domingo, 22 de diciembre de 2024

El consumo de proteínas alternativas se desacelera

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La inflación de 2022 ralentizó la compra de carne y lácteos, a base de plantas o fermentación, después del boom experimentado durante la pandemia, según Boston Consulting Group (BCG).

Aumentar la cuota de mercado global de proteínas alternativas desde el actual 2% a un 8% para 2030 podría producir una reducción de emisiones equivalente a descarbonizar el 95% de la industria de la aviación.

Reemplazar la carne y los productos lácteos tradicionales con proteínas alternativas es una de las mejores herramientas disponibles para combatir la crisis climática, pero su consumo se está desacelerando. Aumentar la cuota de mercado global de proteínas alternativas del 2% actual al 8% para 2030 podría producir una reducción de emisiones equivalente a descarbonizar el 95% de la industria de la aviación.
Para aumentar la cuota de mercado rápidamente, las compañías de proteínas alternativas deben encontrar nuevas formas de atraer a los consumidores convencionales. Así se señala en el artículo “Taking Alternative Proteins Mainstream” de Boston Consulting Group (BCG).
Dos son los tipos de productos principales que podemos encontrar hoy día en los supermercados y ventas minoristas: los lácteos alternativos (que incluye sustitutivos de la leche, queso y yogur, entre otros) y la carne (con productos como hamburguesas o salchichas, por citar dos ejemplos), a base de plantas o fermentación.
Durante 2022, las ventas de este tipo de productos crecieron un 9%, lo que muestra una desaceleración con respecto a los años de pandemia, en los que hubo un boom de este tipo de productos que aumentaron un 25% en los canales de retail.
“2020 fue un año anómalo para el consumo, que se vio inflado por los efectos de la irrupción de COVID-19 y el cambio hacia hábitos más saludables por parte de los consumidores, más predispuestos a probar productos nuevos si eran considerados más sanos, entre ellos, productos alternativos a base de plantas”, explica Cristián Carafí, managing director y socio de BCG.
“Si bien actualmente se han ampliado las posibilidades de este tipo de productos que se encuentran en supermercados y hay una mayor conciencia por parte de los consumidores, la inflación ha impactado a sus ventas, limitando su compra por parte de nuevos segmentos”.
Los lácteos alternativos, la categoría más grande de proteínas alternativas en ventas minoristas, han hecho mucho para atraer a los consumidores convencionales. Así crecieron en Estados Unidos un 12% en 2022 frente al 10% que lo hicieron los lácteos tradicionales.
En cambio, la carne alternativa, ha tenido menos éxito y sus ventas en Estados Unidos disminuyeron un 0,4% en 2022 (frente a un aumento del 8% para la carne tradicional). Se necesita una mayor innovación de productos para llevar la carne alternativa a la paridad con la carne tradicional, pero el análisis de BCG encontró que las empresas también tienen un margen significativo de mejora en su comercialización.

Consumo de proteínas alternativas

Este artículo de Boston Consulting Group señala que la inflación es un factor clave para explicar la desaceleración de las ventas de carne alternativa en el sector minorista. Frente a los precios más altos, los consumidores en general reflexionan más antes de pagar la prima adicional por la carne alternativa. En contraste, los precios alternativos de los productos lácteos son competitivos con los precios tradicionales de los lácteos, lo que hace que este no sea un factor limitante.
A pesar de los desafíos actuales, BCG mantiene la proyección, realizada en 2021 en su reporte “Food For Thought” de que para 2030 el 8% de toda la carne, mariscos, huevos y productos lácteos consumidos en todo el mundo serán alternativos.

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