Según un reciente informe de la consultora Trendsity, existe de todas maneras una realidad para las personas que comenzaron a trabajar en casa con la pandemia: el home office puede tener ventajas pero también puede sentirse el encierro, la necesidad de aire libre y de estar con otros. Muchas veces la productividad también depende de esto.
La solución parece venir del lado del “greendesking”, una tendencia que si bien implica espacios de co working , privilegia el poder trabajar remoto en lugares con verde y aire libre: la ciudad de Montreal montó 23 estaciones de trabajo al aire libre que todos pueden utilizar de forma gratuita. Algo similar hizo Santiago de Chile en el Parque Araucano de Las Condes, con espacio gratuitos para los vecinos de la zona.
Iniciativas similares están llevando a cabo compañías tecnológicas como Google, que en Estados Unidos están montando enormes tiendas en espacios al aire libre para que los colaboradores trabajen y a la vez, reduzcan posibilidades de contagios.
Algunas empresas llevaron espacios a parques, para que las personas puedan estar en contacto con sus compañeros pero con distancia social, con mobiliario y posibilidad de comer en food trucks. En Buenos Aires está Usina Cowork, que ofrece la posibilidad de co working con la promesa de espacios de “nature & technology” para ser más productivos. Hay plataformas que ofrecen buscar lugares con estas características para trabajar cerca de donde uno esté.
Ya hay indicios que dejan ver cómo las personas ganan en salud mental, física y en productividad cuando pueden estar cerca de la naturaleza. La pandemia en ese sentido ha sido una gran prueba piloto de formas emergentes de trabajar, pero también hay tensiones: las ciudades y los espacios interiores requieren válvulas de escape para poder mantener el equilibrio.
