El sector automotor argentino experimenta una dinámica inédita con el desembarco de marcas chinas, entre ellas BYD, que incorporan el modelo de consumo “fast fashion” proveniente de la industria de la moda. Esta tendencia se caracteriza por ciclos de renovación de vehículos más cortos y una estrategia centrada en la tecnología y la constante actualización de productos.
Anabella Guimarey, CEO y Co-fundadora de El Cero Km, primer marketplace de autos nuevos en Argentina, analiza el fenómeno y sus implicancias para el mercado local. Según la ejecutiva, los fabricantes chinos buscan que los automóviles se asemejen al concepto de moda rápida: “los chinos quieren que los autos sean como la ropa de Zara: fast fashion. Que los cambies cada dos o tres años, que se vuelvan descartables”.
Ciclos de renovación y obsolescencia programada
El modelo propuesto por las firmas chinas implica la introducción de nuevos vehículos o variantes cada 12 a 18 meses, en contraste con los ciclos de tres a cinco años de las automotrices tradicionales. En China, el leasing y un menor apego al vehículo predominan, mientras que la tecnología —actualizaciones OTA (Over the Air), pantallas de gran tamaño, asistentes de voz e inteligencia artificial— favorecen la rápida obsolescencia y estimulan la búsqueda permanente del próximo modelo.
Preferencias y preocupaciones del consumidor argentino
Por su parte, el público argentino se distingue por un fuerte apego al automóvil usado y la preocupación por la depreciación de los vehículos nuevos. Guimarey señala: “Se piden cifras desorbitadas por autos que ya no valen eso, y existe un pánico generalizado a pagar 18 mil dólares por un cero kilómetro que se deprecie rápido”.
Estrategias comerciales y desafíos de precios
La penetración de las empresas chinas dependerá, según Guimarey, de una política de precios competitiva y garantías extensas. “No la van a tener tan fácil. Solo si salen con valores ultra competitivos podrán penetrar en el mercado. Que sea un no-brainer comprarte un Dolphin Mini a 16 mil dólares cuando un Kwid vale 18 mil”, afirma la CEO de El Cero Km. Además, la ejecutiva ironiza sobre las prácticas comerciales locales: “Los chinos más argentinos que nunca: salieron con una preventa sin precios. Ni los planes de ahorro se atrevieron a tanto”.
El impacto de este modelo en el mercado automotor argentino dependerá de la capacidad de las marcas chinas para adaptarse a las preferencias y hábitos de los consumidores locales, especialmente en cuanto a precio y valor residual del vehículo.












