El ejecutivo siempre tiene la razón


    Bob Shannon y Daniel Nadborny
    Foto: Gabriel Reig

    En la casa matriz de Google en Mountain View, California, los empleados pueden
    jugar al voley, nadar, hacerse un masaje o llevar la ropa a la tintorería
    dentro de las mismas instalaciones de la compañía. Durante el
    horario de trabajo, la consigna es 80/20 (80% de tiempo en proyectos, 20% del
    tiempo para la creatividad propia).
    Para inspirarse, pueden comer un snack en la “micrococina” de su
    oficina, tomar una gaseosa de las heladeras libres que exhiben los pasillos
    o sentarse a compartir una infusión en un café temático.
    Para ir de un lado a otro pueden hacer uso de los scooters eléctricos
    disponibles. Y para sentirse en casa, pueden andar descalzos y llevar sus mascotas.
    Ah, y además es ahí donde se pagan los mejores sueldos del mercado.
    Ya no se trata de un “paquete de beneficios” sino de una transformación
    del espacio de trabajo en un concepto más amplio que no deja afuera la
    diversión, el deporte, el ocio y la sociabilidad. Pero que tampoco recorta
    la compensación tradicional. La fórmula de Google, a la vanguardia
    de una nueva era en la relación de la gente con su trabajo, la llevó
    a ser la número uno en el ranking de 2007 de los 100 mejores lugares
    para trabajar de la revista Fortune.
    Por si todo esto fuera poco, las nuevas generaciones ya no pretenden solamente
    un salario digno y algunos beneficios sino un sano equilibrio entre el trabajo
    y sus vidas personales.
    Entonces ocurrió lo mismo que antes con el marketing. Al principio, cuando
    la oferta era menor que la demanda, Henry Ford podía darse el lujo de
    imponer a los clientes la consigna de elegir para su auto “el color que
    quieran, siempre y cuando sea negro”. Con la competencia llegó
    la diversidad de colores. Los gerentes de Recursos Humanos –antes acostumbrados
    a contratar al mejor entre cientos de candidatos adecuados– debieron estudiar
    a Philip Kotler para aprender a posicionarse en el mercado laboral y diferenciarse
    de los empleadores competidores, para fidelizar a su cartera de talentos, customizar
    los beneficios laborales y desarrollar una proposición de valor que atraiga
    a los mejores talentos del mercado.
    En esta guerra de talentos, el rol de la administración de los recursos
    se ha jerarquizado, siendo ahora una de las principales preocupaciones de los
    Nº 1 de las grandes empresas. No solo el rol se agrandó sino también
    el costo. Cada año las empresas se ven obligadas a aumentar la cantidad
    de beneficios que ofrecen para no quedar relegadas con respecto a la competencia.
    Cada año aumenta el costo para atraer y retener a la gente adecuada.

    Perspectivas futuras
    ¿Irán todas las empresas hacia el modelo Google? ¿Cómo
    hacer para ganar la batalla y conseguir a la mejor gente? ¿No será
    muy alto el costo para conseguirlo? ¿Qué es lo que funciona? Para
    dilucidar estas y otras preguntas sobre la administración de talentos
    en la era hipercompetitiva, Mercado dialogó con dos directivos
    de la consultora multinacional, Mercer: Bob Shannon, líder para la región
    Américas y Daniel Nadborny, director general en la Argentina.
     
    –En su tarjeta personal figuran cinco puestos: Worldwide Partner,
    Americas Region Leader, Northeast Zone Leader, New York Market Leader
    y
    Client Manager
    para grandes clientes globales y nacionales. ¿Cómo
    puede una persona hacerse cargo de tantas tareas? ¿Es ésto una
    muestra de la escasez de personas disponibles para llenar puestos de responsabilidad?

    Bob Shannon: El principal es el de líder de la Región
    Américas, rol que desempeño desde hace seis meses. Implica responsabilidad
    por todas nuestras líneas de negocios en Canadá, Estados Unidos
    y América latina. Se trata de un negocio de US$ 2.000 millones anuales
    sobre los US$ 3.000 millones que factura Mercer en el mundo. Dos de los otros
    cargos no eran permanentes y fui haciendo la transición. Lo que está
    pasando en muchas compañías es que hay una guerra por talentos
    porque hay una indiscutible escasez, en especial en los puestos de alta gerencia.
    Mercer no es diferente en ese sentido de las empresas a las que brinda asesoramiento.
    Confrontamos los mismos problemas. En el momento de hacer los planes de sucesión,
    no siempre aparece de inmediato el candidato ideal para el reemplazo. Aun en
    el caso de tener uno o más candidatos, igualmente lleva tiempo transitar
    el proceso de la selección del sucesor. Por ejemplo, en mi caso, dos
    de mis puestos, el Northeast Zone Leader y el New York Market Leader
    ya han sido pasados a otras personas.

    –¿A qué se debe la escasez de talento?
    B.S.: La generación de los baby boomers nacidos
    al final de la Segunda Guerra Mundial a partir de 1946, han comenzado a salir
    del mercado laboral en los últimos tres a cinco años. Entonces,
    se produce un drenaje de talentos senior, gente con experiencia, capacidad
    intelectual y conocimiento institucional de las organizaciones. La generación
    que los sigue no es lo suficientemente numerosa para llenar todos los casilleros.
    Entonces hay una necesidad de encontrar las mejores formas de retener a esa
    gente que podría estar en edad de retirarse porque simplemente no hay
    suficiente gente para reemplazarlos. Para el año 2015 va a haber más
    puestos vacantes que gente para ocuparlos. Este no es un problema sólo
    en Estados Unidos sino en todas partes, incluso en China donde durante años
    ha habido cero control de natalidad, y también en América latina.

    Daniel Nadborny: Después de la recuperación
    de la economía argentina no desarrollamos suficiente talento especialmente
    en los niveles de gerencia y en las áreas técnicas como ingenieros
    o expertos en minería. Hoy en día si uno quiere reclutar a alguien
    altamente especializado, sin lugar a dudas esa persona ya estará en un
    empleo. En las áreas especializadas, el nivel de desempleo es cero. Por
    lo tanto, a pesar del desempleo estructural global, también en la Argentina
    se da la escasez de talentos.
     
    –En la década de los 90 se trataba de estimular a los empleados
    a que se fueran antes de llegar a la edad de jubilarse con jugosos paquetes
    de retiro anticipado. Hoy se intenta retener a los empleados a toda costa con
    cada vez más beneficios por quedarse. La tendencia se ha revertido de
    forma muy abrupta. ¿Qué pasó?

    B.S.: La gente habló durante años acerca de la
    escasez de talentos que se venía pero creo que nadie se lo tomó
    en serio. Esta guerra de talentos ya lleva más de diez años. Lo
    que pasó es que tuvo que ocurrir para que las empresas se despertaran
    y se dieran cuenta de que estaban perdiendo más mano de obra especializada
    de la que podían reemplazar. Se puede tener gente joven muy talentosa
    pero una persona con treinta años de experiencia en un tema y en la organización
    en sí, no puede ser reemplazada de un día para otro.
     
    –¿La escasez de talentos y la retirada de la generación
    de los baby boomers quiere decir que vamos a tener CEO cada vez más
    jóvenes?

    B.S.: Creo que lo que va a suceder es que vamos a ver gente
    más joven en las gerencias medias. Donde antes hubiéramos querido
    que una persona tuviera al menos 35 ó 36 años de edad antes de
    asumir responsabilidad por una determinada operación, vamos a empezar
    a ver gente de 30 ó 31 años en ese puesto. Tendremos que empezar
    a considerarlos simplemente por una cuestión demográfica, para
    ampliar la cantidad de candidatos posibles. El desafío está en
    cómo entrenar a esa gente y dotarla de las habilidades necesarias para
    que asuma las responsabilidades.

    D.N.: Al mismo tiempo, las empresas deben asegurarse de hacer
    lo necesario para atraer y retener a esa gente. Hay una diferencia entre lo
    que la gente más joven quiere y espera de su trabajo hoy con respecto
    a lo que quiere y espera alguien quince o veinte años mayor. Por lo tanto
    la proposición de valor para esta gente es completamente diferente.
     
    –El manejo de recursos humanos solía estar limitado al
    gerente del área pero ahora está en la agenda del CEO. ¿Por
    qué se ha dado esta jerarquización en la administración
    de talento?

    –Cualquier CEO de una compañía en la que el capital humano
    es un aspecto central del negocio debe estar focalizado en su administración.
    Por otro lado, las compensaciones y los costos de los beneficios han pasado
    a tener mucha importancia en el estado de resultados de las empresas. El gasto
    total sólo en beneficios de cualquier empresa grande representa un porcentaje
    muy alto de los costos. No imagino a ningún CEO de una gran empresa hoy
    que no tenga a su líder de Recursos Humanos como su mano derecha. Es
    cierto que los recursos humanos están hoy sobre la mesa como no lo estaban
    siquiera diez años atrás. Creo que se debe a la magnitud que han
    tomado tanto la administración de talentos escasos como los costos de
    los programas de compensaciones y beneficios.
     
    Temas de RR.HH. en la mesa del directorio según Bob Shannon
    • ¿Estamos reteniendo a nuestros talentos clave?
    • ¿Cuál es la tasa de rotación de la compañía?
    • ¿Estamos llenando las posiciones que necesitamos para crecer?
    • ¿Tenemos a la gente necesaria para cumplir con nuestras proyecciones
    de ingresos?
    • ¿Estamos administrando eficientemente los costos de recursos
    humanos?
     
    –¿Por qué ha cobrado tanta relevancia en los últimos
    tiempos el equilibrio entre vida y trabajo? ¿No ha sido siempre un desafío?

    B.S.: Es una cuestión generacional. Los nuevos empleados
    que ingresan a la fuerza laboral tienen expectativas diferentes sobre lo que
    quieren hacer con sus carreras. No creo que tenga nada que ver con la falta
    de compromiso de su parte. Por el contrario, creo que los nuevos ingresantes
    tienen una tremenda ética laboral y trabajan duro. Pero también
    quieren pasar su tiempo haciendo cosas que disfrutan fuera de su trabajo. Es
    toda una generación que piensa radicalmente distinto a la generación
    de los baby boomers.
    El desafío está en ver cómo podemos crear ambientes productivos
    que a la vez dejen espacios para hacer cosas fuera del trabajo. Nosotros, en
    Mercer, como compañía tenemos el mismo desafío de nuestros
    clientes. ¿Cómo logramos el equilibrio vida-trabajo? Lo hacemos
    mediante la tecnología, permitiendo trabajar remotamente y con mayor
    flexibilidad de modo tal que cada cual pueda elegir los momentos que más
    le convienen para trabajar.
     
    –¿No hay peligro de un efecto boomerang? La flexibilidad
    y el trabajo remoto no hacen que uno no se desconecte nunca del trabajo (lo
    opuesto a lo que se pretende lograr en la búsqueda del equilibrio vida-trabajo)
    .
    B.S.: Es cierto que estamos operando en un entorno de trabajo
    que es casi 24 horas 7 días a la semana. Creo que, por ejemplo, la ventaja
    de la tecnología blackberry es que uno puede estar en contacto
    todo el tiempo y la desventaja es que uno puede estar en contacto todo el tiempo…
    también hay un abuso en el envío de e-mails. Algo tiene
    que ceder. Hay que usar la tecnología inteligentemente y focalizarse
    en los objetivos.
     
    –Uno de los efectos de la escasez ha sido el incremento de los
    salarios de los CEO. ¿Cómo hacen las empresas para que estos ejecutivos
    prioricen los intereses de la empresa por sobre los intereses personales (hacer
    lo que sea para mantener sus puestos)?

    B.S.: Toda compañía afronta el desafío
    de encontrar el mix adecuado entre lo que pagan al CEO y la performance
    de la compañía. En Mercer hacemos mucha consultoría sobre
    compensación ejecutiva, trabajando con las comisiones de compensaciones
    y con la gerencia para lograr el balance concreto. Es importante que los indicadores
    que miden el desempeño de los líderes estén alineados con
    los objetivos de la organización. Si esto se hace bien, cuando un CEO
    está haciendo mucho dinero es porque también los accionistas están
    haciendo mucho dinero.