En una gran investigación realizada por el CDP (antes conocido como Carbon Disclosure Project) la mitad de ellas indicaron que no realizan una análisis de cómo impactan sus carteras en el cambio climático. Solo la mitad de las compañías de seguros mostraron un plan de transición hacia un mundo de cero carbono y la mitad de esa mitad está tomando medidas.
Además, solo la cuarta parte de las compañías dan a conocer las emisiones que ellas financian, según revela la investigación. “Si bien la mayoría de las instituciones financieros brindan financiamiento sustentable, no prestan suficiente atención a asegurar que la totalidad de sus negocios esté alineada con la famosa meta de “cero neto”. Enormes sumas de capital todavía se destinan al financiamiento de combustibles fosiles sin poner foco en la transición,” concluye el informe.
Hay excepciones. Allianz, BNP Paribas y BNY Mellon merecen aplausos por la transparencia y amplitud de sus revelaciones. El CDP elogia especialmente a la institución de préstamos holandesa ABN Amro.
Pero como la excepción no hace la regla “el sector debe actuar ya,” dice el informe y explica en detalle por qué.
El rol protagónico de las finanzas
La transición hacia una economía de “emisiones cero neto” , clave para evitar los efectos más catastróficos del cambio climático, está dominando el debate en los gobiernos y los directorios más influyentes del mundo. La actual pandemia de Covid-19 en lugar de distraer la atención de gobiernos y empresas hacia ese objetivo está enfocándola en la necesidad de hacer frente a los peligros sistémicos globales, como el del cambio climático.
Cualquier empresa, sea del sector que sea, tiene un rol que desempeñar. Tal es la escala del cambio que hace falta. No obstante eso, el sector financiero es especialmente importante. La transición a cero neto va a necesitar enormes cantidades de capital orientado a la descarbonización de la economía y a aumentar la resiliencia a los cambios que ya llegaron al sistema. Por eso, el sector financiero debe jugar un rol protagónico en ese empeño.
Se necesita financiamiento verde. Pero también que las finanzas sean totalmente verdes. Para lograrlo el sector debe tomar medidas. El mayor impacto climático de las instituciones financieras surge de las actividades que ellas permiten mediante los préstamos, las inversiones y los seguros que suscriben.
Son esas carteras de financiamiento las que deben alinearse con un mundo que detenga el calentamiento.
Hay demasiado capital que se sigue orientando a los combustibles fósiles. Por eso el sector debe actuar sin pérdida de tiempo.
La importancia del papel del sector financiero en lograr la transición hacia el carbono cero fue reconocida directamente en el Acuerdo de París. Sus metas incluyen “hacer que los flujos financieros sean coherentes con el camino hacia bajas emisiones de gases de invernadero y el desarrollo resiliente al clima”.
La Taskforce for Climate-related Financial Disclosures (TCFD), que también reconoce la importancia del sector, publicó una guía con recomendaciones para bancos, dueños de activos, administradores de activos y compañías de seguros.
Mientras lor organismos reguladores avanzan hacia la obligatoriedad de la divulgación climática de acuerdo con el marco definido por la TCFD, podría ser que las instituciones financieras sean las primeras a las que se les exija cumplir.
Hace falta primero una evaluación para determinar si el sector financiero está preparado para desempeñar el papel que se le pide; hay que saber si cuenta con las herramientas para manejar los riesgos financieros relacionados con el clima, si está en condiciones de brindar los flujos de capital necesarios para las tecnologías de bajo carbono y para aumentar la resiliencia. También es urgente evaluar si el sector financiero global está en condiciones de divulgar esa información de acuerdo con las recomendaciones de la TCFD.
Idealmente el CDP está en condiciones de brindar esa evaluación. Su sistema ha brindado durante más de 20 años datos financieros a los mercados de capitales.
Más allá del cambio climático
El primer cuestionario – CDP Financial Services Questionnaire 2020 – se enfocó en el cambio climático. Pero como los grandes bancos, inversores y aseguradoras son universales, están presentes en todos los sectores de la economía. O sea, que el impacto de sus carteras va mucho más allá del cambio climático. Los problemas sociales también les presentan riesgos como lo demuestra claramente la crisis de Covid-19.
Las respuestas de las instituciones financieras a las preguntas exploratorias en el cuestionario 2020 sugieren que cuando otorgan préstamos, financian o suscriben seguros prestan menos atención a los problemas de deforestación y provisión de agua potable que al cambio climático.
El CDP, entonces, se propone ampliar sus cuestionarios para incluir toda la gama de factores ambientales y acelerar el pase a la acción.
Por primera vez, el CDP pide a las instituciones financieras que informen sobre los efectos que tienen sus carteras financieras en toda la economía. Con los resultados obtenidos, armará un conjunto de datos comparables entre todas las instituciones financieras.
Datos concretos obtenidos por el primer cuestionario del CDP en 2020
- Casi todo el impacto climático de las instituciones financieras es generado por las actividades que financian a la economía. Sin embargo, 49% de las instituciones financieras indican que no hacen ningún tipo de análisis de cómo afecta el clima su cartera de inversiones.
- Para seguir prosperando las instituciones financieras tendrán que alinear sus carteras con un mundo sin emisiones. Además de brindar finanzas verdes, el sector debe “ser” verde. Todavía falta mucho por hacer.
- Las instituciones financieras ven oportunidades de ganancias en el acto de financiar la transición hacia un mundo de bajo carbono, sin deforestación y con conservación del agua. 76% de ellas ve las oportunidades de ofrecer productos y servicios financieros sustentables.
- Las revelaciones muestran que subestiman los riesgos que corren con la crisis del clima. El impacto posible podría llegar a US$ 1,05 billones (millones de millones).
- Las instituciones financieras pueden crear un círculo virtuoso para descarbonizar y aumentar la resiliencia de la economía en su totalidad.
- Muchas de ellas ya tienen directorios que controlan los problemas relacionados con el clima. No obstante, hay señales de que esos directorios podrían afinar el foco en los problemas que realmente importan.
- Cuando se trata de incorporar consideraciones climáticas, las compañías de seguros ponen más foco en sus inversiones que en los seguros que brindan.
- El impacto ambiental de las carteras financieras va más allá del cambio climático, pero actualmente los temas de deforestación y seguridad de agua potable son evaluados por pocas instituciones a la hora de tomar decisiones financieras. La mayoría se concentra en el cambio climático.
En conclusión, las finanzas sustentables están en la mira y se les está dando cada vez más prioridad en la agenda. Los bancos, administradores de activos, dueños de activos y compañías de seguros tienen una influencia tan grande en las economías que los compromisos climáticos nacionales no se van a cumplir sin su colaboración.
Las finanzas sostenibles son prioritarias también por la nueva regulación, que incluye testeo de estrés e informes obligatorios. El impacto que van a tener las próximas regulaciones es que los requisitos de divulgación de información se van a combinar con las recomendaciones de la TCFD.
El informe es una evaluación de hasta qué punto está preparado el sector financiero global para hacer la transición hacia un mundo de emisiones de carbono cero. Usó toda la información del mercado obtenida por el primer cuestionario del CDP.
Una de las principales conclusiones es que si bien las instituciones financieras están muy enfocadas en financiar la transición hacia la reducción de los gases de invernadero, el abandono de la deforestación y el cuidado del agua y en brindar financiamiento sustentable, están menos dedicada a asegurar que la totalidad de sus negocios esté alineada con el cero neto.