Los países pobres son los que económicamente han sufrido más la pandemia y son los también van a la zaga con la recuperación. Han tenido una pérdida económica importante en comparación con los ricos. Pero, según explica Martin Wolf en el Financial Times, hay algo que se puede hacer. El mundo está a punto de crear hasta US$ 650.000 en una nueva emisión directa de derechos especiales de giro (DEG) dentro y eso puede—y debería – ser usado para restaurar la trayectoria de las naciones vulnerables. La idea de un tramo tan grande de nuevos DEG fue sugerida al principio de la pandemia, dice Wolf, pero la administración Trump la vetó. Ahora, bajo la presidencia de Joe Biden, las cosas son diferentes.
El sistema de cuotas para asignar los DEG significa que las naciones ricas obtienen proporcionalmente más, pero ellos pueden prestar esos activos en términos muy accesibles. Wolf explica cómo se pueden usar los DEG para los países de bajos ingresos y dice que el control de la pandemia es un bien público global. “Es un error y hasta un crimen que esto no se haya entendido y hecho antes”.
Los DEG, que son un activo de reserva internacional, pueden cambiarse por divisas y su valor se basa en una canasta de cinco monedas representativas a nivel global.