En 2020 la Organización Mundial de la Salud estimó que aproximadamente en todo el mundo faltaban unos 5,9 millones de enfermeras/os, casi la cuarta parte de la fuerza laboral en todo el mundo en estos días: 28 millones. La pandemia empeoró esta situación. Unos 180.000 trabajadores de la salud murieron de Covid-19 entre enero 2020 y mayo 2021, según la OMS. Muchos otros sufrieron agotamiento, problemas de salud mental luego de sucesivas oleas de un virus altamente contagioso que llenaba camas en todo el mundo.
La insatisfacción de los trabajadores de la salud está muy difundida entre los países, según un informe publicado por la consultora McKinsey. El trabajo revela que en cinco de las seis naciones estudiadas (Estados Unidos, Reino Unido, Singapur, Japón y Francia) casi un tercio de los enfermeros/as encuestados manifestaron que abandonarían su puesto al año siguiente. Las razones citadas fueron, en primer lugar, malos sueldos. Luego, ralta de reconocimiento y apreciación y excesiva carga de trabajo.
Los problemas de agotamiento y salud mental ya eran problema antes de la pandemia. Un estudio realizado en 2021 por Jama, una red norteamericana de investigación, encontró que las enfermeras eran dos veces más proclives a cometer suicidio que la población general.
