domingo, 24 de noviembre de 2024

Superávit comercial crece tras cinco meses de caída

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Las exportaciones crecen a ritmo récord. El superávit comercial en febrero alcanzó el valor más alto de los últimos 4 meses con US$ 809 millones (US$ 1.062 millones de febrero 2021) y cortó una racha de cinco meses consecutivos en caída.

En caso de ajustar por términos de intercambio el saldo hubiera sido US$ 588 millones). Cabe mencionar – advierte la consultora ABECEB – que dicho saldo fue producto de unas exportaciones (+34,9% i.a.) y unas importaciones (+51,7% i.a.) que volvieron a acelerarse y establecieron récords para el mes de febrero por US$ 6.443 millones y US$ 5.634 millones respectivamente. En consecuencia, el flujo comercial aumentó un 42,3% i.a. llegando a los US$ 12.077 millones y se estableció como la cifra históricamente más elevada para el segundo mes del año.

Por el lado de las exportaciones, el nivel de febrero alcanzó los US$ 6.443 millones, la cifra más alta para un segundo mes del año. Asimismo, las ventas al exterior mostraron un crecimiento del 34,9% i.a., explicado en mayor medida por el aumento de los precios (+20,4% i.a.) que de las cantidades (+12% i.a.).

En su interior, todos los rubros registraron subas interanuales: las exportaciones de Productos Primarios (PP) se incrementaron un 72%, destacándose el buen desempeño de los cereales (+US$ 1.437 millones, equivalente a +110,7%); las Manufacturas de Origen agropecuario (MOA) un 4,1%, aunque la variación positiva fue puramente gracias al aumento de 11% en sus precios, ya que las cantidades disminuyeron un 5,9%; las Manufacturas de Origen Industrial (MOI) un 35%, principalmente a raíz de la suba de sus precios (+25,7% vs. +7,3% en cantidades); y, por último, los Combustibles y Energía (CyE) un 116,4%, en donde queda de manifiesto el incremento en los precios de estos bienes (+62,5%) a partir del conflicto Rusia-Ucrania.

En cuanto a las importaciones, éstas también alcanzaron el valor más alto de toda la serie para febrero (US$ 5.634 millones), mostrando un importante crecimiento interanual del 51,7%. A su vez, en sintonía con lo ocurrido en diciembre y enero, el aumento se dio en mayor medida por las cantidades (+27,6% i.a.) que por los precios (+18,3% i.a.).

Con relación a su composición, a excepción de los Vehículos Automotores de Pasajeros que cayeron 23,7% i.a. (afectados por las restricciones comerciales vigentes), todos los rubros evidenciaron variaciones positivas en su comparación interanual: los Bienes de Capital (BK) crecieron un 25,4%; los Bienes Intermedios (BI) un 38,8%; los Combustibles y Lubricantes (CyL) un 420,8% (explicado principalmente por el aumento en su cantidad, +235,1%); las Piezas y Accesorios para Bienes de Capital (PyA) un 40,3%; los Bienes de Consumo (BC) un 43%; y el resto un 31,4%.

Con estos últimos datos, en el primer bimestre del año las exportaciones acumulan US$ 11.991 millones (23,8% i.a.), mientras que las importaciones llegan a los US$ 10.886 millones (44,1% i.a.). De esta manera, el intercambio comercial se incrementó un 32,7% y alcanzó los US$ 22.877 millones (US$ 17.244 millones en el primer bimestre de 2021).

Finalmente, el saldo comercial acumulado hasta febrero se ubicó en los US$ 1.106 millones, aunque hubiera sido de US$ 518 millones si hubieran persistido los precios de 2021 para ese mismo periodo.

Perspectivas para este año

Con vistas a los próximos meses, el estallido del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania alteró profundamente la geopolítica a nivel global instaurando el fantasma de una estanflación con impacto cuasi directo en nuestro comercio internacional.

En este sentido, si bien los elevados precios de las commodities podrían beneficiar a nuestras exportaciones del agro, habrá que monitorear los efectos netos de la guerra sobre la economía mundial, dado que ya se prevé una mayor moderación en el crecimiento global (el crecimiento previamente estimado podría reducirse en 1 p.p. según la OCDE), particularmente sobre la Zona Euro y China (al efecto RUS-UCR se le suman los rebrotes de COVID en el gigante asiático), con posibles “efectos contagio” hacia otros países.

En esta misma línea, se estima que el conflicto también retrasará la normalización de las cadenas de suministro globales que aún siguen golpeadas por el lock out producto del COVID-19, la crisis energética de 2021 y la continuidad de las medidas de aislamiento ante los rebrotes en Asia; factor que sin dudas aumentará la frecuencia de retrasos y elevará los costos de la logística a nivel internacional.

Por su parte, pese a que el balance sería positivo para nuestras exportaciones totales, aquel efecto se vería prácticamente compensado por el aumento del costo de la energía y los combustibles que impulsaría al alza el déficit comercial energético. Dicho de otra manera, a pesar de contar con la segunda reserva de gas a nivel mundial en Neuquén, Argentina multiplicará sus gastos en la importación de tal producto debido a la falta de inversiones para desarrollar la infraestructura necesaria para su extracción.

En conclusión, proyectamos un saldo comercial en torno a los US$ 12.000 millones para 2022 (US$ 14.750 millones en 2021), con unas exportaciones levemente por encima de las de 2021 y unas importaciones creciendo a un mayor ritmo ante las necesidades que impone la recuperación de la economía, aunque limitadas por restricciones impuestas para cumplir con la meta de acumulación de Reservas Internacionales Netas acordada con el FMI.

Hacia adelante, habrá que seguir de cerca la evolución de los precios de los commodities y la energía; el desenvolvimiento del conflicto entre Ucrania y Rusia; el ritmo de recuperación de la economía global; la dinámica del Real y la actividad en Brasil; y las decisiones de política monetaria que tome la FED.

 

 

 

 

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