El crédito hipotecario argentino experimenta una desaceleración tras un período de crecimiento, según el informe reciente de la Fundación Tejido Urbano. La investigación observa una caída en el ticket promedio de operaciones con hipoteca tanto en la Provincia de Buenos Aires como en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), lo que podría indicar una preferencia por unidades de menor valor o ajustes en los montos financiados.
De acuerdo con datos del Banco Central, entre enero y agosto de 2025 las operaciones acumuladas alcanzaron USD 2.215 millones a valor oficial. En julio, los plazos de financiación se extendieron hasta un máximo histórico de 24,3 años, mientras que en agosto retrocedieron a 24,1 años. La tasa de interés promedio aumentó a 6,32%, reflejando mayores restricciones en las líneas de crédito.
En cuanto a la composición de las carteras, los créditos destinados a la adquisición de vivienda nueva descendieron al 37%, equiparando niveles registrados en septiembre de 2024. Otros destinos muestran un crecimiento relativo dentro del stock vigente. En la Provincia de Buenos Aires, se concretaron 85.970 compraventas entre enero y agosto, de las cuales 14.717 fueron por hipoteca (17%). El ticket promedio bajó a USD 100.949 en agosto. En CABA, se registraron 42.549 compraventas y 9.341 hipotecas, con una reducción en escrituras y montos promedio.
El precio medio del metro cuadrado en CABA se ubica en USD 2.450, en GBA Norte alcanza USD 2.300/m² y en GBA Sur permanece en torno a USD 1.600/m². El mercado inmobiliario acompaña la tendencia de desaceleración, aunque los valores continúan en alza.
Entre las novedades regulatorias, la Comisión Nacional de Valores (CNV) aprobó de manera condicionada el Fondo Común de Inversión Cerrado Allaria-Lendar, orientado a canalizar hasta USD 100 millones a créditos hipotecarios. El informe señala: “La aprobación condicionada de la CNV no es un dato menor: refleja que el organismo regulador reconoce la urgencia de dinamizar el financiamiento hipotecario y está dispuesto a ajustar su marco normativo para habilitar instrumentos alternativos al crédito bancario tradicional”.
El segundo semestre se caracteriza por una tensión creciente entre el dinamismo de la demanda y la restricción de la oferta crediticia, mientras la sostenibilidad del ciclo hipotecario dependerá de factores políticos y financieros en el corto plazo.
