciones.
Por otra parte, las nuevas normas del Banco Central en relación con el riesgo crediticio y los requisitos de información para la calificación crediticia son percibidas por los especialistas como un factor adicional de endurecimiento del acceso al crédito para las empresas de menor envergadura.
CUESTION DE SUPERVIVENCIA.
Debido a todo esto, el manejo cuidadoso y profesional de la función financiera de estas empresas es una necesidad que hará a la razón misma de su subsistencia.
¿Cuáles son, entonces, las acciones factibles, en el actual contexto, para acceder al crédito con un perfil más razonable? La estrategia es transformar a la empresa en un “sujeto de crédito” más apetecible y manejar la relación con los bancos más racionalmente.
Debe señalarse que el registro de la totalidad de las transacciones de venta, de las deudas fiscales y de los costos laborales es un requisito indispensable. Más allá de las implicancias éticas y legales, la presentación de información a los bancos que refleje la totalidad de las transacciones, así como la situación patrimonial y financiera real (“su verdadero balance”), es una condición necesaria para que las instituciones otorguen a la empresa un nivel de crédito acorde con su potencialidad real; ello sólo puede hacerse presentando estados contables y otra información financiera que responda a la realidad y no a parte de ella.
Las acciones a desarrollar pueden agruparse en cuatro categorías: sobre el balance, sobre la estrategia, sobre la estructura financiera y sobre la gestión.
ACCIONES SOBRE EL BALANCE.
* Determinar el valor corriente de los bienes. Habitualmente, el valor de los bienes de uso en el balance es inferior al que los bancos pueden considerar como respaldo de sus acreencias. Más allá de la capacidad crediticia, sobre la base del flujo de fondos futuro, los bienes que pueden hipotecarse o prendarse son un aspecto importante para ellos. El valor técnico, y no el contable, es lo que realmente interesa. La realización de una valuación técnica y su registro permitirá llevar al patrimonio a un valor más cercano a la realidad.
Asimismo, el mayor valor de los inventarios (el valor neto de realización versus el de reposición, método de valuación adoptado por las normas contables) genera un incremento patrimonial que debe ser computado a la hora de determinar la relación deuda/capital.
* Estados contables auditados. La presentación de estados que sean vistos como representativos de la situación patrimonial y financiera es un elemento clave para la obtención de financiación. Esto se logrará si son auditados por profesionales de reconocido prestigio. Es una realidad impuesta por el
mercado de capitales que las empresas que a él acceden así lo hacen. Adoptar una política considerada adecuada por el mercado no puede hacer menos que contribuir al objetivo buscado.
ACCIONES SOBRE LA ESTRATEGIA.
No se trata de desarrollar un complicado plan estratégico, sino de desarrollar escenarios para ver hacia dónde se dirige el posicionamiento de la empresa, en relación con su mercado y los competidores, y sobre esa base asignar los recursos que permitan el desarrollo de la estrategia. El ejercicio podrá ser más o menos complejo, pero la inexistencia de un plan conspira contra la posibilidad de determinación de los recursos financieros necesarios.
ACCIONES SOBRE LA ESTRUCTURA FINANCIERA.
* Determinar la relación ideal de deuda/capital propio. Se necesita saber cuál es el nivel óptimo de deuda. El índice más representativo es el de deuda/capital propio. Si bien no hay coeficientes predeterminados, existen parámetros que pueden seguirse y que tienen que ver con la relación del valor de la empresa, el de los bienes físicos de respaldo, la relación de cobertura de los intereses con respecto a los resultados antes de intereses y los índices que aplican a otras empresas de la misma línea de negocios que presentan sus estados contables en Bolsa.
Sobre esa base se determina la capacidad máxima de endeudamiento, que debe ser compatibilizada con las necesidades de inversión y flujos de fondos futuros, lo que permitirá, a priori, determinar la capacidad de repago y su efecto sobre los fondos remanentes para los propietarios.
* Confeccionar los estados y flujos de fondos proyectados. Las proyecciones permiten establecer la capacidad futura de la empresa como “sujeto de crédito”, ya sea sobre la base de sus balances, ya sobre la de sus estados de resultados y de flujo de fondos. Permiten ver la medida en que las decisiones de inversión y financiamiento se verán reflejadas en tasas de rendimiento sobre la inversión que generen resultados, fondos disponibles y capacidad patrimonial suficientes para pagar las porciones de capital e intereses resultantes de la estrategia de financiación.
* Determinar la relación ideal de deuda corto/largo plazo. Las proyecciones permitirán estructurar, sobre la base de los fondos disponibles en cada período, la configuración de la deuda en función del plazo necesario para la cancelación. El nivel de endeudamiento, así como el plazo de cancelación esperado, constituirán las bases de negociación de la etapa de gestión de la financiación.
ACCIONES SOBRE LA GESTION.
* Preparar un prospecto para presentar a los bancos. Para la estrategia de negociación deberá contarse con un cuerpo de información sobre la empresa que demuestre por qué debe ser tratada como un sujeto de crédito valioso. El prospecto debe exponer el objetivo de su preparación (obtención de crédito, ampliación, refinanciación, etc.) presentando la información sobre la empresa
que respalde la estrategia financiera que se plantea. Contendrá, como mínimo, con un resumen ejecutivo, expectativas de desarrollo del sector, y de la empresa dentro de su sector, información histórica, actual y proyectada, respaldo de activos y estrategia financiera.
* Diseñar la estrategia de estructuración financiera y de gestión. A partir de la realidad actual, necesidades y perspectivas, cabe desarrollar una estrategia de estructuración financiera y de gestión.
Si la empresa tiene deudas con varios bancos, algunas a sola firma o renovables cada 30 días, otras prendarias, renovables cada 90 días, otras en descubierto y algunas con atraso, parece indicado una concentración y cambio de perfil. Esto se logrará, por ejemplo, mediante una negociación de ampliación de crédito con algunos bancos existentes o la obtención de crédito en un nuevo banco y la cancelación o refinanciación simultánea con los bancos existentes. La materialización de esta estrategia producirá la concentración y cambio de perfil, con lo cual se habrá estructurado un nuevo portafolio.
Asimismo, si la estrategia indica la necesidad de mayor nivel de crédito, deberá gestionarse el adicional a partir de una estructura existente reordenada. El crédito adicional será negociado en concordancia con las necesidades derivadas del planeamiento, cálculos y proyecciones apuntados en el curso de este trabajo, todo ello materializado en el prospecto preparado al efecto.
Cabe destacar que el reordenamiento que se logre de las deudas existentes, así como la demostración de la viabilidad de la asistencia adicional mostrada en el prospecto, permitirán la obtención de crédito a plazos mayores y tasas menores a las obtenidas anteriormente.
En cuanto a la negociaciones, conviene contar con el asesoramiento de las personas involucradas en la preparación de las estrategias, documentos, cálculos y proyecciones, y que posean la experiencia y prestigio necesario para llevar a cabo estos emprendimientos.
