No fue fácil para todas las empresas que figuran en este ejemplar cuadro de honor de la economía argentina, el año 2015. Pero lo sobrellevaron y en muchos casos obtuvieron resultados sorprendentes. Como ya es tradición arraigada desde hace más de cuatro décadas, en junio aparece siempre este “clásico” del periodismo económico argentino.
Las cifras reflejan el comportamiento de las empresas durante el último ejercicio cerrado a lo largo de 2015, y reconocen una realidad económica. Los números no son siempre producto de mayores ventas en unidades sino también el reconocimiento de un ritmo inflacionario, importante e indisimulable.
Es un producto periodístico emblemático. Es un ejemplar de referencia que se guarda en la biblioteca de cada lector, al menos por 12 meses (hasta que aparezca la nueva versión). Aunque la versión online se consulta con mayor frecuencia ahora, al igual que a través de la aplicación que Mercado ofrece para iPad.
El ranking sigue siendo el instrumento más apreciado de la economía argentina. El barómetro que se consulta para detectar cambios, transformaciones, surgimiento de nuevas tendencias, alzas y bajas en los protagonistas de la actividad.
Numerosos trabajos académicos tienen su punto de partida en las columnas de cifras que se acumulan en estas páginas. La continuidad en su publicación la convierte en una herramienta ideal para investigaciones históricas: comparaciones, registro de cambios, modificaciones en los liderazgos sectoriales. Todo es campo de estudio con la asistencia de este ranking.
La innovación es central
La fortuna de las naciones no se vincula, al menos únicamente en los últimos tiempos, con la cantidad de sus riquezas naturales o con las grandes concentraciones de capital en instalaciones fijas como lo fue desde el comienzo de la Revolución Industrial.
Tiene mucho que ver con la innovación, con la capacidad de innovar. Circunstancia que ha merecido recientes y profundos estudios desde todos los ángulos en torno a tema tan crucial.
Hay consenso en que no se trata únicamente de talento. Más bien de una simple habilidad. La de concebir soluciones inteligentes y originales que superan las restricciones que enfrenta todo el mundo.
Para ser honestos, la bombilla eléctrica existía 40 años antes de que la “inventara” Edison. Pero este tiene el indudable mérito de haber encontrado el medio de convertirlo en un éxito comercial.
El éxito fulminante del Kindle de Amazon ocurrió después de 10 años de vida de libros electrónicos. Con el ritmo vertiginoso de las irrupciones tecnológicas, muchas ideas aparecen en simultáneo en diferentes lugares de la geografía planetaria. La clave es cuando se cierra la brecha y cuando un competidor obtiene la ventaja decisiva.
Naturalmente inciden en este proceso la cantidad y calidad de los recursos y esfuerzos que los Estados y las empresas destinen a investigación y desarrollo.
En este momento, Asia concentra la mayor cantidad de inversión en este campo, seguida por Estados Unidos y por Europa. Nada menos que 94% de los mayores inversores del mundo en innovación desarrollan sus programas en otros países que no son los propios. Las empresas derivan estas inversiones a los mercados donde ventas y producción crecen rápido y donde es posible encontrar talento, recursos humanos de primera calidad.
No sorprende que la innovación haya florecido en China e India, como lo demuestran las estadísticas. En Estados Unidos se mantiene alta la inversión en parte por los aportes de otros países, en especial en Silicon Valley. Dentro de Estados Unidos hubo un incremento de 41% en I+D entre 2007 y 2015 (US$ 93.000 millones) y de 23% en las inversiones realizadas en su territorio por países extranjeros (US$ 53.000 millones).
Volkswagen, Samsung, Intel, Microsoft y Roche encabezan el ranking Global Innovation 1000, en la inversión en investigación y desarrollo. Por actividad, las que más invierten son electrónica, todo lo vinculado a la salud, y la industria del automóvil. Obviamente la mayor inversión corresponde a software y a Internet.
Un informe sobre el estado de situación y sus implicancias en nuestro país se desarrolla a partir de la página 30.
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