Argentina no está afuera del mundo

    Lo cierto es que en todo el mundo hay inflación, aunque seguramente con menor intensidad. Pero en los países centrales la inflación provoca consecuencias previsibles. Para reducirla, los gobiernos aumentan –y mucho– las tasas de interés para licuar de algún modo la cantidad de circulante de las monedas locales.

    El gran tema, sea Estados Unidos o toda Europa, es reducir el gasto público y tratar de contener la devaluación. Es decir, las cosas no nos pasan únicamente a los argentinos. También al resto del planeta.

    Algo similar ocurre en el campo energético. La guerra de Ucrania y Rusia implicó que, a modo de sanción, Estados Unidos y toda Europa dejaran de comprar gas y petróleo a Rusia, privando a ese país de su principal fuente de ingresos.

    Pero el conflicto no termina ahí. La OPEP + decidió reducir la producción de petróleo y gas para encarecer el precio a todo el mundo, pero en especial a integrantes de la OTAN (hay que recordar que el signo + de la OPEP + significa Rusia).

    Argentina no debería tener problemas energéticos con el petróleo y el gas de Vaca Muerta. Pero los tiene por la demora e incompetencia en construir el gasoducto desde esa zona a los puertos y centros de consumo. Se supone que el año que viene el gasoducto estará terminado. Entonces la venta de soja y gas colocarían al país en una situación muy cómoda en el escenario global. Veremos si aprovechamos esta oportunidad excepcional.

    Biotecnología, un tema central

    La nota de portada de esta edición está enfocada en: “La biotecnología es la revolución que no cesa”. Un tema central de la economía y de la tecnología en estos tiempos.

    Despliega actividad en campos tan disímiles como salud humana y veterinaria, biocombustibles y agronegocios, y hasta clonación. Todo el mundo percibe su importancia, aunque les costaría definir su cometido. Lo que todos saben es que es una actividad económica de singular relevancia.

    El informe, que se desarrolla a partir de la página 26, revela que no solo genera conocimiento científico y productivo, sino que también crea empleo calificado, y permite mejorar la calidad de vida de la población con nuevos productos y servicios de valor agregado.

    Los avances en este campo implican además una verdadera convergencia tecnológica: desde la confluencia con las TIC (tecnologías de la información y la comunicación) y la nanotecnología hasta los biosensores, o las aplicaciones para los smartphones para controlar enfermedades como la diabetes y la hipertensión. Reconocidas personalidades de este sector actualizan “the state of the art” en la Argentina y en el mundo.

     

    Seguros, un sector que se reinventa

    El informe anual dedicado a la actividad de seguros, tiene este año algunas particularidades. Como nadie ignora fue acosado por el clima extremo: los desastres naturales y globales del primer semestre del año generaron la mayor pérdida de la década.

    Incendios y tormentas invernales en Estados Unidos y tornados en Europa asestaron a las aseguradoras globales un golpe que ronda los US$ 40.000 millones en la primera mitad de 2021.

    El clima extremo y el rápido desarrollo urbano en áreas de desastres han aumentado las pérdidas naturales por catástrofes. Nada más que el primer semestre representó la mayor pérdida aseguradora desde los terremotos en Japón y Nueva Zelanda en 2011.

    Este aumento de costos refleja el peligro cada vez más grande para el sector asegurador generado por la combinación de clima extremo con crecimiento de la población y de la construcción que puede resultar, por ejemplo, en que el suelo absorbe menor cantidad de agua.

    El desastre en la costa este de Estados Unidos, causado por el huracán Ida se considera el que más daño ha producido en más de medio siglo. Así quedó definido el segundo semestre.

    En el plano global y local, se advirtió que las empresas de insurtech, impulsadas por la pandemia, establecieron una nueva marca de recaudación escala global. La crisis de la COVID–19 aceleró la necesidad de una transformación digital en el sector.

    El 2020 fue un año negativo para las aseguradoras, cuyas pérdidas globales se calculan en alrededor de US$ 55 mil millones. Sin embargo, también fue un período de profundas transformaciones: la pandemia aceleró la industria digital por al menos cinco años y las insurtech se vieron beneficiadas por este contexto, recaudando US$ 7.500 millones, según indicó el reporte anual ‘State of Insurtech’ del Boston Consulting Group (BCG) FinTech Control Tower’s.

    Este informe especial de Mercado, que se desarrolla a partir de la página 56 de esta edición, explica como una actividad “tradicional” por excelencia, viene recorriendo un proceso desafiante de adaptación y exploración.

    Nuevas tecnologías y demandas le imponen una necesaria transformación en los procesos y en la cultura, y los desafía a pensar “fuera de la caja”.

    Los clientes de hoy, que poco tienen que ver con los de antaño, les piden una rápida adaptación a sus necesidades.

    La innovación, otra vez, aparece como la clave. Cómo atraer y mantener contentos a clientes poco fieles, que valoran cada vez más la experiencia, la agilidad y las soluciones a medida, antes que la trayectoria de las marcas, es algo con lo que deberán lidiar para avanzar en un mercado competitivo. Personalidades del sector indican por dónde pasa el debate en el ámbito local y en el global.