Librerías postales

    Desde el mismo momento en que el consorcio conformado por Sideco ­la empresa de servicios del grupo Socma­ y el Banco Galicia se adjudicó la concesión del Correo Argentino, quedó claro que su actividad no se limitaría a la distribución de cartas.


    Desde hace casi dos años, la estrategia impulsada por los nuevos operadores apunta a transformar la red del Correo ­que con 1.500 sucursales, 4.600 unidades postales y 900 estafetas conforma el más importante entramado comercial de la Argentina­ en un shopping de servicios.


    Primero ofrecieron a los clientes la posibilidad de abonar las facturas de los servicios a través de la red Pago Fácil. Luego, la facilidad de gestionar préstamos o pagar los resúmenes de tarjetas de crédito mediante las minisucursales bancarias Galicia Ahora.


    Hace un mes le llegó el turno a Correo Manía, un sistema de franquicias por el cual la cadena de librerías Pen Shop ­que lleva ocho años operando en el mercado de la ciudad de Buenos Aires y su conurbano, donde reúne 40 puntos de venta­ instalará 250 corners en otras tantas sucursales del principal operador postal del país hasta fines del 2000.


    “Los locales tienen el formato de un wall de siete metros, en el que se ofrecen 1.200 artículos de librería, tarjetas y fotocopias”, explica Jorge Estévez, director de Pen Shop, la empresa que actúa como sociedad franquiciante.


    Para llevar adelante el proyecto, Pen Shop ­que se impuso en la licitación convocada por el Correo en febrero­ dio origen a Pen Box, una nueva sociedad integrada por el propio Estévez y Papelera Sarandí.


    “De las 250 sucursales que abriremos, 150 serán operadas por los propios franquiciados, y otras 100 tendrán el formato de autoservicio; en estas últimas, la cobranza se hará en las cajas del propio Correo”, dice Estévez.


    Bajo riesgo

    La elección de los franquiciados es responsabilidad de Pen Box. La
    inversión inicial para la instalación de un corner ­entre
    US$ 10.000 y US$ 12.000­ incluye el armado, la tecnología, los muebles
    y la mercadería. “No deberán pagar fee de ingreso, salvo
    en algunas sucursales estratégicas, como las instaladas en Córdoba
    y Florida, la Avenida de Mayo o el Congreso”, señala Estévez.


    La franquicia fue concebida para que cada sucursal sea atendida por el propio franquiciado, para lograr que la rentabilidad del negocio sea mayor. “El riesgo es bajo: los operadores no deben hacerse cargo de gastos de expensas, luz, seguridad o limpieza”, señala Estévez. Y agrega: “Calculamos que para el franquiciado el recupero de la inversión va a ser de entre 10% y 12% mensual”.


    Sobre las ventas generadas por cada sucursal ­en Pen Box estiman que pueden rondar, como mínimo, los US$ 9.000 mensuales­ el Correo Argentino percibirá un royalty de entre 8% y 11%, y la sociedad franquiciante otro 6%.


    Correo Manía ya lleva inauguradas 20 sucursales. Dos de ellas están instaladas en la ciudad de Santa Fe, la primera plaza elegida en el interior del país. Los próximos cortes de cintas serán en Córdoba, Mar del Plata, Bahía Blanca y Comodoro Rivadavia. La estrategia de expansión contempla la apertura de 10 bocas cada mes.


    Hacia adelante, Pen Box busca incorporar a la oferta de los corners el merchandising de los principales clubes de fútbol del país. “Queremos trabajar productos que salgan de la oferta de una librería tradicional, aprovechando la venta por impulso”, dice Estévez. Y revela: “Estamos en negociaciones con TyC y MultiDeportes, que tienen la representación de los clubes. Podríamos vender esos productos entre octubre y noviembre”.


    A fines del 2000, Correo Manía ya habrá completado su red de sucursales. “Durante este año ­asegura Estévez­ estimamos facturar US$ 18 millones. Para el próximo, las ventas crecerán a US$ 20 millones”.