La Reserva Federal de Estados Unidos resolvió mantener su tasa de interés de referencia entre 4,25 % y 4,50 % por quinta vez consecutiva. La medida responde a una postura cautelosa frente a la incertidumbre económica global y las presiones inflacionarias derivadas de los aranceles comerciales vigentes. Esta decisión se fundamenta en la espera de señales más claras sobre la evolución de la inflación y el empleo antes de implementar nuevos ajustes en la política monetaria.
El analista de mercados Eduardo Ramos Romero, de VT Markets, señaló que la inflación en Estados Unidos continúa por encima del objetivo del 2 %, mientras que las barreras comerciales siguen presionando los precios al consumidor. El Producto Interno Bruto (PIB) estadounidense mostró un crecimiento cercano al 3 % en el segundo trimestre, aunque algunos sectores comienzan a evidenciar desaceleración. Jerome Powell, presidente de la Fed, calificó la política monetaria como “moderadamente restrictiva” y afirmó que “no hay razones claras para recortar tasas en el corto plazo”, indicando que las futuras decisiones dependerán del comportamiento de la inflación y el empleo.
Impacto en mercados emergentes
La decisión de la Reserva Federal genera repercusiones relevantes en economías emergentes, particularmente en América Latina. Argentina enfrenta una situación vulnerable en su mercado cambiario, dado que la entidad monetaria estadounidense mantiene tasas elevadas mientras el país continúa con una política monetaria restrictiva propia. La ausencia de flujos externos y la inestabilidad política incrementan los riesgos cambiarios. Según Ramos Romero, “Argentina y México enfrentan desafíos mayores por su vulnerabilidad cambiaria y menor fortaleza en reservas o flujos”, en contraste con países como Chile y Perú, que se encuentran en una posición relativamente más sólida debido a sus exportaciones de materias primas.
En México, el mercado enfrenta un estrechamiento del margen para carry trade —operaciones que aprovechan diferencias en tasas de interés entre países— debido al diferencial con Estados Unidos. Esto podría presionar al alza el tipo de cambio USD/MXN si no se registran flujos significativos. El Banco de México debe calibrar cuidadosamente cualquier ajuste en su política monetaria ante la inflación externa y los riesgos globales.
En cambio, Chile se beneficia de la demanda internacional por commodities, principalmente el cobre, lo que sostiene al peso chileno. En ausencia de shocks externos, el tipo de cambio USD/CLP se mantiene estable, con potencial para una apreciación si los precios del metal se mantienen elevados.
Perspectivas de política monetaria
La Reserva Federal descarta un recorte de tasas en la reunión de julio y considera septiembre como la ventana más probable para un ajuste, siempre condicionado a los datos macroeconómicos que se presenten. La postura prudente responde a un contexto económico complejo, marcado por la inflación subyacente —que excluye precios volátiles como alimentos y energía— aún elevada y a la necesidad de observar el comportamiento del mercado laboral.
El escenario global obliga a los países emergentes a mantener una vigilancia estrecha sobre las variables externas. Ajustar las políticas económicas se vuelve imprescindible para mitigar riesgos en un entorno incierto y volátil.
“Powell calificó la política monetaria como ‘moderadamente restrictiva’ y afirmó que no hay razones claras para recortar tasas en el corto plazo”, subrayó Ramos Romero. Añadió que “las futuras decisiones dependerán del comportamiento de la inflación y el empleo”.
La combinación de factores externos y condiciones internas determina las perspectivas económicas de cada país en la región. Mientras que las economías ligadas a materias primas muestran mayor resiliencia, aquellas con vulnerabilidad cambiaria y menor fortaleza en reservas enfrentan mayores retos.
La Reserva Federal mantiene una política monetaria cautelosa que impacta de forma diferenciada en los mercados emergentes de América Latina, destacándose el caso argentino por su exposición a riesgos cambiarios y la necesidad de políticas económicas adaptativas.












