El año pasado, la Argentina fue el escenario de un verdadero boom de las importaciones: sumaron US$ 21.544 millones,
con lo que se acentuó la tendencia ya visible en 1993, cuando las compras en el exterior alcanzaron a US$ 16.784 millones,
frente a los 13.000 millones de 1992.
Este movimiento ascendente no fue acompañado por una evolución similar de las exportaciones, que si bien crecieron a
buen ritmo (de
US$ 13.118 a US$ 15.740 millones) no fueron suficientes para evitar un déficit comercial que al concluir el año llegó a US$
5.804 millones.
El auge de las importaciones registrado en 1994 estuvo relacionado con la firmeza que durante todo el año volvió a exhibir
el sector automotor, con un récord de ventas en el mercado interno: 507.487 unidades. Vale la pena destacar que 96.300
vehículos (casi una quinta parte de este volumen) fueron importados por intermediarios y particulares, mientras que
411.187 (en los cuales las unidades importadas tuvieron una significativa gravitación, como se verá más adelante) fueron
comercializados por las terminales locales.
El sector automotor se convirtió en un importador de primera línea, con US$ 2.300 millones, equivalentes a 10,5% de las
importaciones totales del país.
Una parte significativa de esas operaciones se originaron en Brasil, que a partir de la vigencia del Mercosur pasó a
constituirse en uno de los principales proveedores del país. En el monto total de las importaciones argentinas, el gigantesco
vecino participa con cerca de 20%, apenas algo menos que Estados Unidos (22,9%), aunque en este caso las compras están
constituidas mayoritariamente por bienes de capital e intermedios.
¿Se Revierte la Tendencia?
Todo indicaría que durante este año, y por primera vez desde la vigencia del plan de convertibilidad, las importaciones no
registrarán variaciones de gran importancia con respecto a 1994. Las estimaciones oficiales para 1995 prevén una merma
de 5%. Si se cumple este pronóstico, la cifra para todo el año se ubicaría en US$ 20.500 millones. Las razones están a la
vista: la recesión interna y la falta de crédito generada por la crisis por la que sigue atravesando el mercado financiero.
Si las importaciones se mantienen en un nivel similar o inferior al de 1994, durante este año podría registrarse otro
fenómeno inédito durante el actual plan económico: un saldo de la balanza comercial neutro o ligeramente positivo (tal
como se anunció en la edición de MERCADO de abril, con la publicación del ranking de las 700 principales empresas
exportadoras del país).
La posibilidad de que las exportaciones totales se acerquen a US$ 21.500 millones (en 1994 sumaron US$ 15.740 millones)
es uno de los aspectos más positivos que presenta el panorama económico para este año. El equilibrio de la balanza
comercial contribuiría en gran medida a atemperar el problema de la balanza de pagos. Al desaparecer el déficit, las
necesidades de fondos quedarían limitadas únicamente a cumplir con las obligaciones de origen financiero (intereses y
amortizaciones de capital), que en conjunto absorben algo más de tres meses de exportaciones (US$ 6.500 millones). Este
importe podría ser absorbido sin grandes dificultades si vuelve a recrearse la corriente de capitales del exterior.
Las Automotrices en Punta
Durante 1994 Sevel volvió a ocupar el liderazgo entre las empresas importadoras del país, con un volumen de
US$ 653 millones (en valores CIF), equivalente a 29,6% de las ventas totales realizadas por la empresa en ese período ($
2.202,8 millones).
El segundo puesto correspondió a otra empresa del sector (Ciadea), que el año pasado realizó importaciones por
$ 518 millones, que representaron 31,5% de sus ventas totales ($ 1.641,7 millones).
En Autolatina la situación es bastante similar. El año pasado sus importaciones sumaron $ 406,25, un monto equivalente a
20,8% sobre las ventas totales ($ 1.953,1 millones).
Mercedez Benz, por su parte, realizó importaciones por $ 98,8 millones (20,6% de las ventas totales). El caso de la recién
llegada General Motors es atípico: concretó compras en el exterior por $ 91,1 millones que representaron 88% de sus ventas
totales ($ 103,2 millones). Es preciso tener en cuenta, de todos modos, que las cifras corresponden a un período de seis
meses, a partir de julio de 1994, cuando inició sus actividades fabriles.
Si a todo esto se suman las importaciones realizadas por la fábrica de camiones Iveco ($ 22,2 millones) y por Scania (21,3
millones), el resultado es que las compras externas totales realizadas el año pasado por la industria terminal automotriz
alcanzaron a $ 1.811 millones sobre una facturación total de
$ 6.730 millones, lo que determina una gravitación promedio de 27%.
Es preciso tener presente que estas importaciones incluyen el valor de las maquinarias y equipos destinados a modernizar
las plantas. Por lo tanto, no están compuestas exclusivamente por vehículos y autopartes.
Aunque no se dispone de datos oficiales acerca del valor de los bienes de capital importados por el sector durante el año, las
estimaciones rondan en torno de $ 300 millones para toda la industria. De esta forma, se deduce que las unidades y piezas
importadas sumaron $ 1.500 millones, una cifra que supera ampliamente las exportaciones efectuadas por la actividad
automotriz, que alcanzaron a $ 1.007 millones. De ello se desprende que se registró un saldo neto negativo de $ 500
millones. Aquí se contabilizan exclusivamente los datos de las empresas terminales, a los que habría que sumar las
importaciones realizadas en forma directa por intermediarios y particulares.
Servicios
Despues de las tres líderes automotrices, en el ranking se ubica la Compañía de Teléfonos del Interior (CTI), con US$ 290,4
millones, una inversión que corresponde a la necesidad de la empresa de adquirir toda la infraestructura necesaria para
prestar el servicio de telefonía móvil en el interior del país.
Muy cerca, con US$ 213,8 millones, aparece la compañía petrolera Shell, seguida por otra empresa del área de las
telecomunicaciones, Telefónica de Argentina, que en 1994 importó bienes por casi $ 189 millones.
Un caso llamativo se encuentra en el rubro de los supermercados. Carrefour vuelve a integrar la nómina de los principales
importadores, pero esta vez asciende al puesto 21º, frente al 44º que ocupaba en la anterior edición del ranking. Su colega
Coto muestra una evolución similar: el año pasado estaba en el puesto 232º, ahora se ubica en el 167º.
También dentro de la actividad comercial, la empresa Tía apareció en el último ranking en la posición 130ª mientras que
ahora se encarama al 65º lugar.