En Argentina, el mercado inmobiliario atraviesa un período de pausa marcado por la incertidumbre en el plano político y económico. Los participantes del sector esperan medidas concretas que normalicen el escenario y permitan retomar decisiones de inversión con mayor certeza.
Óscar Puebla, director de Puebla Inmobiliaria, señaló que la expectativa persiste respecto a la continuidad de políticas que aporten previsibilidad. A pesar de que las operaciones inmobiliarias avanzan, lo hacen a un ritmo más lento. El directivo remarcó que existe “interés, pero también mucha cautela”, en una coyuntura que ha forzado la desaceleración de compraventas y alquileres.
Esta dinámica genera un efecto dual: la falta de definiciones frena transacciones, pero los valores actuales y las oportunidades disponibles mantienen el atractivo para quienes buscan resguardar capital. Puebla consideró que “el ladrillo continúa siendo una de las alternativas más sólidas de inversión”, sobre todo en situaciones de volatilidad financiera. Explicó que los precios de las propiedades aún se encuentran por debajo de los máximos históricos de 2018, lo que ofrece margen de crecimiento y posiciona la compra de inmuebles como una opción segura frente a la inestabilidad de bonos y acciones.
En relación al mercado de alquileres, Puebla destacó que los ingresos generados por locaciones hoy presentan una renta positiva, lo que “le devuelve atractivo al mercado locativo y representa un incentivo adicional para quienes buscan resguardo y rentabilidad a mediano plazo”.
El sector permanece atento a posibles definiciones que generen reglas claras y estimulen el crédito y la inversión, con el objetivo de recuperar un ritmo sostenido. “En un contexto de cambios permanentes, el ladrillo sigue siendo sinónimo de refugio, estabilidad y valor a futuro”, concluyó Puebla.












