Starlink desembarcó en Argentina con una propuesta simple: pagar un kit y un abono mensual. La rápida adopción tensó la capacidad en celdas específicas y obligó a administrar el alta de nuevos clientes. En mayo de 2025, la empresa abandonó la tarifa plana y pasó a planes por volumen de datos con recargas. La secuencia —innovación, adopción, congestión y segmentación— se ajusta al patrón del “monopolio de innovación” descripto por Joseph Schumpeter.
Modelo inicial: kit y abono mensual
El esquema de entrada combinó un pago único por el hardware y una cuota mensual por el servicio residencial. En 2024 se observaron referencias de mercado próximas a $ 499.999 por el kit y $ 56.100 mensuales, según comunicaciones comerciales y coberturas de aquel período. La lógica era la de uso “ilimitado” sujeto a gestión de red, con una instalación autogestionada que reducía fricción de acceso para hogares y pymes.
La promesa de baja latencia y disponibilidad en áreas subatendidas favoreció una adopción acelerada. El atractivo fue mayor donde la banda ancha fija y móvil mostraba desempeño irregular o costos elevados para despliegues marginales.
Saturación y gestión de capacidad
A fines de febrero de 2025, Mercado informó saturación de capacidad en zonas del AMBA y en localidades del interior, con suspensión de nuevas altas y apertura de listas de espera con depósito. También se introdujo Residencial Lite, un plan de entrada con menor prioridad en horas pico.
Ver: “Starlink alcanza su capacidad máxima en zonas de Argentina, limitando nuevas suscripciones”.
Ese comportamiento es típico en servicios de red: el crecimiento de la base tensiona la infraestructura y obliga a racionar capacidad por celda. La administración del alta y la priorización por plan funcionan como válvulas para evitar degradación generalizada del servicio.
Del abono fijo al dato medido
El 12 de mayo de 2025 la compañía reformuló su oferta y abandonó la tarifa plana para adoptar planes por volumen de datos. La nueva grilla contempla paquetes base (50 GB, 100 GB, 500 GB, 1 TB y 2 TB), alertas al 50% de consumo y la posibilidad de comprar recargas de 50 GB o activar la recarga automática. Si el usuario no amplía su paquete, la velocidad se reduce a 1 Mbps hasta el cierre del ciclo.
Detalle en Mercado: “Starlink cambia las reglas del juego: adiós a la tarifa plana y aumentos de precio”.
El viraje alinea precio y uso efectivo, traslada a los usuarios intensivos el costo de congestión y permite administrar capacidad por celda satelital. También habilita una discriminación de precios más fina por intensidad de consumo y por necesidad de prioridad de tráfico.
Evidencia de recargos por demanda
La documentación remitida a esta redacción —un “resumen del pedido” individual— muestra la materialización de ese esquema: suscripción residencial $ 56.100/mes, kit estándar $ 499.999, envío y gestión $ 24.400 y un “recargo por demanda” de $ 1.180.000, con un total a pagar de $ 1.704.399. El cargo adicional se presenta como ampliación de capacidad y prioridad de tráfico por encima del plan base.
Los importes son en pesos argentinos ($) y pueden variar según listas, impuestos y promociones. El punto sustantivo es la separación explícita entre cuota base y compras on-demand, coherente con la segmentación por datos y la gestión de congestión.
La curva schumpeteriana aplicada al caso
Schumpeter definió un “monopolio de innovación” como el poder de mercado transitorio que obtiene el pionero gracias a una mejora tecnológica. Esa ventaja permite capturar rentas extraordinarias para financiar la siguiente ola de inversión. La trayectoria local de Starlink reproduce esa lógica en cuatro movimientos:
- Innovación y entrada. Un servicio satelital de baja latencia que cubre huecos de conectividad fija y móvil.
- Adopción acelerada. Rápido crecimiento en zonas subatendidas y en usuarios que priorizan continuidad del negocio.
- Cuellos de capacidad. Saturación localizada y listas de espera, con un plan Lite de menor prioridad para ordenar el acceso.
- Segmentación y reprecificación. Planes por GB, recargas y “recargo por demanda” para usuarios de alto consumo o de mayor necesidad de prioridad.
El resultado es un racionamiento eficiente de una capacidad finita y una reconfiguración de la curva de ingresos que preserva incentivos de inversión. La empresa mantiene el escalón de entrada y eleva el precio relativo del consumo intensivo.
Competencia y regulación: próximos movimientos
La evolución comercial tendrá efectos sobre el tablero competitivo. En el frente satelital, Eutelsat OneWeb y, a futuro, Project Kuiper disputan segmentos corporativos y gubernamentales. En redes móviles, los desarrollos Direct-to-Device (NTN 5G) abren una cobertura básica desde el celular que puede competir por casos de uso de baja demanda. Para contexto tecnológico y regulatorio, ver el informe de Mercado “La última frontera de la conectividad: política, economía y tecnología en la era D2D”.
Para el regulador local, los ejes previsibles son transparencia al consumidor (métricas de consumo, alertas, calidad mínima), reglas de priorización de tráfico y publicación de mapas de capacidad en zonas saturadas. La gestión de expectativas en listas de espera también resulta central para evitar asimetrías de información.
Qué observar
Primero, la densificación de la constelación y las mejoras de backhaul que amplíen capacidad efectiva por celda. Segundo, la elasticidad del consumo frente a precios por GB y a recargos de demanda: allí se verá si el nuevo esquema modera la congestión sin desalentar la adopción. Tercero, la respuesta competitiva de otras constelaciones y de las telcos con ofertas híbridas satelital-terrestres, que podrían capturar segmentos de bajo ARPU o de conectividad crítica.
Referencias en Mercado
• Starlink alcanza su capacidad máxima en zonas de Argentina, limitando nuevas suscripciones (26/02/2025).
• Starlink cambia las reglas del juego: adiós a la tarifa plana y aumentos de precio (12/05/2025).
• La última frontera de la conectividad: política, economía y tecnología en la era D2D (25/07/2025).












