Ese fue el estado que con la diferencia más estrecha inclinó la balanza para el lado de Joe Biden en la elección presidencial del 3 de noviembre. Y, por una extraña combinación de circunstancias, también será el que en el mes de enero defina qué partido controla el Senado de la nación y, por ende, la naturaleza del gobierno del nuevo presidente.
Georgia es un estado que ha sido republicano por excelencia y que en las elecciones del 3 de noviembre decidió apostar por el candidato demócrata. Y ese estado también celebrará el 5 de enero elecciones para definir quienes se quedarán con los escaños del Senado. Según cómo quede conformado el Congreso dependerá el margen de maniobra que tenga el nuevo mandatario para gobernar.
El 5 de enero el Senado renueva 35de sus 100 bancas y la Cámara de Representantes (Diputados) renueva la totalidad de sus 435 escaños. Para la Cámara Baja, los demócratas ya se aseguraron la mayoría, pero no ocurre lo mismo con el Senado. Los republicanos todavía no han conseguido los escaños necesarios para retener su mayoría y Georgia tiene el 5 de enero su segunda vuelta. En ella los contendientes son el conservador David Perdue y el demócrata Jon Ossoff. Georgia se ha convertido así en uno de los estados políticamente más competitivos del país.
