El mercado latinoamericano de conectividad satelital vive una transición acelerada. En menos de cinco años, Starlink —el servicio de banda ancha satelital de SpaceX— pasó de ser un experimento tecnológico a consolidarse como el principal proveedor de internet en órbita baja (LEO, Low Earth Orbit) en la región. Su despliegue inicial, basado en precios agresivos y disponibilidad inmediata, le permitió ganar escala en mercados donde la infraestructura terrestre avanza de manera desigual.
En paralelo, Amazon desarrolla su propia constelación —rebautizada recientemente como Amazon Leo— con la intención de disputar ese espacio. A diferencia de SpaceX, su entrada ha estado marcada por retrasos técnicos, modificaciones regulatorias y un calendario de despliegue más lento. Sin embargo, el volumen financiero de Amazon y su red comercial global anticipan un escenario competitivo que podría modificar la estructura de precios y servicios en América Latina.
El desembarco de Starlink en la región
Starlink inició su expansión latinoamericana entre 2022 y 2023 con una propuesta clara: velocidad, simplicidad y una experiencia de usuario homogénea sin depender de las redes fijas tradicionales. El servicio se posicionó, en particular, en zonas rurales, regiones montañosas, localidades patagónicas, la Amazonia brasileña y sectores corporativos vinculados a energía y agroindustria.
La estrategia inicial combinó tres elementos:
- Disponibilidad inmediata, sostenida por un ritmo de lanzamientos sin precedentes.
- Hardware estandarizado, fácil de instalar y sin intermediarios.
- Una tarifa plana accesible frente al costo que tenía el internet satelital GEO tradicional.
El resultado fue contundente. Brasil superó los 600.000 usuarios activos en 2025, cifra muy superior a la totalidad de conexiones satelitales fijas de Argentina. En países como Chile, Colombia y México, la adopción fue más gradual, pero sostenida por la demanda corporativa y la falta de opciones comparables.
El giro comercial: fin de la tarifa plana
El crecimiento, basado en volumen más que en rentabilidad inmediata, enfrentó límites. La congestión de red en mercados de alta demanda, sumada al incremento de los costos de reposición de satélites, llevó a SpaceX a modificar su estructura comercial en 2025. En varios países latinoamericanos se abandonó la tarifa plana y se adoptaron esquemas por capacidad o por consumo.
Esto generó dos efectos simultáneos:
- – Una reorganización del uso, con mayor peso en clientes corporativos y rurales.
- – La percepción de que la región había sido incorporada a un nuevo equilibrio en el que SpaceX ajusta sus precios según presión de demanda y saturación orbital.
En América Latina, este cambio abrió un espacio para competidores potenciales, especialmente en sectores empresariales que buscan previsibilidad tarifaria.
Kuiper: un proyecto ambicioso, pero con tiempos más lentos
Amazon anunció Project Kuiper en 2019 con un objetivo similar: ofrecer conectividad global mediante una constelación de más de 3.000 satélites en órbita baja. A diferencia de Starlink, que integró diseño, lanzamiento y operación en un mismo ecosistema, Amazon optó por un modelo distribuido: fabricación propia, pero dependencia de proveedores como United Launch Alliance y Blue Origin para los lanzamientos.
El proyecto acumuló retrasos significativos por tres razones:
- – Disponibilidad limitada de cohetes para despliegues masivos.
- – Complejidad técnica en el diseño de terminales de usuario de bajo costo.
- – Plazos regulatorios exigentes, especialmente los fijados por la FCC para evitar la pérdida de licencias orbitales.
Los primeros satélites prototipo recién se lanzaron en 2023, y los despliegues operativos comenzaron en 2024 con un ritmo inferior al previsto. Hacia fines de 2025, Amazon superó los 150 satélites en órbita: un avance relevante, aunque distante de la escala de Starlink.
Amazon Leo: nueva marca para una nueva etapa
En noviembre de 2025, Amazon anunció que Project Kuiper dejaría atrás su nombre de desarrollo para convertirse en Amazon Leo. La decisión expresa un cambio de fase: del laboratorio a la comercialización.
El comunicado oficial señaló que el nombre Leo hace referencia directa a la órbita terrestre baja y que la marca unificará todos los servicios satelitales de Amazon: hogares, empresas, movilidad y organismos públicos. La compañía mantiene su objetivo de iniciar un servicio limitado en 2025 y expandir cobertura durante 2026, aunque el despliegue total de la red aún requiere cientos de lanzamientos adicionales.
Para América Latina, esto implica que la oferta comercial efectiva podría llegar entre 2026 y 2027, con prioridad en segmentos corporativos y zonas rurales donde la competencia actual se concentra en Starlink.
Estrategias divergentes, ambiciones similares
La comparación entre Amazon y SpaceX en el mercado latinoamericano revela diferencias estructurales:
1. Velocidad vs. integración comercial
SpaceX aceleró su despliegue integrando diseño, fabricación y lanzamiento. Amazon, en cambio, avanza con un ecosistema distribuido que reduce riesgos financieros pero demora la velocidad inicial.
2. Modelo tarifario
Starlink adoptó una estrategia de entrada agresiva que luego ajustó según saturación y costos. Amazon no ha revelado precios, pero su historial indica que podría adoptar un enfoque más estable y orientado a paquetes corporativos, en línea con Amazon Web Services (AWS).
3. Escala actual
Starlink supera los 10.000 satélites en órbita. Amazon Leo está por encima de 150. La diferencia operativa seguirá vigente varios años.
4. Relación con reguladores
SpaceX presiona límites, lo que ha generado tensiones con agencias espaciales y gobiernos. Amazon suele operar dentro de marcos regulatorios más conservadores, lo que podría favorecer acuerdos públicos en América Latina.
5. Mercado objetivo
Starlink se expandió primero en hogares y pymes. Amazon Leo apunta desde el inicio a empresas, movilidad aérea y gobiernos, con un enfoque que recuerda al despliegue de AWS en la región.
América Latina como terreno de disputa
La región, históricamente condicionada por brechas digitales geográficas y presupuestarias, se convierte en un espacio donde ambas constelaciones pueden coexistir, pero no sin tensiones:
- – Starlink posee la ventaja del tiempo, de la capilaridad y de la escala.
- – Amazon Leo podría ofrecer mayor estabilidad contractual y acuerdos corporativos, atractivos para sectores como energía, minería y agro.
- – Regiones como el Cono Sur, la Amazonia y la Patagonia serán puntos de competencia directa por su baja cobertura terrestre.
- – En el mediano plazo, la introducción de Amazon Leo podría forzar a SpaceX a revisar nuevamente su política tarifaria.
La competencia entre Starlink y Amazon Leo marcará el desarrollo de la conectividad en América Latina en la segunda mitad de esta década. La región pasará de ser un área de adopción pasiva a convertirse en un territorio estratégico donde se definen modelos de negocio, políticas tarifarias y relaciones con gobiernos.
La velocidad de SpaceX y la capacidad financiera de Amazon anticipan un escenario donde la infraestructura digital no dependerá solo de redes terrestres, sino de una disputa orbital cuya escala —tecnológica, económica y política— apenas comienza a definirse.












