Pero en especial vehículos eléctricos y tecnologías ecológicas como las baterías de litio, a las que el mundo está haciendo la transición, según explica Rana Foroohar en el Financial Times.
China domina actualmente la minería y el refinado de tierras raras y minerales críticos. Pero Estados Unidos tiene mucho margen para aumentar su propia capacidad, si es capaz de extraer en su propio país y crear asociaciones de suministro en el extranjero.
No es tarea fácil, dice Melissa Sanderson, presidenta de American Rare Earths, una empresa minera estadounidense con tres grandes concesiones en Arizona, Wyoming y Nevada. Todas ricas en tierras raras como alanita, neodimio, praseodimio y escandio, que se utilizan en las industrias de tecnología limpia y defensa.
Su empresa lleva ventaja porque las concesiones no están en tierras tribales, lo que reduce el riesgo de enfrentamiento con intereses progresistas que no quieren la minería en esas zonas. Pero aún así, dice Sanderson, los permisos tardarán probablemente al menos seis años, y solo entonces podrá aumentar la producción a lo largo de muchos más. “Necesitamos desesperadamente una vía rápida para la producción de estos recursos cruciales en nuestro país”, afirma.
En la actualidad, Estados Unidos sólo cuenta con una mina de tierras raras operativa, propiedad de una empresa llamada MP Materials y situada en el desierto de Mojave.
Extrae alrededor del 14% del suministro mundial de tierras raras, según la experta en minerales Nayantara Hensel, economista jefe de Seaborne Defense. Pero la mina de Mojave ha cambiado de dueño varias veces y su anterior propietario quebró en 2015. Esto pone de relieve los ciclos de auge y caída inherentes a la minería y a muchas industrias de materias primas.
La administración Biden está claramente preocupada por el suministro. Señaló la importancia de asegurar más minerales críticos en el informe sobre la cadena de suministro 2021 publicado por la Casa Blanca. Y la Ley de Reducción de la Inflación ofrece una desgravación fiscal de 3.750 dólares a los consumidores que compren vehículos eléctricos fabricados con minerales extraídos o procesados en Estados Unidos.
Pero como señala Jennifer Harris, que dejó hace dos semanas su puesto de economista jefe del Consejo de Seguridad Nacional, a menos que se incremente drásticamente la oferta, la inflación de los minerales superaría los beneficios de un crédito de este tipo.
La minería no siempre eficiente
“Incluso ahora, con una escasez muy modesta de litio en el mercado durante los dos últimos años, los precios han aumentado alrededor de 800%”, afirma. “Si se mantienen las tendencias actuales, podríamos tener déficits varias veces mayores a partir de 2027 aproximadamente, lo que podría suponer alrededor de una cuarta parte de la demanda mundial en 2030.
Estos minerales cruciales son el nuevo petróleo, y estamos masivamente infrainvertidos en capacidad y tecnología para extraerlos”.
La industria minera, señala Harris, es un “gran ejemplo de cómo los mercados no siempre son perfectamente eficientes cuando se les deja a su suerte”.
Mientras que empresas como MP Materials reciben por fin el apoyo del Ministerio de Defensa, la minería de minerales críticos y tierras raras ha tenido muy poca intervención del sector público o inversión estratégica a largo plazo en los últimos 30 años en Estados Unidos o Europa.
Existen iniciativas incipientes, como la Asociación para la Seguridad de los Minerales, en la que participan Estados Unidos, Reino Unido, Australia y Finlandia. Pero se necesita más financiación para la producción, la exploración y las complejas tecnologías implicadas. La rapidez es esencial. Hensel señala que Suecia acaba de anunciar un gran yacimiento de tierras raras, pero prevé que se tardará entre 10 y 15 años en aumentar la producción.
Es posible que Estados Unidos y sus aliados también tengan que tomar decisiones difíciles sobre quiénes son sus amigos en lo que respecta a la “deslocalización amiga” de minerales cruciales. Como señala el informe del GMF, China controla el 61% del refinado mundial de litio, y el 70% del suministro mundial de cobalto para baterías de iones de litio procede de minas de la República Democrática del Congo, muchas de las cuales son propiedad china. China controla el 100% del procesamiento del grafito natural utilizado para los ánodos de las baterías, y el 80% del total de la producción y procesamiento de tierras raras.
Pero incluso los países que Estados Unidos y sus socios podrían añadir a un club de compradores o a una coalición de reservas estratégicas (naciones como Chile, Argentina, Colombia, Brasil o México, todas ellas con reservas) pueden ser políticamente impredecibles.