Es muy probable que el precio de las baterías para los autos eléctricos aumente durante el transcurso del 2022 luego de diez años de franco descenso. La razón del cambio es que tanto el litio como otras materias primas necesarias para su fabricación no dan abasto con el aumento de la demanda.
Mientras las empresas mineras se esfuerzan por aumentar la producción de las instalaciones existentes y por desarrollar nuevas fuentes de abastecimiento, los precios de referencia del carbonato de litio terminaron el 2021 con precios récord. En china, el país que produce la mayor cantidad de litio, el precio fue del equivalente de US$ 41.027 la tonelada, más de cinco veces más alto que en enero 2021.
Otras materias primas usadas en los cátodos, la parte más cara de la batería, también han estado subiendo. El precio del cobalto se duplicó desde enero 2021 para alcanzar US$ 70.208 la tonelada. El níquel subió 15% a US$ 20.045.
Los aumentos están obstaculizando las ganancias tecnológicas y de eficiencia de los últimos años, durante los cuales los fabricantes de autos y de baterías trabajaron juntos para desarrollar baterías de larga duración y muy buen comportamiento mientras simultáneamente buscaban reducir los costos.
También amenazan con tirar por la borda los ambiciosos planes de la industria automovilística de electrificar el parque automotor.