Malos augurios sobre la hondura de la recesión

    ESCENARIO GLOBAL | Portada

    Los principales bancos centrales están bombeando billones de dólares a los mercados financieros, los Gobiernos están recapitalizando bancos y asegurándose de su solvencia, garantizando depósitos y además garantizando los créditos bancarios. Pero después de breves repuntes (matizados con profundas bajas) la pregunta es: ¿qué hace falta para llevar estabilidad a los mercados? La respuesta parece ser: los mercados ahora advierten que se avecina una aguda recesión.
    Las empresas occidentales han logrado capear parte de la actual tormenta gracias a que están sentadas sobre altas pilas de ganancias. Pero serán duramente golpeadas durante lo que resta de 2008 y todo 2009 cuando se haga sentir la caída de la demanda. El desempleo está aumentando en los mercados desarrollados, los precios de las casas caen en varias de las principales economías y lo mismo sucede con los indicadores de la confianza del consumidor. La demanda global ya estaba debilitada hace seis meses, pero ahora será mucho peor.
    La frágil confianza del consumidor y los activos sobrevaluados se combinan ahora con la licuación financiera. En las últimas semanas los flujos de ambas mareas se combinaron: los sectores de la construcción, bienes raíces y automotor ya fueron golpeados con fuerza; el impacto sobre el gasto total del consumidor ha comenzado y está apareciendo en las cifras del comercio minorista y en los resultados corporativos.
    Las empresas realizan reuniones de emergencia para trazar planes y adoptar presupuestos para varios escenarios. No se comprometen a hacerlos públicos, para evitar que sus acciones caigan aún más. Los planes de contingencia están a la orden del día. El gasto discrecional se ha detenido, los presupuestos para viajes se recortan o eliminan y hay cortes más profundos en lista de espera. El buen consejo de mostrar lealtad al personal en los tiempos duros probablemente será ignorado pues las empresas ya comenzaron el achicamiento.
    Los consumidores se moverán todavía más hacia abajo y buscarán las tiendas de descuento. Las empresas se lanzarán con más virulencia a salvajes guerras de precios.
    Sufrirán las ventas de productos electrónicos. Las empresas buscarán promocionar las marcas premium y asegurar la innovación, pero en muchos mercados son los ricos los que más sufrieron por la caída de los mercados, de modo que los productos de lujo y las marcas premium no escaparán. Continuando una tendencia existente, las marcas del medio serán muy afectadas en los próximos 18 meses porque muchos consumidores se volcarán a los productos de descuento y una minoría cada vez más reducida podrá acceder a las marcas de lujo.

    Escenarios posibles
    Si se liberan los préstamos interbancarios, las tasas sobre Libor caerán y las empresas podrán acceder a crédito suficiente a tasas razonables, entonces la recesión mundial que se avecina será severa en 2009 y la recuperación comenzará en la primavera boreal de 2010.
    Si tardan más en liberarse, entonces la recesión de 2009 será muy dura y se prolongará hasta por lo menos el tercer trimestre de 2010.
    Si no se logran abrir los mercados del crédito, el sistema comenzará a colapsar. Esto puede significar una masiva nacionalización de bancos, que detendrá la implosión total, pero requerirá de meses para que opere un nuevo sistema efectivo. Esto implicaría una profunda racionalización de gastos a escala global: 2009 sería el peor año para el crecimiento global desde la Segunda Guerra Mundial y algunas economías entrarán a una recesión de tres a cinco años.