La compañía TrinaTracker, especializada en rastreo solar inteligente bajo Trinasolar, informó el 2 de octubre de 2025 que su serie Vanguard obtuvo certificación de huella de carbono por parte de Bureau Veritas. Esta certificación abarca tanto el modelo Vanguard 2P como el Vanguard 1P, consolidando la verificación ambiental independiente para toda la gama.
El rastreador Vanguard 2P recibió la Certificación de huella de carbono (PCF) de producto, conforme a la norma ISO 14067:2018. Este estándar internacional mide el impacto ambiental a lo largo del ciclo de vida completo del producto, desde el abastecimiento de materias primas hasta el transporte y la entrega. La evaluación incluyó el uso de acero de bajo carbono, materiales de menor impacto, optimización logística mediante distancias de transporte reducidas, empleo de fletes ferroviarios y marítimos, electricidad ecológica y procesos de fabricación eficientes, además de la reducción de emisiones en las entregas.
En cuanto al modelo Vanguard 1P, Bureau Veritas verificó una reducción superior al diez por ciento en emisiones de gases de efecto invernadero durante un año, “del origen al destino”. Esta mejora se atribuyó a ajustes en el diseño y los procesos de fabricación, lo que facilita a los clientes el cumplimiento de normativas de carbono más exigentes en mercados internacionales.
La serie Vanguard proporciona así datos transparentes de huella de carbono, alineados con estándares globales. De acuerdo con el comunicado, estas certificaciones “reflejan el compromiso de TrinaTracker de integrar medidas de reducción de carbono a lo largo del aprovisionamiento, la cadena de suministro, la producción y la logística, y apoya la transición mundial a las cero emisiones netas”.
Este desarrollo forma parte de la estrategia de sostenibilidad de Trinasolar, participante del Pacto Mundial de las Naciones Unidas y promotora del concepto de administración de sostenibilidad SOLAR. Además, productos como los módulos Vertex N y el modelo Elementa 2 han sido certificados por entidades independientes, y diversas bases productivas recibieron reconocimiento como “fábricas ecológicas”.












