as razones que justifican la necesidad de estrategias específicas a favor del desarrollo y la expansión de las pequeñas y medianas empresas han sido señaladas una y otra vez. En un trabajo premiado por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Locane, que es contador público y licenciado en Administración (UBA), resume que es amplio el consenso acerca del rol fundamental que desempeñan las Pymes en una política tendiente a diversificar la competitividad internacional, la generación de una mayor producción con más valor agregado y la promoción del empleo genuino.
No obstante, Locane que es auditor y asesor de empresas, docente en la Universidad de Belgrano y asesor del Senado de la Nación en materias de su especialidad, como los temas tributarios y de administración fiscal- destaca que el estudio de la problemática de las Pymes argentinas ha sido, en los últimos años, vasto en cantidad y rico en calidad. Asimismo, afirma que comienzan a soplar nuevos buenos vientos para el sector y que estarían dadas las condiciones para imaginar un futuro favorable al crecimiento y consolidación de muchas de las pequeñas y medianas empresas.
El conjunto de obstáculos para la capitalización y expansión de las Pymes en Argentina, para Locane, está constituido por dos variables-condición: a) el ambiente de negocios y b) la estrategia nacional de desarrollo; y otras variables-instrumentales, c) la financiación y los impuestos. Las dos primeras, si bien resultan relevantes, según el especialista, no son fáciles de modificar en lo inmediato. En cambio, la experiencia internacional indica que sería posible operar cambios sobre las variables-instrumentales e intentar resolver en el corto plazo los problemas que las erigen en obstáculos, explica.
En relación con la financiación Locane se refiere al difícil vínculo entre las Pymes y las entidades financieras: Un obstáculo reiterado que observan los pequeños y medianos empresarios es la despersonalización en el trato con el cliente y la falta de criterio uniforme con que los bancos atienden una determinada situación.
– ¿Cuál es la solución a este desencuentro?
– En realidad, la importancia que comenzó a representar el sector Pyme para la banca pública y la banca privada que en el último tiempo fue adquirida por empresarios nacionales, quienes conforman el núcleo central del sistema, junto con la banca cooperativa, tradicional fuente de financiamiento del sector. Sin embargo, no es justo que toda la responsabilidad recaiga sobre los bancos. En el segmento Pyme, la falta de un verdadero management en el área financiera hace que en muchas ocasiones no se optimicen los recursos y se recurra sólo a los instrumentos de crédito tradicionales.
Por un lado, por ejemplo, los bancos deberían esforzarse para superar y derribar los obstáculos que muchas veces ellos mismos imponen, y tratar de conocer al cliente, su patrimonio, su mercado, sus perspectivas de negocios e incluso el Ebitda (siglas inglesas para ganancias antes de interés, impuestos y amortizaciones, que indica la capacidad para distribuir resultados a los propietarios, prestamistas y el Estado).
Ello le permitirá ofrecer a la empresa instrumentos crediticios más convenientes y a un costo adecuado. Por otra parte, los empresarios Pyme deberían asumir que hay que contemplar nuevas alternativas de financiamiento y, al mismo tiempo, reducir sus costos, algo para lo que se requiere un management idóneo, en lo posible a cargo de un profesional en la materia.
– Por fuera del sistema bancario, en su trabajo propone que las Pymes entren a cotizar en la Bolsa. ¿Es posible apalancar el desarrollo del sector mediante el mercado de capitales?
– Las Pymes son bastante reacias a abrir sus paquetes accionarios al mercado de capitales, aunque se trata de una cuestión cultural más que financiera.
– ¿Qué tan atractivo puede resultar para el mercado la apertura de capital de las Pymes?
– Pienso que, a partir de las nuevas oportunidades de negocios y de los cambios en el paradigma económico que tuvieron lugar en nuestro país, muchas empresas medianas pueden resultar bastante tentadoras, por tratarse de firmas con innovaciones tecnológicas, buenos mercados externos y management más profesional, un requisito fundamental que la bolsa evalúa a la hora de aceptar o no el ingreso de una empresa. Por otra parte, el hecho de cotizar en bolsa es una iniciativa muy bien vista en los mercados externos, porque una empresa que haya dispuesto mostrarse de manera abierta es, en algún punto, sinónimo de garantía, seriedad, prestigio y transparencia en los negocios.
– ¿Cómo se implementaría su propuesta?
– A partir de la habilitación de instrumentos que promuevan la capitalización de Pymes sin que ello signifique la pérdida de propiedad, capacidad y autonomía de dirección por parte sus propietarios; y, a su vez, la generación da atractivos de la inversión mediante determinados mecanismos de promoción. Una figura adecuada para introducir a las Pymes en el sistema bursátil son las acciones de participación, porque al no conferir derecho a voto excluyen la posibilidad de que los accionistas pierdan el control de la empresa o la autonomía de decisión. El esquema propuesto permitiría: a) ampliar la oferta del mercado de capitales, b) crear una fuente de capitalización para las Pymes, c) promover su modernización administrativa, d) impulsar la distribución de dividendos, y e) estimular el desarrollo de las economías regionales.
– Para usted, el sistema tributario aparece como otro de los principales obstáculos.
– Claro, porque es el fruto de un diseño elaborado sobre la lógica de un paradigma antiproductivo, proclive a favorecer la especulación cortoplacista y las rentas financieras. La vigencia de un nuevo paradigma, orientado a la producción, la inversión productiva y el empleo digno y masivo, debería contribuir a revisar la lógica del diseño tributario.
– ¿Cuál debería ser la reforma en este plano?
– El grupo más numeroso de contribuyentes individuales en el impuesto a las ganancias es el inscripto en actividades de intermediación financiera y otros servicios financieros, inmobiliarios, empresariales y de alquiler. Constituye el que mayores ingresos declara, pero también el que exhibe mayores montos exentos y justificaciones de incrementos patrimoniales no alcanzados por el gravamen, que en el ejercicio fiscal 2002, por ejemplo, alcanzó casi 70% del monto declarado ese año como ingresos alcanzados por el mismo gravamen.
Ello parece demostrar que existiría materia imponible para sustituir, de manera total o parcial, impuestos distorsivos de la actividad productiva o, incluso, financiar mecanismos de promoción de capitalización empresaria. Pienso que así se daría lugar a un sistema de suscripción de acciones de participación de Pymes, mediante la utilización del mecanismo previsto en la ley 20.643, previa adaptación legislativa. Esa ley, que data de 1974, fue diseñada como un régimen transitorio de promoción de capitalizaciones empresarias, que otorga a los contribuyentes del impuesto a las ganancias la posibilidad de adquirir títulos valores privados mediante una porción del impuesto que les correspondería abonar.
– Ud. se refiere al Estado como a un socio inevitable. ¿Qué le quita y qué le aporta el Estado al negocio?
– Lo que le quita es, claramente, recursos financieros (vía impuestos). El empresario lamenta la carga tributaria pero, si fuera razonable y él moralmente sólido, la entendería como el precio de vivir en sociedad, y lograría visualizar que el Estado le aporta un cierto servicio o beneficio.
Lo que también lamenta es que muchas veces, el Estado, le hace perder otros recursos, como el tiempo y las oportunidades, que no son renovables y entonces lo ve como un obstáculo para el desarrollo de su empresa. El entramado burocrático es lo que muchas veces atenta contra el tiempo y las oportunidades.
– ¿Cómo impactaría su propuesta en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires?
– El presidente de la Bolsa, Adelmo Gabbi, imagina una especie de Mervalito, un panel donde figurarían entre 200 y 300 empresas que son las que facturan entre 30 y 100 millones de pesos al año. Hoy en día, en el panel Merval, cotizan menos de 30 empresas. Imagino que llegar a tener un panel Mervalito con 300 empresas sería como revolucionar la Bolsa. Habría que contratar más gente, cambiar sistemas. A mí me parece que es un momento histórico para hacerlo.