Solterita y sin apuro

    El solo nombre de la agencia remite a un fragmento de la historia

    publicitaria argentina, encarnada en la entrañable figura de

    Ricardo El Tano De Luca; sus más de 60 años de

    presencia en el mercado la asocian más con la nobleza de lo

    añejo que con la imagen de la vejez. Algo de ese juego que

    combina lo antiguo con lo moderno sobrevuela su nueva casa, en uno de

    los antiguos doques reciclados de Puerto Madero. “Es como De Luca:

    publicitarios forjados en el tiempo, con mucha experiencia y

    actualizados”, dice Miguel Daschuta, su presidente.

    La agencia comenzó el ´98 con un cambio, precisamente el de

    hábitat. Dejó sus tradicionales oficinas de la calle

    Carlos Pellegrini para instalarse frente al río, en un espacio

    relajado y silencioso. “No es que allá estuviéramos

    incómodos -explica Daschuta-; era un lugar

    amplio donde nadie podía decir ´che, qué mal que

    están´ o ´qué mal que representa a la agencia´. Pero

    cada vez se iba haciendo más fuerte la idea de que

    necesitábamos un cambio. Y además queríamos

    estar todos juntos, adoptar este criterio de espacio abierto, para

    que los equipos estuvieran más integrados aunque al mismo

    tiempo mantuvieran cierta privacidad, porque nos parece que

    así se trabaja mejor.”

    Hizo un concurso de arquitectos y lo ganó Raúl

    Ricca, el mismo que trabajó con Lautrec y es uno de los

    artífices de los espacios abiertos e integrados. Agrega

    Daschuta: “Ahora que está casi listo, lo primero que uno dice

    cuando entra es: ´mirá, tenemos luz´. Que es algo que en

    Pellegrini nos faltaba. ¿Qué significa? Que la luz es

    vida,. Y en eso hay una nueva actitud”.

    Casa nueva, ¿vida nueva?

    Daschuta se resiste a aceptar la validez del refrán. “La

    vida sigue”, afirma. Sin embargo, a partir de la mudanza la agencia

    incorporó dos áreas: la de interactividad, “porque hay

    que prepararse para un futuro que ya está golpeando la

    puerta”, y la de investigación de mercado, “que fortalece

    nuestras recomendaciones y nos permite tener un mejor soporte del

    pensamiento estratégico”.

    Puesto a definir la situación de De Luca, su presidente

    afirma que “es una agencia que está sana, tiene experiencia y

    también futuro, porque la gente que la compone es joven en

    todo sentido”. ¿Y la cartera de clientes? “Lamentablemente

    -responde- los efectos de la globalización nos

    tocaron en dos de nuestros clientes tradicionales: Gillette, que

    pasó a McCann, y Bagley que concentró todo en Grey; en

    ambos casos en razón de la alineación internacional.

    Sin desmerecer a McCann, creo que si no hubiera habido este arreglo

    global hoy seguiríamos trabajando con Gillette; el caso de

    Bagley es distinto, porque nuestra historia con esa cuenta, que

    tenía 35 años, era con Bagley. Danone es directamente

    otra compañía, con lo cual los vínculos

    construidos se relativizan totalmente. Pero seguimos teniendo

    clientes muy fieles, como Noblex o Refinerías de Maíz.

    En el ´97 incorporamos al Banco Nación y este año a

    Malaysia Airlines, que es muy interesante porque quiere hacer un

    trabajo que va más allá de la Argentina.”

    De Luca es una agencia mediana que en el ´97 ocupó el

    puesto 11 en el ranking de facturación, con casi $ 38

    millones, y tiene la característica -única en el

    pelotón de las 15 top- de no estar asociada a ninguna

    red internacional. El interrogante inevitable pasa por saber si es

    una decisión propia o una imposición de la realidad,

    algo así como ¿solterita o solterona? “Como somos

    jóvenes, sin duda solteritos -dispara Daschuta-;

    podríamos decir que estamos malcriados en la independencia.

    Somos tres socios, Omar Di Nardo, Juan Vicentini y yo, y jugar en

    equipo significa guiñar un ojo y saber para dónde

    vamos; movemos el codo y sabemos qué queremos. Es una

    comodidad fabulosa. También puede ser que haya una pizquita de

    desafío en nuestra actitud, en esto de competir contra grandes

    y desde el lado nacional, y dar examen todos los días. Lo que

    por un lado genera angustia, pero a la vez resulta muy excitante.”

    Con todo, Daschuta es consciente de las limitaciones que genera

    esa situación. “Uno siempre ha escuchado que la competencia se

    produce entre las cinco primeras y, claro, si uno no está

    ahí ya hay una brecha competitiva; cada momento que pasa uno

    toma conciencia de que estamos solteritos”. ¿Quizás en el

    futuro puedan encontrar un buen novio? “O a lo mejor ya estamos

    noviando y no lo decimos”, sonríe, dejando flotar la intriga.

    Pero, ¿están más cerca de la figura del

    solterito sin apuro que de la solterona desesperada? “De eso no quepa

    la menor duda -responde-; seguimos compitiendo y

    estamos satisfechos con nuestra fortaleza. Lástima que,

    según parece, éste no va a ser un año tan bueno

    en términos de números porque el mercado está

    así. Pero las cosas se invierten rápidamente en esta

    actividad. De pronto se concreta un proyecto y es como si nos diera

    otro aire. Lo cierto, y lo bueno, es que la adrenalina nos corre.”