Globalización el gran tema de esta década

    Esta no es una cuestión académica. Especialmente en el caso de la Argentina. Casi sin excepción, la opinión pública, los distintos sectores de nuestra sociedad abrazaron súbitamente la causa del libre mercado a ultranza, la apertura económica, la privatización y la desregulación.


    Ocurrió, como suele pasar entre nosotros, que el nuevo credo suscitó fervor de conversos y no dejó mayor espacio para la reflexión crítica o los matices diferenciadores. Pero después de los éxitos evidentes del Plan de Convertibilidad, también se comenzaron a percibir las limitaciones del programa económico y a escucharse las primeras voces discordantes.


    Tras el default y la devaluación, el humor ha girado violentamente, y hasta se escuchan voces proteccionistas que parecían definitivamente acalladas. Con ponderación, el fenómeno globalizador de la economía, del comercio, y muy especialmente del sistema financiero internacional, obliga a un análisis menos voluble y más en profundidad. Es la tarea que encaramos en esta edición.


    La economía mundial está inmersa en un proceso de globalización, en el que juegan un papel preponderante las grandes empresas multinacionales, que se expanden hacia otros territorios mediante la inversión directa. Es imposible obviar, también, los cuantiosos movimientos internacionales de capital especulativo aumentados por el avance del dinero electrónico, siendo estos flujos muy superiores en valor a los del intercambio comercial. Tienen una fuerza tal que pueden tornar inoperantes políticas monetarias o cambiarias de los gobiernos, y no tienden a favorecer a nadie pues no tienen patria y sólo buscan la maximización de su rendimiento.


    En los últimos cien años, se distinguen cuatro fases en el capitalismo contemporáneo: la primera, concluyó con el inicio de la primera guerra mundial y se distinguió por el auge de la economía mundial; la segunda, comprendió el período de entre guerras (1914-50) predominando la autarquía comercial y financiera; la tercera, vio nacer a las instituciones creadas en Bretton Woods (1950-73), en estos años se restauró el comercio mundial y los flujos internacionales de capitales; finalmente, el ciclo de estanflación (de crecimiento lento con alta inflación) donde se abandonó el orden monetario mundial (a partir de 1973). Habría una quinta etapa: la década de los ´90, con un crecimiento sin interrupción en la economía de Estados Unidos, con la ayuda de una innovación tecnológica incesante que aumentó prodigiosamente la competitividad.


    Desde el punto de vista de la distribución del ingreso, hay dos tendencias preocupantes.


    La primera es la desigualdad. Cada vez es mayor el número de personas que están económicamente peor que antes. Esto ocurre en todos los países, en todas las industrias y en todas las categorías de ingreso. Hay una brecha creciente en la distribución del ingreso de los asalariados.


    La segunda tendencia es la caída de los salarios. Para la mayoría de la gente, los sueldos están bajando. Aquí tampoco hay grupo que se salve. Para principios de la década del ´90, el salario real del varón caía para todas las edades, industrias, ocupaciones y nivel educativo.


    Los términos antagónicos del debate aparecen nítidos en el siguiente artículo de Dani Rodrik. Luego, Jeffrey Sachs explora los misterios de la globalización. Al final de esta sección, el lector que quiera profundizar en el tema, podrá continuar con el material incorporado a nuestro sitio en Internet, que recoge contribuciones de Thomas Friedman, Ignacio Ramonet, otra vez Jeffrey Sachs con Felipe Larrain, Ricardo Haussman, y, finalmente, Lester Thurow.