jueves, 21 de noviembre de 2024

Científicos exigen moratoria en satélites de órbita baja

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En un llamado urgente a las autoridades, más de 100 científicos especializados en astronomía, física y astrofísica han solicitado a la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de Estados Unidos una pausa en la autorización de nuevos satélites en la órbita terrestre baja, conocida como LEO (Low Earth Orbit, por sus siglas en inglés).

La carta propone una moratoria que detendría la autorización de estas megaconstelaciones de satélites hasta que se lleve a cabo una evaluación ambiental completa que considere los posibles impactos en la observación astronómica y en la sostenibilidad del espacio próximo a la Tierra.

La carta ha sido respaldada por destacados académicos de universidades de renombre, como Columbia, Princeton, Harvard, Yale, California y Chicago, así como por astrónomos aficionados e investigadores de otras instituciones. El mensaje, dirigido al Departamento Espacial (Space Bureau) de la FCC, se presenta como una advertencia ante lo que los firmantes consideran una amenaza a la preservación del cielo nocturno y al equilibrio ambiental del espacio cercano a nuestro planeta.

El documento plantea una inquietud central: el aumento acelerado en el número de satélites en la órbita terrestre baja. Según los científicos, el número de satélites grandes en esta órbita ha crecido de manera significativa, multiplicándose 127 veces en la capa más baja de LEO en los últimos cinco años y aumentando 12 veces en el total de satélites en esta región. En su análisis, los firmantes destacan el papel de SpaceX, cuya mega constelación de satélites Starlink ha impulsado este incremento, y señalan que los lanzamientos programados para los próximos años podrían añadir entre 58,000 y 500,000 satélites adicionales en LEO, una cifra sin precedentes.

El impacto en la astronomía y el medioambiente espacial

Para los científicos, esta expansión de satélites en órbita baja representa una amenaza directa a las investigaciones astronómicas. En las últimas décadas, la astronomía ha dependido del acceso a cielos oscuros y despejados para realizar observaciones precisas. La presencia masiva de satélites no solo genera interferencias en las imágenes capturadas desde telescopios en la Tierra, sino que también introduce un nuevo factor de contaminación lumínica en el cielo nocturno. Esta luz reflejada por los satélites puede crear “estelas” en las observaciones, dificultando el trabajo de los astrónomos e incluso alterando los resultados de estudios fundamentales.

Pero la preocupación de los científicos no se limita al impacto en la observación astronómica. El espacio cercano a la Tierra es un recurso finito, y la acumulación de satélites plantea serios riesgos ambientales. En la carta, los investigadores advierten sobre el creciente peligro de colisiones entre satélites, lo que aumentaría la cantidad de desechos espaciales en órbita. Este “basurero espacial” puede generar una reacción en cadena: cada colisión produce más fragmentos que, a su vez, incrementan las probabilidades de nuevos choques. Los especialistas temen que, si este fenómeno no se controla, se alcance el punto conocido como “síndrome de Kessler”, en el cual los desechos espaciales se multiplican de forma exponencial, poniendo en riesgo el uso seguro del espacio y afectando la infraestructura satelital existente.

Una llamada de atención a las autoridades

La carta enviada a la FCC marca un punto de inflexión en el debate sobre la explotación comercial del espacio y sus consecuencias a largo plazo. Con la creciente demanda de servicios satelitales para telecomunicaciones e internet, empresas como SpaceX han liderado la carrera por conquistar LEO, y compañías de varios países están dispuestas a seguir este ejemplo. Sin embargo, el ritmo acelerado de lanzamientos no ha sido acompañado de un marco regulador sólido que contemple los impactos ambientales y operacionales de esta actividad.

Kent Rominger, ex astronauta y miembro del Consejo de Seguridad Aeroespacial de la NASA, se sumó a las preocupaciones en una reciente reunión, en la que destacó las anomalías y problemas operacionales en los satélites de SpaceX, y subrayó la importancia de mantener la seguridad en las operaciones de las misiones espaciales. Rominger advirtió que el aumento de lanzamientos podría llevar a SpaceX y otras compañías a dar por hecho que las operaciones son “normales”, cuando, en realidad, el hardware envejece y el volumen de operaciones exige una atención constante a los detalles para evitar accidentes.

Un futuro en el que el espacio necesita protección

Para los científicos, la moratoria solicitada a la FCC no solo es una cuestión de precaución, sino una necesidad para proteger el espacio como un recurso compartido. La demanda de una evaluación ambiental completa refleja un consenso creciente entre la comunidad científica de que el espacio debe ser tratado con el mismo cuidado que se espera en la gestión ambiental terrestre.

Al detener temporalmente la aprobación de nuevos satélites en LEO, los investigadores esperan que las autoridades puedan evaluar con mayor profundidad las consecuencias de esta expansión sin precedentes y establecer normativas que aseguren la coexistencia de la actividad comercial con la preservación del entorno espacial. En esta cruzada por la sostenibilidad del espacio, el llamado de los científicos resuena como un eco de responsabilidad y visión a futuro.

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