El 67% de los argentinos reconoce que el cambio climático impacta de manera directa en su vida cotidiana y ocho de cada diez esperan que las marcas actúen para reducir su huella ambiental. En este contexto, la empresa de alimentos y bebidas más grande del mundo refuerza sus metas globales: alcanzar la neutralidad de carbono en 2050 y lograr que más del 95% de sus envases sean reciclables antes de que finalice 2025.
Energía renovable en siete plantas
Una de las medidas más concretas es la migración al 100% de energía eléctrica renovable en sus siete plantas industriales en el país, ubicadas en Córdoba, Santa Fe, Buenos Aires y Mendoza. El cambio implica una reducción significativa de la huella de carbono y posiciona a la compañía como referente en la transición energética dentro del sector de consumo masivo.
Iniciativas de reciclaje
Nestlé también avanza en proyectos de economía circular. Bajo la marca Purina, impulsa un programa de recolección de bolsas de alimentos para mascotas —de cualquier fabricante— con el objetivo de darles una segunda vida. Nescafé Dolce Gusto recupera cápsulas para transformarlas en madera plástica y otros materiales reciclados, mientras que Nespresso sostiene un plan específico para el reciclado de cápsulas de aluminio.
Reducción del desperdicio de alimentos
Otro eje es el combate al desperdicio de alimentos, considerado uno de los principales desafíos de la industria. Nestlé se incorporó al programa nacional “Valoremos los Alimentos”, coordinado por la Secretaría de Agricultura junto a GS1, que busca optimizar las cadenas de suministro y promover mejores prácticas de consumo.
“En Nestlé creemos que cada decisión puede generar un impacto positivo. Este compromiso guía cómo operamos y cómo colaboramos con comunidades, proveedores y consumidores”, señaló Verónica Rosales, directora de Comunicaciones y Asuntos Públicos de Nestlé Argentina, Uruguay y Paraguay.












