La Fundación Mediterránea presentó un artículo titulado “Por qué avanzar hacia un régimen bimonetario debe estar en la agenda de reformas”, en el que se examina el debate sobre la acumulación de reservas para el año 2026 y la relevancia de adoptar un régimen bimonetario en ese escenario.
De acuerdo con el documento, la acumulación de reservas será más desafiante en 2026 debido a una menor cantidad de giros provenientes del Fondo Monetario Internacional (FMI) y a la reducción de factores excepcionales. El equilibrio externo, según la entidad, dependerá de la capacidad para atraer capital privado y de una demanda de divisas más moderada.
El análisis subraya la importancia del tipo de cambio y la tasa real, definidos como los precios relativos que ordenan la cuenta corriente y la cuenta capital. El informe advierte que “sin consistencia entre ambos, el financiamiento externo no llega y las reservas no crecen”.
En cuanto a los beneficios de formalizar un régimen bimonetario, la Fundación Mediterránea sostiene que esta medida “reduce riesgo, da previsibilidad, ordena expectativas y habilita más crédito e inversión”. Se destaca la experiencia de Perú y Uruguay, donde reglas claras y la institucionalización de la competencia de monedas contribuyeron como “un ancla adicional de estabilidad”.
El artículo concluye que avanzar hacia un régimen bimonetario formal podría facilitar la estabilidad y el acceso a crédito, en un contexto de menores apoyos externos y necesidad de fortalecer el financiamiento privado.












