Si venderle “algo” a los usuarios basándose en un aspiracional, expertise o estilo de vida legitimado por su comunidad ha sido la regla de los influencers (para ofrecer desde un maquillaje a una prenda o a un teléfono), actualmente se está imponiendo un tipo diferente de tendencia viral donde estos creadores dan consejos sobre qué productos -sobre todo en cosmética- no valen la pena o no hay que comprar.
Según el último informe de la consultora Trendsity, hablan sobre el valor del producto justificado o no, si son o no sustentables, si se pueden conseguir más baratos en otro lugar o de otra marca o si otros productos consiguen el mismo efecto a menor precio.
En TikTok, el hashtag #deinfluencing tiene más de 380 millones de visitas. Reseñas honestas y perspectivas personales está ayudando a estos desinfluencers (que en general tienen comunidades pequeñas o medianas) a aumentar la confianza y la fe de sus seguidores.
¿Por qué tiene popularidad esta tendencia? Se percibe cierto cansancio de las audiencias por recibir mensajes constantes sobre lo que tienen que comprar pir ser “imprescindibles” para la vida actual. Mucho más con un clima económico global adverso y donde los precios se consideran fuera del alcance para el promedio de las personas. Sobre todo, parte de la Gen Z siente que “necesitar comprar lo último” no es un enfoque consciente del consumo.
Mensaje para los negocios: los des-influencers se están ganando la confianza de los consumidores al reconocer que no todos los productos son para todos los consumidores. ¿Cuál es el futuro del marketing de influencers? Los influencers de millones de seguidores no siempre se perciben como auténticos y creíbles. Es creciente el giro hacia pequeños creadores en cuyas preferencias confían y, por lo tanto, escucharán cuando se trata de promociones de productos.
