Sin embargo, las medidas anunciadas en los últimos días por el ministro de economía y actual candidato a presidente de la nación Sergio Massa, son de un gran nivel de irresponsabilidad. El ministro- afirma el informe de la Bolsa de Comercio de Córdoba- ha decidido hacer campaña electoral con los recursos públicos de la Nación, pero también de las provincias, quienes compulsivamente recibirán menos recursos.
En los últimos días el ministro ha anunciado una suba del mínimo no imponible de ganancias, a contramano de la tendencia mundial, una devolución del IVA para el consumo de bienes esenciales y, ahora, un bono de 94.000 pesos para aquellas personas que trabajan por cuenta propia y no reciben otro subsidio del estado y de 20.000 pesos para aquellos que cobran el seguro de desempleo. A estas medidas se le suma la intención de enviar al Congreso un proyecto para reducir la jornada laboral que, de concretarse, aumentará el costo laboral de las empresas quitándoles competitividad o llevará a una pérdida de ingresos a los trabajadores.
Estas decisiones solamente pueden interpretarse como una desesperada búsqueda de votos del oficialismo para llegar mejor posicionados a las elecciones del 22 de octubre. El elevado costo de estas iniciativas recientes, profundizará el déficit fiscal, financiándolo a través de una emisión monetaria descontrolada y sin respaldo, que seguirá incrementando el nivel de inflación, cuyo reciente índice del 12,4% para el mes de agosto, ya es el más alto de las últimas décadas del país.
Está claro que el alivio que pueden aportar las medidas mencionadas será efímero ya que serán los propios beneficiados quienes se verán más afectados por la inevitable aceleración de la inflación que las propias medidas generarán.
Adicionalmente, en un contexto inflacionario como el actual, avanzar en el desfinanciamiento del estado agrava el riesgo de hiperinflación, un evento que de ocurrir tendrá consecuencias nefastas para nuestra población en donde la pobreza ya supera el 40%.
Desde el punto de vista institucional, resulta lamentable este perverso intento de cautivar al electorado con dádivas demagógicas, ya que el mismo dificultará fuertemente el accionar del próximo gobierno en una situación en que las dificultades ya eran grandes (reservas internacionales negativas en casi USD 10.000 millones y deudas con importadores por USD 40.000 millones, inflación galopante, déficit fiscal).
Es indudable, que al ministro de economía no le importa el enorme déficit fiscal y las deudas que le dejará al próximo gobierno, quien deberá reconstruir las finanzas públicas e introducir los cambios estructurales de manera inmediata para controlar un posible proceso hiperinflacionario.
Este accionar del gobierno compromete con decisiones demagógicas el futuro del país. Ya no hay margen para continuar despilfarrando recursos del estado para fines espurios como representa conquistar voluntades electorales para las próximas elecciones.