Los desafíos del crecimiento

    Por Carlos Montero


    Tabaré Vázquez

    El alza de la proyección de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en Uruguay a 5,25% en 2007 y 3,75% en 2008, hecha al cerrar el primer trimestre por el Ministerio de Economía y Finanzas y el Banco Central del Uruguay (BCU), extendería los ya cuatro años de expansión tras la crisis de 2002.
    En 2006, el PIB registró una suba de 7% y llegó a US$19.320 millones, superando el incremento de 6,6% de 2005 y logrando la mayor performance en dólares desde 2000 (US$ 20.075 millones), aunque está todavía a US$ 3.000 millones del récord histórico de 1998, previo a la hiperdevaluación del real brasileño.
    Pese a que corrigió positivamente la expectativa anual previa, de 4,5% para 2007 y de 3% para 2008, el Comité de Coordinación Macroeconómica (CCM) que comparten el Ministerio de Economía y el BCU admite que el porvenir inmediato “implica una desaceleración con respecto a las tasas promedio de 2005 y 2006”. El crecimiento trimestral desestacionalizado fue de 1,7% en 2005 y 1,5% en 2006, y el organismo espera que aminore el ritmo a 1,2% en 2007 y a 0,75% en 2008.
    “Les adelanto que, si llegara a haber una revisión, será al alza”, había dicho –en cuanto al PIB– el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, en una entrevista exclusiva para Mercado publicada en la edición de abril. Allí Astori destacó “un dinamismo muy importante de la economía uruguaya” y señaló que “el promedio de los últimos años es el mayor en décadas, a partir de la crisis” de –3,4% (2001) y –11% (2002), seguida de 2,2% (2003) y 11,8% (2004).
    El volumen físico de producción es el más elevado desde que hay estadísticas, en todos los rubros, salvo energía y agua, mejorado por obras en la pastera Botnia y una agroindustria alimentaria, según la consultora CINVE. Manufacturas (8,5%), transporte y comunicaciones (12%) –que se expandieron por la telefonía celular– y construcción (14%) superaron el promedio de 7%.
    Al iniciar 2007, el quinto año de crecimiento, la economía uruguaya ya sumó un alza de 42,2%. La expansión tiene como efecto la suba de precios, el agotamiento de la capacidad ociosa y el “límite biológico” en ganadería por la falta de reposición de haciendas, según el BCU. Y si la demanda no es satisfecha por mayor producción, se pierde exportación y hay encarecimiento o más importación, como muestra el récord de 2006.

    Inversión y riesgo
    La inversión extranjera directa al sector privado en 2006 fue de US$ 1.380 millones, encima de 2005 (US$ 854 millones) y 2004 (US$ 339 millones). La inversión productiva aumentó 24,7%, y la formación bruta de capital fijo marcó otro récord de 32% por la maquinaria comprada por parte de privados, que a precios corrientes también fue récord (16,4%).
    Con 160 puntos de riesgo país el 1 de marzo pasado, a dos años de asumir el Presidente Tabaré Vázquez, el Gobierno de centroizquierda “espera que el escenario externo para la economía uruguaya continúe siendo favorable” por una firme expansión de la demanda mundial y los elevados “precios de los commodities alimenticios”, comunicó el CCM.
    Agrega como alentadoras las tasas financieras externas “estables y reducidas”, con “importante flujo de capital hacia mercados emergentes”, junto a una demanda regional positiva por el “alto crecimiento esperado en la Argentina y por una mayor expansión de la actividad económica en Brasil”.
    Como riesgo, “la principal incertidumbre radica en la evolución de la economía de Estados Unidos”, que si se desacelerara subiría las tasas con un efecto interno por “la elevada vulnerabilidad que aún mantiene la economía uruguaya”.
    La calificadora internacional de riesgo Standard & Poor’s aún mantiene a Uruguay en la categoría B+ de riesgo especulativo, sin llegar al grado inversor que en América latina sólo tienen Chile y México. En el ranking global de S&P, Uruguay supera a India, Rusia y China en facilitación de negocios. En la región, sólo Chile y Barbados lo superan en transparencia y desarrollo humano, mientras que Uruguay es mejor para distribuir ingreso.

    Deuda externa
    La deuda bruta pública bajó –por primera vez en el milenio– de 83% del PIB en 2005 (US$ 13.946 millones) a 70,3% en 2006 (US$ 13.710 millones), tras el pico de 108% que había alcanzado en 2003 en un trienio con 100% de media. Los US$ 235 millones menos son por pagos al FMI, el BID y el Banco Mundial por US$ 2.841 millones y la venta de papeles públicos a privados por US$ 2.612 millones.
    La meta inicial del Gobierno era culminar el quinquenio en 60% del PIB, pero la expansión llevó a proyectar un menor peso relativo que podría descender hasta 50%, según Andrés Masoller, a cargo de la Asesoría Macroeconómica y Financiera del Ministerio de Economía. 75% de la deuda es en dólares, 18% en pesos, 5% en euros y 2% en yenes.
    “Hoy tenemos despejadas todas las exigencias importantes no sólo de este período de gobierno sino por todo el período siguiente (hasta 2015)”, aseveró Astori a Mercado. A finales de 2003, uno de cada dos dólares se les debía a organismos multilaterales, mientras que ahora es uno de cada cinco, luego de cancelar toda la deuda con el Fondo Monetario Internacional.
    Ante la cifra mensual de desempleo de diciembre de 2006 (9,1%), el ministro de Trabajo y Seguridad Social, Eduardo Bonomi, estimó que para fin de este año se tendrá una tasa mensual en torno a 8%. Masoller dijo que la meta a fin de 2009 será una media anual de 8%. El desempleo actual, que saltó a 9,8% en enero como efecto post-fiestas, es el más bajo desde 1994. Paralelamente, la tasa de empleo es la más alta en 20 años.
    El bajo desempleo refleja, entre otras cosas, los 17.000 emigrados de 2006, una cifra que duplicó la del año anterior. Los emigrantes uruguayos –casi 440.000, 13% de los 3,3 millones de habitantes– envían remesas por US$ 115 millones anuales (62% más en 2006 que en 2005) a 2% de los hogares.
    En el último semestre, tras cinco meses de recuperación (+6,2%), el salario real detuvo su evolución en febrero, cuando el Índice Medio de Salarios subió 0,51%, por debajo de los precios minoristas que crecieron 0,61%. El PIB anual per cápita de los uruguayos a fin de 2006 fue de US$ 5.812.
    El consumo final aumentó en 2006 8,6%, empujado por privados (9,3%). También se recuperaron los ingresos de los hogares (6,9%), el salario real (4,4%) y la pasividad real (2,3%). El crédito a privados y los depósitos crecieron US$ 700 millones, aunque bajó 1% la colocación a plazo fijo y aumentaron 13% los depósitos a la vista.

    Inflación
    El Indice de Precios al Consumo aumentó 6,32% en 2006. La meta anual de 2007 prevé una suba de entre 4,5% y 6,5% (y de entre 4% y 6% a septiembre de 2008). Sin embargo, la inflación del primer trimestre fue de 3,31% –más de la mitad de lo esperado para todo el año–, incluyendo la de 0,9% de marzo –la mayor para ese mes desde 2003–, por lo que, para cumplir la meta, el aumento durante el resto de los meses no podrá superar 0,34%.
    El incremento del primer trimestre de este año fue mayor que el de la Argentina (2,2%), tras tres años. En el mismo período de 2005, la inflación argentina (4%) había superado casi siete veces a la de su vecino (0,6%). El último año móvil, al 31 de marzo de 2007, registra en la Argentina un aumento del índice de precios de 9,1%, ante 7,36% de Uruguay.
    El presidente del BCU, Walter Cancela, actúa “en forma contractiva” para atajar “un probable incendio” por aumento “del lado de los precios”, que en el año móvil hasta marzo exhibió la mayor tasa anual de IPC desde diciembre de 2004. El banco salió a emitir letras, notas de Tesorería y Regulación Monetaria para esterilizar liquidez en pesos.
    Para el analista Ricardo Sosa, inversores argentinos prefirieron pasarse a un bono global en unidades indexadas al IPC uruguayo, aunque rinda menos, dejando títulos atados a los precios argentinos. “En este tipo de inversión –sostiene Sosa–, la confianza sobre la medición de los precios es clave, y esa confianza sufrió un nuevo revés en la Argentina con la intervención de la administración Kirchner en el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos”.
    La oferta de dólares para tener pesos arriesga atraso cambiario, y las notas impactarían en suba de tasas bancarias en moneda nacional. El consultor Jorge Caumont, de Portfolio, postula que el Estado tenga superávit fiscal para comprar dólares y sostener su cotización para que la exportación no pierda competitividad ni se castigue la balanza de pagos.

    Comercio exterior
    En la entrevista con Mercado, Astori destacó que las reservas superan los US$ 3.000 millones y que Uruguay exportó en 2006 casi US$ 4.000 millones. De las ventas al exterior, 23% se realizaron al Mercosur, pese a lo cual el país registró un déficit comercial de más de mil millones de dólares con el bloque. Según el ministro, el déficit fue de más de US$ 550 millones con la Argentina y de más de US$ 400 millones con Brasil.
    El déficit comercial de bienes en 2006 fue de US$ 571 millones, duplicando el de 2005 (de US$ 251 millones), con una exportación FOB de US$ 3.952 millones y una importación FOB de US$ 4.523 millones, con Brasil, la Argentina y la Unión Europea como principales mercados.
    En 2006, las importaciones subieron 23% a US$ 4.800 millones (CIF), alcanzando un récord. Los US$ 900 millones extra se distribuyeron en US$ 160 millones de bienes de consumo, US$ 110 millones de bienes de capital y US$ 640 millones de intermedios (petróleo y energía eléctrica).
    Según el CCM, América es “la principal zona de las compras uruguayas, de allí proviene alrededor de 70%” de las importaciones. El organismo destaca a la Argentina, Brasil y, ahora, Venezuela por la mayor provisión de crudo. El aumento de las compras a China en 2006 hizo que Asia desplazara a Europa como segundo proveedor.
    En el año móvil hasta enero se exportó por US$ 4.160 millones. El Gobierno prevé un nuevo récord de ventas (US$ 4.500 millones) en un 2007 que arrancó con un primer trimestre 16,5% más exportador que el mismo período del año anterior por carne, arroz, trigo, lácteos, cueros y molinos. Cereales pasó a segundo rubro (+841%).
    Estados Unidos inició 2007 como mayor mercado de demanda –luego de un bajo 2006 y un 2005 en que casi empató al Mercosur con 22%–, seguido por Brasil, la Argentina, Alemania y México, según Aduanas, que ubica al Nafta, el Mercosur y la UE, en ese orden, como los bloques que más le compran a Uruguay.
    Los productos cárnicos son una cuarta parte de lo exportado. La exportación (FOB) subió 17,1% y la importación (CIF) 21,5% en 2006 –sin incluir petróleo ni importación para la planta de celulosa en construcción–.
    Se proyecta que las ventas al exterior crecerán 12,5% en 2007 y 8,4% en 2008, siempre atrás de un aumento de las importaciones de 15,1% y 9,5%, respectivamente. La suma de exportación, importación, admisión temporaria y mercadería en tránsito subió 24% en 2006 y llegó a US$ 11.000 millones.

    Cuentas públicas
    La Dirección de Aduanas recaudó US$ 1.232 millones en los doce meses hasta marzo último, US$ 160 millones (14,41%) más que entre abril de 2005 y marzo de 2006, sobre todo por la adquisición de crudo, maquinaria, vehículos, plástico y artefactos mecánicos. De enero a marzo de 2007, Aduanas cobró US$ 36 millones más que en el primer trimestre de 2006.
    En los primeros dos años del actual Gobierno (2005-7), la Dirección General Impositiva recaudó US$ 7.000 millones, frente a US$ 4.400 millones de los últimos dos años de la administración anterior (2003-5), según la propia DGI.
    El déficit fiscal de 2006, luego de restarle “inversiones de alto impacto en el crecimiento” en obras públicas, fue de 0,5%; pero el resultado primario del sector público –antes de pagar deuda e intereses– fue superavitario en 3,9%.
    El sector público padeció una salida de capitales de US$ 974 millones, pero la cuenta de capital dio positivo en US$ 410 millones, lo que casi compensó el rojo en la cuenta corriente de la balanza de pagos (US$ 457 millones); 2005 terminó con un superávit de US$ 40 millones. M