Por Miguel Ángel Diez
En general las más importantes y más conocidas firmas de auditoría y consultoría surgen en los países centrales y se van extendiendo al resto del mundo.
No es el caso de SMS (San Martín Suárez y Asociados) que creció primero en la periferia y ahora llegó hasta el centro. La firma nació en Argentina, se instaló en la región latinoamericana y en otros países como España.
Pero ahora la gran novedad es que hay cinco estudios contables estadounidenses (especialmente dedicados a clientes latinos), que han entrado bajo el paraguas de la firma.
Como explica Pablo San Martín –uno de los fundadores del grupo– la novedad es que fueron admitidos por el Consejo de Ciencias Económicas de Estados Unidos, para el cual hicieron un trabajo que les fue solicitado.
“Es un orgullo porque el nivel de organización que tiene esta profesión en los Estados Unidos es de los más altos estándares del mundo. Ya ser miembro del Foro de firmas es un gran logro, pero ser considerados para integrar el network es para nosotros un hito”.
–Una cosa interesante es que hace 20 años ustedes eran percibidos como un negocio de auditoría, hace 10 años pasaron a ser un negocio de auditoría y consultoría y ahora todo indica que se lo define como de consultoría. ¿Ha perdido relevancia todo lo relacionado con auditoría?
–En términos relativos sí. Nos estamos volviendo cada vez más consultores y asesores en temas que tienen que ver con desarrollo de negocios, mejora productiva, incorporación de tecnología. Tenemos un área que crece muchísimo en el campo de la transformación digital y también un área que crece muchísimo, que es sustentabilidad. Todo lo que tiene que ver con desarrollo sostenible…
–El auge del concepto de sustentabilidad es el otro tema interesante para incursionar porque también hace 10 años había empresas que decían que eran sustentables. Lo cierto es que la mitad lo era por convicción y la otra mitad practicaba el greenwashing. Hoy, nadie discute sobre el abordaje serio del tema, que se ha agrandado notablemente. Lo mismo que ocurrió con responsabilidad social.
–Hay una derivación, una continuidad. Si se miran las áreas de responsabilidad social que hay en el mundo, se comprueba que nacieron de las áreas de relaciones institucionales, del área de comunicación con la comunidad. Es un fenómeno mundial. Ya no es cuestión de decir todo lo que se hace para reducir el impacto de la huella de carbono. Ahora la exigencia es decir cuántos metros cúbicos se habla. Por eso, en gran medida, se van acercando los contadores, que son especialistas en medir.
–Hace pocas décadas Milton Friedman dijo que la única obligación de la empresa es ganar plata. Ahora hay una teoría general dominante, ESG (por las siglas inglesas para ambiente, relaciones con la comunidad y gestión), que predica precisamente todo lo contrario. Ahora se entiende que una cosa muy distinta es la responsabilidad que tienen las empresas con los stakholders, y no solamente con los accionistas. Entonces, este nuevo paradigma, ¿hasta qué punto eso también es greenwashing o es firme convicción?
–Yo soy un convencido. Hace más de 12 años que soy embajador de la IFAC (International Federation of Accountants), la Asociación Internacional de Contadores. Como contador, siempre sentí que la contabilidad me quedaba corta. Como que no terminaba de medir. Nunca lo pude expresar bien en palabras hasta que, justamente a través de la participación en el Forum of Firms dí con las cuestiones que tienen que ver con reporte integrado.
Que es la extensión del reporte financiero a lo que se llama el triple bottom line. Que es cómo están la creación de valor en términos sociales, la relación con la comunidad, y lo mismo con la creación o destrucción de valores en relación al medio ambiente.
–Pero además hay un punto de inflexión porque al momento de la pandemia, todo esto que acabamos de describir, era el escenario obligado para todas las empresas. Pero por efecto tal vez de la pandemia se procedió a una brutal digitalización de las empresas a una velocidad realmente increíble, con el manejo de nuevas herramientas tecnológicas y ustedes tuvieron que aprenderlas primero porque si no, qué les explicaban a los clientes . Esto es una transformación extraordinaria.
–Es llamativo lo preparados que estábamos para ir al trabajo remoto. Cerramos el jueves 20 de marzo a las 19 horas y el viernes 21 de marzo del 2020 estábamos trabajando todos desde nuestras casas y el único inconveniente que tuvimos fue durante tres horas la derivación de los llamados que entraban que no iban al celular de las recepcionistas que estaban en sus casas.
El resto, 300 personas, estaban trabajando desde los lugares más recónditos. Teníamos una teletrabajadora trabajando desde Mar del Plata pero eso nos animó a empezar a incorporar profesionales del interior (tenemos chicos que trabajan en esta firma pero viven en Curuzú Cuatiá), dándole oportunidades enormes también de desarrollo profesional a alguien que a lo mejor tenía que moverse a Rosario o a Buenos Aires para poder estar en una firma internacional.
Por eso el área de transformación digital tiene tanto crecimiento. Nosotros ahí trabajamos basándonos en cuatro áreas principales: robotización automática de procesos; la implantación de digitalización de todo el proceso de documentación, actualizaciones. La orden de pago la autorizás en el celular; la recibe el tesorero, el tesorero prepara la orden de pago y se va directamente a hacer la transferencia al banco de una manera en la cual no importa lo físico .
Otra área en la que trabajamos es en business intelligence, ayudar a las empresas a armar tableros de control, de poder ver cómo está la cobranza, la facturación, la antigúedad de cuentas a cobrar.
–¿Eso implica que hay un nuevo modelo de negocios en la actividad de ustedes?
–Va mutando. Es lo que en nuestra profesión hablamos del fly to consulting, que se están recreando áreas de consultoría. Una diferencia que hay en este tipo de organizaciones es que seguimos diciendo que somos una firma de contadores pero si vas caminando por este edificio te encontrás con politólogos, con biólogos , con economistas, con gente experta en relaciones laborales.
Se van volviendo organizaciones multidisciplinarias. Justamente en el tema de sustentabilidad para poder medir el impacto social, hay bonos que pagan por la cantidad de chicos en situación de calle que consiguen un trabajo. Eso no lo mide un contador.
–Hay algo de diferente en lo que está pasando post pandemia. La incorporación tecnológica se hacía, pero no con la extensión y la brutalidad con que se hace ahora que además implica cambiar el modo de pensamiento. Hay que pensar la empresa de otra manera, hay que reinventar la empresa, ¿no? ¿Están viendo eso entre los clientes también?
–Definitivamente. Hay un cambio de modelos en los cuales, por ejemplo, en empresas que no hacían ecommerce, hoy se están volcando masivamente a ese canal. Cuando el ecommerce crece con los canales de venta tradicional ya empieza a perder sentido el showroom tradicional.
Entonces empiezan a trabajar mucho más en procesos. Es ahí donde la consultoría inclusive gana terreno porque vos tenés que tener un proceso logístico muy aceitado, muy eficiente y es lo que te define el éxito de la venta. Porque a lo mejor antes era la manera en que un vendedor recibía a un cliente. Ahora visita su sitio. Eso es un cambio notable que impacta siempre, todo demanda de consultoría, mejora de procesos y automatización,
–Sus clientes y colegas, ¿tienen en claro la significación que tiene el concepto de ESG?
–No. Creo que estamos mucho más avanzados en temas de tecnología y de incorporación de soluciones digitales a la vida cotidiana de las empresas y todavía falta mucho para desarrollar el tema de ESG.
Algunos temas que son muy disruptivos a la vez que convenientes como es la emisión de bonos verdes, lo que son los bonos sostenibles, social o ambiental. Nosotros tenemos algunos casos de asociaciones civiles muy pequeñas que han sacado bonos sostenibles para poder financiar algunos proyctos sin necesidad de fundaciones, de buscar un donante.
Quiero hacer algo que mejore la calidad de vida de personas en situación vulnerable. En vez de buscar alguien que me done el dinero, emito un bono.
Lo que hace el gobierno del Reino Unido aparte de novedoso es muy inteligente. Ellos tienen la barrera del Támesis. Ya la levantan cada vez más seguido y están a punto de tener que construir una barrera nueva más grande.
¿Cuánto más grandes pueden ser las barreras? ¿Cuál es el problema? La deforestación, entre otros. Pero la deforestación es un gran modificador del medio ambiente que contribuye al cambio climático. Entonces ellos dicen: “No, en vez de construir barreras cada vez más grandes por qué no asignamos dinero para ir a los lugares donde están deforestando para enseñarles y y ayudarlos a deforestar menos (el origen del problema) .
En nuestro caso fuimos orgullosamente elegidos por el gobierno británico para ayudarlos a identificar bancos, entidades financieras locales –Banco de Formosa, Banco Macro– a los que ellos no llegan tan fácil y, a su vez después trabajar con un grupo de entidades que reciban el dinero y poder verificar que ese dinero vaya al lugar que ellos quieren que vaya a través de asesoramiento y consultoría.
–¿Cómo podría sintetizar en un par de conceptos cómo hacer el nuevo modelo de negocios de las empresas después de este sacudón tan tremendo de lo social por un lado y del ambiente por el otro , de la tecnología especialmente .
–Con una necesidad muy grande de reporte sobre cuestiones no financieras, donde lo financiero obviamente va a seguir y es muy importante y es fundamental porque es una de las tres patas. Pero al mismo nivel un reporte de cuestiones sociales, cuestiones ambientales y algo que abarca todo y que son las cuestiones estratégicas de la empresa.
Esto también es algo complicado desde el punto de vista de las corporaciones, pero éste es el marco conceptual de reporte integrado.
Que es reporte a igual nivel de los tres principales aspectos y un paraguas arriba que tiene que ver con la estrategia, todo lo que tiene que ver con la conducción, el liderazgo, cómo está el governance, quién es el que va a manejar a cada una de esas personas, qué grado de convicción tienen y qué es lo que están pensando hacer.
–Esta estructura de gestión que conocemos, con todos los profesionales egresados de universidades excelentes, ¿en qué va a cambiar? ¿cómo va a ser?
–Yo creo que lo que está en discusión es el concepto de dueño de una empresa. Es muy profundo el tema, un tema filosófico: ¿quién es el dueño una empresa? Es todo aquel que tiene intereses en este triple bottom line . ¿Y un accionista no es el dueño? Sí, definitivamente, tiene una parte muy importante pero no deja de ser un derechohabiente a una parte variable de la renta.