El mercado de oficinas clase A y naves logísticas en Argentina evidencia una etapa de estabilidad y maduración durante el tercer trimestre de 2025. De acuerdo con datos de Newmark Argentina, la vacancia en oficinas clase A se ubica en 14,9%, con una absorción neta positiva de 14.526 m² y renta promedio estable en USD 23,24 por m² mensual.
El stock en construcción permanece acotado, con 83.339 m², reflejando un enfoque defensivo y una orientación hacia la calidad. En contraste, el segmento industrial y logístico consolida su posición como motor de dinamismo dentro del real estate corporativo, con vacancia promedio de 4,4% y 179.300 m² en desarrollo.
La demanda se sostiene fuerte en áreas estratégicas del eje Norte, impulsada por operadores logísticos, empresas de consumo masivo y desarrolladores que priorizan eficiencia operativa y sustentabilidad. Este comportamiento reafirma el peso creciente de logística en la estructura del mercado corporativo.
Mariana Stange, referente en el real estate corporativo argentino, plantea la necesidad de repensar el sentido del espacio de trabajo más allá de tendencias importadas. Cuestiona el modelo de oficinas abiertas popularizado por empresas tecnológicas, afirmando: “Estas empresas son innovadores, sí, pero también marcan tendencias que a veces priorizan imagen y cultura aspiracional antes que impacto a largo plazo. Y ahí está mi crítica: el espacio de trabajo no puede ser marketing, tiene que ser estrategia”.
Stange destaca que la adopción acrítica de esquemas de Silicon Valley generó uniformidad y pérdida de diversidad. Propone encontrar equilibrio entre apertura y privacidad: “El open space se presentó como sinónimo de colaboración y transparencia, y en parte cumplió ese rol. Pero el problema fue la exageración. Lo que se vendió como colaboración terminó siendo uniformidad, y la uniformidad en el espacio de trabajo es peligrosa, porque el trabajo es diverso”.
