Hay muchas compañías tecnológicas chinas que han infringido las normas de los organismos reguladores.
Ant Group, la compañía de pagos que surgió como desprendimiento de Alibaba, el gigante de ecommerce,, se vio obligada a cancelar su salida a la bolsa de Shangai el año pasado. Los reguladores retiraron a Didi Chuxing (una app china similar a Uber) de las app stores poco después de su Oferta Pública Inicial (OPI) en Nueva York, alegando preocupaciones de seguridad nacional sobre el manejo de los datos. Meituan, una app de delivery de comidas respaldada por Tencent, es objeto de una investigación antimonopólica e interrogada sobre el tratamiento a sus conductores.
Muchos creen que los ataques a las empresas privadas están aumentando, dice un editorial dl Financial Times. El anuncio de que se prohibiría a las compañías educativas obtener ganancias amenaza con hacer desaparecer el mercado educativo privado.La prohibición a esas empresas de usar entidades de interés variable (VIES según siglas inglesas) una medida que permite a los inversores extranjeros eludir las restricciones chinas, desencadenó una generalizada venta de activos chinos. En realidad, no hay nada de nuevo en la preocupación de China sobre los efectos del éxito empresarial en la sociedad.
Pero si bien el ataque a los grupos tecnológicos se observa también en Occidente, la diferencia es que los titanes tecnológicos chinos solían depender, en sus orígenes, de apoyos extranjeros. Esos inversores ahora, a su vez, necesitan usar VIEs o cotización en Estados Unidos para obtener retorno sobre sus inversiones.
En el futuro, las compañías innovadores tendrán que pagar a los inversores extranjeros un mayor margen para compensar la incertidumbre sobre la regulación o un posible anuncio repentino del gobierno que licue totalmente el valor de la compañía.
Hong Kong se apresura a presentar su territorio como alternativa más segura. Lo que falta ver, razona l editorial, es si el gobierno chino ha perdido el interés en invertir y si considera que el financiamiento internacional ya no es una ayuda para el desarrollo o si está tratando de disuadir a sus empresas de cotizar en el xtranjero. Las preocupaciones por la seguridad nacional china no se limitan a controlar datos sino que Estados Unidos domine, a través del dólar, el sistema financiero mundial. Pero tolerar la incertidumbre regulatoria a cambio de mayores retornos es una cosa; invertir contra los deseos de un gobierno chino que que muestra señales de querer “desacoplar” su economía de la de Estados Unidos es otra.
En última instancia, esa es la diferencia más importante. Las últimas medidas chinas pretenden demostrar que el estadoo controla la economía, en contraaste con la regulación europea o norteamericana que generalmente se propone proteger a los consumidores o asegurar que los mercados funcionen mejor .En China el éxito empresarial invariablemente será objto de escrutinio