Burbujas de éxito

    PORTADA | Ranking del lujo

    Por Carina Martínez

    –¿A qué público se dirige Dom Pérignon en la Argentina?
    –Dom Pérignon fue creado en 1668, en la Abadía de Hautvillers en la región de Champagne, por el monje que le dio su nombre. Dom Pérignon tenía el objetivo de crear el mejor vino del mundo y, en este recorrido, terminó siendo el “padre espiritual” del champagne.
    Hoy en día, es elegido por una cuestión de estilo de vida, por personas que comprenden la visión e inspiración hacia la búsqueda del perfeccionamiento que tuvo el monje hace tres siglos, y que sigue inspirando a los enólogos de Dom Pérignon en la actualidad; aquellas personas que aprecian el buen vivir, disfrutan cada momento y buscan rodearse de sofisticación y elegancia durante su vida.

    –¿Cuál es el acercamiento de la marca con el cliente?
    –Dom Pérignon está presente en los lugares donde los consumidores pueden apreciar su estilo inconfundible. Desde la marca, solemos recrear diferentes encuentros, como degustaciones privadas con nuestros enólogos, donde pueden vivir la experiencia que ofrecen las burbujas de Dom Pérignon, y conocer más acerca de la historia que encierra la marca. El objetivo final es mantener el relacionamiento y contacto con nuestros clientes y compartir la “experiencia DP” con ellos.

    –¿Qué atributos considera que distinguen a Dom Pérignon dentro de las marcas premium de champagne?
    –Dom Pérignon es único. Su identidad viene de la precisión y cuidado con que se realiza cada uno de los pasos que componen el proceso de elaboración.
    Tiene una elegancia inigualable y brinda una sensación de caricia al paladar. Su calidad, pureza y vibración de aromas lo distinguen del resto de los champagnes.

    –¿Cómo fue el crecimiento de la marca en los últimos años en el país?

    –Las ventas de Dom Pérignon han ido evolucionando favorablemente, gracias a la suma de nuevos consumidores que comienzan a incorporarse al mercado de consumo de champagnes de lujo y disfrutan de un producto de máxima calidad. Desde la marca, proyectamos que los próximos años el mercado del consumo de champagnes continúe en ascenso.
    Año a año, el objetivo de Dom Pérignon y, el resto de las marcas que integran el grupo LVMH, es mantener y reforzar el vínculo con el consumidor local y brindarle la experiencia Dom Pérignon.

    Nueva clase de adictos al lujo

    No se trata de marketing antropológico, pero American Express afirma haber descubierto “una clase enteramente nueva de adictos al lujo”. Y tienen números para demostrarlo.
    Según investigaciones de la empresa, son estadounidenses de la generación X, herederos de la explosión natal. Vale decir, “gente entre 29 y 46 años que ingresa al mercado de lo costoso”, sostiene William Glenn, presidente de Amex para servicios globales. “Antes de la recesión (2007/10), este sector no compraba artículos de lujo. En realidad –apunta el experto– ni siquiera actúan o se mueven como los compradores habituales”.
    Para empezar, se trata casi siempre de varones. Por ejemplo, la GenX del lujo en Francia es 61% masculina. Ingresa al segmento antes que sus antecesores de la posguerra. Sin ser tan prósperos, no guardan mucha fidelidad a las marcas y prefieren Internet.
    Naturalmente, sus prioridades son diferentes. Predominan dispositivos inteligentes (iPad en general), amoblamientos del hogar y viajes a sitios que sus padres casi nunca conocieron. Ya no visitan Italia, Japón o Suiza, sino Brasil, China, Tailandia o Sudáfrica.
    Después de todo, subraya Glenn, “este segmento representa 36% de compras suntuarias en Estados Unidos, 33% en India, 31% en Francia y 28% en Italia. Presumiblemente, esos porcentajes irán en aumento”. Ni corto ni perezoso, Amex resolvió bautizar el grupo como “recién venidos”.
    Sin duda, no se esforzaron en ser originales. Pero, amén de evitar que otros se copiasen, “newcomers” da clara idea de una categoría distinta en materia de marketing.