El mercado de alquileres en la Ciudad de Buenos Aires atraviesa una etapa de transformación, con una marcada preferencia por los contratos en pesos. Aunque la normativa permite pactar la moneda que acuerden las partes, aproximadamente el 90% de los contratos tradicionales se firman en la moneda local.
En los últimos doce meses se observó una caída de entre 32% y 35% en la oferta de propiedades publicadas en dólares, lo que indica que muchos propietarios optan por cotizar nuevamente en pesos. Esta tendencia responde tanto a la realidad de los ingresos de los inquilinos como a los riesgos y beneficios particulares de cada opción.
Para los propietarios, pactar en dólares supone una “cobertura” teórica frente a una devaluación abrupta del peso, ya que el ingreso en dólares mantiene su valor nominal. Sin embargo, si la inflación en pesos es elevada y el tipo de cambio oficial permanece estable, el poder adquisitivo real puede verse afectado al convertir los ingresos a moneda local. Además, la cotización en dólares suele limitar la cantidad de potenciales inquilinos, extendiendo los tiempos de vacancia y concentrándose en segmentos premium.
Por otro lado, los contratos en pesos ajustados por un índice como el IPC permiten proteger los ingresos e incluso superar la rentabilidad de un contrato en dólares en contextos de alta inflación y depreciación moderada del peso. El principal riesgo en este caso es que el índice de ajuste no acompañe la inflación real, lo que podría erosionar la rentabilidad para el propietario.
Desde la perspectiva del inquilino, el contrato en dólares implica exposición total al tipo de cambio para quienes perciben su salario en pesos, encareciendo el alquiler ante cada salto de la divisa. Solo quienes cuentan con ingresos dolarizados pueden prever el costo. En cambio, el contrato en pesos ajustable puede ofrecer alivio si el tipo de cambio se mantiene estable o desciende, aunque la volatilidad cambiaria sigue representando un riesgo.
En este escenario, la garantía emerge como un elemento central para concretar acuerdos. Garantear se presenta como una plataforma argentina de garantías de alquiler digital, que permite a los inquilinos acceder a una solución ágil y evita la necesidad de un aval propietario o grandes depósitos. Según la compañía, su servicio consiste en “tu garantía cotizada y preaprobada” en menos de un minuto.
Garantear agiliza el proceso, amplía el universo de inquilinos posibles y reduce el riesgo para el propietario, al tiempo que moderniza el mercado inmobiliario argentino mediante prácticas alineadas a estándares internacionales.












