La celebración del Día Internacional del Espumoso este 24 de octubre ofrece una oportunidad para examinar el presente y futuro de este segmento en Argentina. Tomás Cruzat, director ejecutivo y segunda generación al frente de Bodega Cruzat, expone los principales desafíos y estrategias que marcan la evolución de la compañía.
Bodega Cruzat, fundada en 2004 en Luján de Cuyo por empresarios chilenos junto al enólogo argentino Pedro Rosell, se distingue por su producción exclusiva bajo método tradicional o Champenoise. La empresa alcanza una producción anual de 500.000 botellas, de las cuales el ochenta por ciento se comercializa en Argentina y el resto se exporta a quince países, con presencia en Estados Unidos, Chile, Suiza y Australia.
El mercado local atraviesa una caída general en el consumo, aunque la categoría de espumosos encuentra oportunidades a partir del interés creciente por etiquetas premium y de origen definido. “La estrategia de Cruzat para los próximos años se centra en reforzar la segmentación de sus espumosos premium, apuntando a consumidores que buscan valor agregado y no solo precio”, señala Tomás Cruzat.
La compañía pone el foco en el desarrollo de canales HORECA y retail especializado, así como en la comunicación del diferencial del método tradicional y la tipicidad de sus viñedos. “Nuestro desafío es crecer en presencia, no en volumen. Mantenernos como sinónimo de burbujas de alta gama argentina y seguir innovando con productos que sorprendan a un consumidor cada vez más exigente”, afirma el directivo.
Para la fecha, Cruzat recomienda dos espumosos Nature: Cruzat Premier Nature, elaborado con uvas de Luján de Cuyo y doce meses sobre borras, y Cruzat Cuvée Nature, con veinticuatro meses de contacto con lías y origen en el Valle de Uco.
“Queremos seguir siendo una bodega boutique de referencia en espumosos, reconocida por la innovación, la excelencia y la calidad”, afirma Tomás Cruzat.












