La semana pasada, los principales índices bursátiles estadounidenses finalizaron con retrocesos, luego de tres semanas consecutivas de ganancias. El Nasdaq cayó 3%, el S&P 500 descendió 1,6% y el Dow Jones perdió 1,2%. El sector tecnológico encabezó las bajas, con el XLK bajando 4,1%, en un contexto marcado por inquietudes sobre valuaciones exigentes y el fuerte ritmo de inversión en inteligencia artificial.
El shutdown más extenso de la historia de Estados Unidos sumó presión al mercado, interrumpiendo la publicación de datos oficiales y generando incertidumbre entre los inversores. En ese entorno, los indicadores privados de empleo mostraron señales de enfriamiento.
Hacia el final de la semana, los avances para destrabar el cierre del gobierno aportaron alivio a los mercados. El lunes siguiente, el S&P 500 registró un rebote de 0,9% y el Nasdaq 100 subió 1,4%, impulsado por el desempeño de Nvidia, que avanzó 3%.
De acuerdo con Bautista Aboy, portfolio manager de Mills Capital Group, “el movimiento reciente respondió más a una corrección saludable que a un cambio de tendencia”.
El mercado ha comenzado a cuestionar la capacidad de las grandes tecnológicas para rentabilizar las inversiones masivas en inteligencia artificial, especialmente en un contexto de valuaciones elevadas y un aumento en el uso de financiamiento por parte de estas compañías.
“Pese a la volatilidad, el apetito por riesgo permanece intacto”, señaló Aboy, según Mills Capital Group.












