Las grandes empresas –pero también las medianas y pequeñas según los casos– y todos los gobiernos, recurren a estas consultoras especializadas en distintos campos de la gestión, del marketing, de las relaciones humanas y de la tecnología –por citar los segmentos más representativos–, para decidir hacia donde orientan sus inversiones, cómo transforman y modernizan las firmas en el campo tecnológico, pero también el productivo.
Pero a lo largo de este año, se dedicaron a advertir a sus clientes cuál era el mejor camino para escapar a la trampa del corona virus con el menor daño posible. Y así lo hicieron.
Pero ahora viene el gran desafío. Cómo encarar un futuro más difícil de pronosticar que lo habitual, donde lo que se avecina son los cambios y transformaciones más veloces e integrales que se registran en el ámbito empresarial.
Por eso los últimos tiempos, la mayoría de las consultoras han estado menos ocupadas que de costumbre. Hay que definir una nueva manera de gestionar las empresas, donde no valen teorías ni ideas preconcebidas. Es empezar de nuevo, al mismo tiempo que se somete a replanteo total las formas de relacionarse con los clientes, el modo de manejar las relaciones con el personal, la vinculación con los accionistas y hasta la naturaleza misma del proceso productivo.
Esto supone un cambio radical con la forma en que trabajan las consultoras, en lo conceptual, en lo operativo, y en la forma en que se relacionan con los clientes. Sobre esta nueva realidad versa este año el especial Quién es Qué en consultoría. Un clásico de Mercado, esta vez a la búsqueda de nuevos horizontes.
Sobre este giro transformador opinan a continuación varios protagonistas del sector.
Las columnas y entrevistas estuvieron a cargo de Rocío Bravo, Nahuel Lezcano y Carina Martínez
BDO
“Inteligencia adaptativa”
“La consultoría trabaja sobre problemáticas comunes impuestas por el contexto externo de las organizaciones. Estas incluyen aspectos políticos, económicos y socioculturales propios de nuestra geografía. Pero a su vez tenemos tantas realidades como clientes”, asegura Carlos Rozen, socio de Consultoría de la firma.
“A todo esto, debe adicionarse la mente del empresario. Es natural que algunas organizaciones se hallen inmersas en una realidad que percibe como catastrófica. Y no es para menos, nadie esperaba tremendos cambios –profundiza Carlos Rozen–. Sin embargo, hay quienes claramente ven en el riesgo una oportunidad. Y esto es una cuestión de actitud. Nuestra misión es llevar a nuestros clientes de ese lado de los negocios. Somos asesores. Tenemos el conocimiento de mirar muchas entidades desde arriba, sin ser parte de la toma directa de decisiones, pero influyendo activamente en las mismas. Es verdad que hay quienes tienen inexorablemente que asegurar la continuidad de la operación; sin embargo, es importante que, luego de conseguirlo, sigan avanzando y pensando en grande”.
–¿Cuáles identifica como las principales tendencias que se perfilan en el sector, a futuro?
–La palabra “futuro” para nosotros tiene una connotación central. De hecho, ser “asesores del futuro” es parte de nuestro ADN. Y ser asesores del futuro no implica solo prepararnos para poder asesorar mejor en el futuro, sino ser asesores en el presente del futuro de nuestros clientes.
Hablando de tendencias, claro está que la “transformación digital” es tal vez la más relevante. Lo dicen todos. Hasta cuesta escribir estas dos palabras tan trilladas como mal utilizadas. Es por ello que preferimos referirnos a una transformación más profunda, con base en lo humano antes que en lo tecnológico, pero apoyada inexorablemente por la tecnología. Hablamos de gestión del cambio cultural. No será posible tener éxito a partir de esa transformación digital directa (introducir nueva tecnología a partir de la decisión de unos pocos y de un área tecnológica). Es fundamental que la transformación desde el núcleo de la organización se produzca involucrando a todos. Para ello diríamos que debemos unir dos grandes mundos: el de la “gestión del cambio” con el de la tecnología.
Trabajar en técnicas de innovación potenciada con un fuerte liderazgo que motive y entusiasme a todos será la llave del éxito. Nosotros mismos lo hacemos mediante una iniciativa global muy potente llamada “Rethink”, que nos impulsa a “hackear el futuro” y repensarnos día a día.
Lo demás, y no es poca cosa, es las tecnologías como tendencia: inteligencia artificial; Machine Learning; Deep Learning; Analytics; Internet de las Cosas; RPA; Blockchain; y todo esto impulsado con la potencia de las nubes que día a día agregan nuevos y poderosos servicios.
–¿Cómo definiría el rol de la consultoría hoy, teniendo en cuenta el contexto actual, las tendencias que llegaron para quedarse y las que se vislumbran, pero no han logrado aún consolidarse, etc.?
–La consultoría ha evolucionado mucho. Trabajamos bajo el concepto de “inteligencia adaptativa” poniendo el acento en la capacidad de ayudar a nuestros clientes a adaptarse a un contexto crecientemente cambiante, lleno de desafíos, incierto, impredecible, donde buena parte de los viejos patrones de comportamiento son puestos en cuestionamiento. Nuestro rol debe poner énfasis en esas características a las que se daba prioridad en momentos previos de la historia de nuestra especie. En este marco, son otros los activos estratégicos que posibilitarán la supervivencia: la flexibilidad, la creatividad, la capacidad de innovar. Nuestra gente está entrenada para ayudar a otros a pensar de esta manera e inyectar inteligencia adaptativa en sus negocios.
–Las demandas centrales de los clientes, ¿variaron en el último año? ¿Cuáles son?
–Cambiaron bastante, incluso siguen cambiando. Una vez que pudimos ayudar a muchas organizaciones a superar la “línea de flotación”, salir de la situación más apremiante y vencer su angustia, comenzamos a trabajar en iniciativas transformacionales de alto impacto.
El poder vislumbrar que el trabajo a distancia era posible; el haber visto pasar cinco años de transformación en las comunicaciones en pocos meses, hizo que el empresario tome más coraje y comience a transformar sus procesos. Y tenemos cientos de ejemplos muy terrenales, tales como implementación de recibo y legajo digital; automatización de anticipo y rendición de gastos eliminando el uso de efectivo; estrategias de ciberseguridad de avanzada; creación de centros de servicios compartidos basados en la automatización; mejora de la información basada en tecnologías analíticas; entre muchas otras. También se aceleraron los procesos de externalización de actividades para lograr organizaciones más dinámicas. Nuestra área de outsourcing ha crecido significativamente tomando procesos enteros bajo nuestra operación.
–¿Cuáles son las principales “resistencias” a la hora de implementar cambios necesarios en las compañías?
–Nuestra área de gestión del cambio estudia permanentemente este tema, ya que se ocupa de buscar nuevas y más eficaces formas de vencer estas resistencias. Básicamente es importante saber que el cambio, a la mayoría de la gente, le duele. La pérdida de control de la situación; la excesiva incertidumbre; las decisiones impuestas por otros; el abandonar hábitos y rutinas son algunas de las razones. Además, los empresarios saben que requieren de nuevas capacidades que muchas veces no tienen en sus equipos. Y también trabajar más para vencer la curva negativa que todo gran cambio implica, para ubicarse en un lugar mejor. Por otro lado hay que considerar que la amenaza no es ilusoria, es real. Jack Welch, uno de los grandes CEO de la historia empresarial (GE) lo resumió así: “Cambia antes de que tengas que hacerlo”.
BMyA
El valor de la empatía
“Las cuestiones vinculadas con la virtualidad y la redefinición de lo presencial en el trabajo se instalaron con fuerza en estos meses y permitieron un cambio de perspectiva: importa de qué trabajamos y no dónde trabajamos. Las nuevas herramientas influyen directamente en la modalidad de ofrecer servicios de consultoría”, sostiene Dalila Dujovne, gerenta de Transiciones Laborales de la firma.
“El aprovechamiento del tiempo, la eficiencia, la confianza, la organización son aspectos que comienzan a tenerse en cuenta con otra perspectiva a la hora elegir un puesto de trabajo o en las transiciones laborales. Tareas y espacio, tiempo y eficacia son dilemas de equilibrio que se ponen en las mesas de discusión en la reorganización de las compañías y los puestos de trabajo”, explica Dalila Dujovne, al ser consultada por las tendencias que se verifican en el sector.
En cuanto a los desafíos que afronta hoy la consultoría, en una época en que lo único cierto es la incertidumbre, la ejecutiva considera que “Los efectos de la pandemia son todavía imprecisos porque el mundo aún la está atravesado. Pero lo que está claro es que el universo laboral cambió, se transformó y se ajustará al escenario post–Covid con la certeza de que ya no volverá a ser igual. El trabajo que hacemos en BMyA ya se orienta a repensar esas condiciones desde la construcción personal de los ejecutivos y al mismo tiempo ese trabajo permite ensayar hipótesis sobre nuevas estructuras de trabajo y su implementación. La consultoría en Recursos Humanos, entonces, se orienta a impulsar la innovación que obliga estos tiempos de incertidumbre”.
La crisis trajo nuevas demandas
“La profundidad de la crisis y el incremento fabuloso en la tasa de desempleo plantearon necesidades específicas de los clientes –explica Dujovne–. Desde ajustes en los budgets a la hora contratar servicios de outplacement hasta la necesidad de encontrar nuevas formas de servicios que se adaptaran a este momento. Los espacios compartidos de reflexión y colaboración, como talleres o charlas virtuales, fueron una propuesta que funcionó para dar respuestas, así como también una mayor flexibilidad para atender los casos particulares”.
A la crisis, se le suman las resistencias propias de toda transformación, que deben ser gestionadas con mucha cautela y cercanía. “Las crisis suelen operar muchas veces como impulsos obligados al cambio. Más allá de las preocupaciones obvias de mantener sus negocios saludables, las empresas entienden cada vez más que los cambios les permiten reinventarse y salir fortalecidas de las crisis. Desde BMyA, tenemos la percepción de que las compañías con visiones más humanas y empáticas son las que logran adaptarse a estas transformaciones urgentes. Lo sabemos porque trabajamos con las personas que las conforman y las definen, más allá de las estrategias globales o de tácticas de coyuntura”.
Auren
Simplificar el caos
En este año, el mundo VICA (volátil, incierto, complejo y ambiguo) se ha hecho patente de una forma inesperada y, en este contexto, empresarios y directivos tienen que tomar las decisiones que hagan exitoso su negocio.
Por Sebastián Inchauspe (*)
Las empresas son un sistema de múltiples dimensiones interdependientes, a saber: estrategia, propuesta de valor, cultura, operaciones, capacidades, personas, tecnología. En cada una de estas dimensiones hay desafíos que tienen prácticas probadas para resolverlos, pero muchos que no.
Tomando el modelo CYNEFIN, de Snowden y Boone, podemos decir que la pandemia a puesto a empresarios y directivos a tomar decisiones complejas (la relación causa efecto para resolver el desafío no es conocida) y caóticas (la relación causa efecto es imposible de definir).
En el extremo del caos, la mejor manera de decidir es a través de actuar realizando experimentos que permitan ir validando las bases para encontrar las soluciones. Sin llegar al extremo del caos, cuando la decisión es compleja, la gran habilidad para tomar decisiones es no querer imponer un curso de acción, sino explorar para permitir pacientemente que el camino se vaya revelando.
La consultoría de gestión (mangament consulting) está preparada para brindarle al cliente:
Información: toma los datos y análisis del mundo, la industria o sector y la posición del mercado del cliente y le dan sentido.
Experiencia: brinda perspectiva de un operador experimentado sobre un problema y las diferentes formas en que se puede resolver.
Insight: la aplicación rigurosa y analítica de la experiencia para generar conocimientos que ayudarán a la empresa a tener éxito.
Ejecución: la hoja de ruta para elegir e implementar los cambios a realizar.
No más recetas, resultados
El contexto antes descripto está generando dos grandes tendencias que está afectando a la consultoría de gestión. En primer lugar, la complejidad ha generado la necesidad de contar con más y mejores herramientas para analizar la información y poder hacer una recomendación. En segundo lugar, considerando en muchos casos la experiencia pasada no puede ser tomada como referencia para proyectar el futuro y que la información está cada día más disponible para todos, los clientes quieren contratar resultados, no recomendaciones. Las recetas están perdiendo efectividad.
Ante estas tendencias, para la consultoría de gestión toman relevancia la capacidad de análisis de datos, de la mano de las herramientas de inteligencia de negocio, la de trabajo en conjunto con el cliente, siendo la empatía la principal competencia, la de generar procesos de trabajo ágiles que permitan aprender rápidamente, experimentando, y la de implementar las soluciones que se recomiendan, asociándose con el cliente en los resultados a obtener.
Nuevas demandas
Respecto a las demandas centrales de los clientes, desde Auren creamos un monitor de opinión que llamamos Brújula de negocios, que es un panel de empresarios que nos acerca su mirada y opinión sobre temas de actualidad. Este año, con motivo de la pandemia, realizamos dos estudios. Uno a principios de abril y el más reciente publicado recientemente, que indagan sobre el impacto de la pandemia en diversos aspectos del negocio. De acuerdo a los resultados de la encuesta última, los principales desafíos y focos de trabajo que destacan los empresarios son la adaptación de las personas al teletrabajo y la comunicación, la reformulación y mejora de los procesos, la incorporación de nuevas plataformas tecnológicas y la transformación digital para gestionar las empresas.
Ante estas demandas, las consultoras de gestión tendrán un rol preponderante brindando metodologías, experiencia, tecnología y capacidad de ejecución a empresarios y directivos, para que puedan lograr que sus organizaciones aprendan ágilmente a través de procesos de innovación centrada en el cliente. Su rol de vasos comunicantes de experiencias y “mejoradoras” de metodologías les permitirá ayudarlos a transformar las decisiones caóticas y complejas en decisiones complicadas (la relación causa efecto para resolver el desafío es conocida solo por algunos y hay varias buenas alternativas para resolverlo).
(*) Socio de Consultoría en Estrategia e Innovación
RSM Argentina
Saber hacia dónde ir
“Hay una marcada (y necesaria) tendencia a la implementación de nuevas tecnologías: la transformación digital es ahora. Hay que repasar el modelo de negocio actual y encontrar el enfoque adecuado para digitalizarlo”, indica Fabián López socio de la compañía.
“De todos modos, hay que entender que este proceso tecnológico no se puede llevar a cabo sin el apoyo y el entendimiento de las personas que forman parte de toda la organización. Hay que capacitar en el uso de herramientas y nuevas tecnologías de trabajo remoto que aseguren la continuidad del negocio –profundiza Fabián López–. Asimismo el proceso de digitalización tiene que generar información de calidad. La estructura digital debe acompañar la estrategia organizacional, debe facilitar la toma de decisiones ágiles y fundamentadas en datos”.
¿Cuáles son los nuevos retos de la consultoría, en épocas de incertidumbre extrema?
Nuestro entorno local siempre ha sido desafiante para los negocios y para los emprendedores; la pandemia llevó ese modelo de desafíos habituales a extremos impensados.
Los horizontes de previsibilidad son cada vez más cortos, y en ciertas actividades, prácticamente nulos. Es por ello que el rol del consultor toma un papel de preponderancia mayor que en años anteriores.
Hay que acompañar al cliente para que pueda anticiparse a los cambios, esencialmente identificar oportunidades de rentabilidad y de reducción de costos. Pero a la vez hay que mantener el enfoque en la dirección del proyecto a futuro, de las tecnologías que requiere el negocio y hacia dónde se dirige; saber el camino. Y, como siempre afirmamos en RSM Argentina, nosotros “Conocemos el camino”.
¿Qué nuevas necesidades tuvieron los clientes en el último año?
Durante este año podemos identificar dos etapas distintas. Por un lado la inicial, vinculada a los primeros meses del aislamiento social preventivo; y luego, una segunda etapa posterior donde se asentó el modelo de trabajo remoto.
En la primera etapa hubo un incremento de consultas relacionadas a ciberseguridad. En ese sentido, podemos remarcar el notable aumento de ciberataques a escala local e internacional en los últimos meses, con hechos que van desde el secuestro de datos mediante la utilización de malware, las técnicas de phishing, la suplantación de identidad, etc. Es entendible porque los ciberdelincuentes van un paso por delante, identificaron una oportunidad única al pasar de un modelo de trabajo presencial a un modelo remoto, que no siempre fue sustentado por una estrategia de seguridad acorde.
Por ello, resulta clave analizar la estructura actual de ciberseguridad de las organizaciones y capacitar a los equipo de trabajo en cuanto a los riesgos del contexto.
Luego vino la etapa actual, donde ya hay una maduración en la dinámica del trabajo remoto, e identificamos una demanda de análisis de los procesos operativos, para evaluar cómo mejorar la operatividad a distancia, mientras se asegura la continuidad del negocio y el cumplimiento normativo. Referido a esto último, es recomendable realizar un análisis retroactivo de los últimos meses, ya que hemos visto muchos casos en que las organizaciones se volcaron al trabajo remoto sin considerar el impacto en el flujo de los procesos del negocio.
¿Qué debería ofrecer la consultoría para ser efectiva?
Para atender todas las inquietudes es necesario el aporte de un equipo multidisciplinario talentoso y ágil, con experiencia, que sepa escuchar, plantear los problemas, y junto al cliente pueda finalmente superar los obstáculos.
Las expectativas son muy altas y los clientes demandan un enfoque particular a sus problemas. En definitiva, el consultor tiene que ser un generador de valor, un socio estratégico que ineludiblemente debe compartir la visión de la compañía, sin perder la atención en el contexto. La agilidad es una característica fundamental; el análisis es dinámico y requiere constantemente reconfigurar las preguntas y hallar nuevas soluciones.
¿Cómo se logra llevar adelante los cambios necesarios dentro de las organizaciones?
Los cambios tienen que ser “Top-Down”, es decir, que deben surgir del convencimiento de la dirección de la organización y aplicarse descendentemente. Por eso, si no existe un mensaje claro, transmitido a lo largo y ancho del organigrama, se generan fuertes resistencias al cambio. Tiene que existir una visión del negocio, una cultura fácilmente identificable y transmitida correctamente.
Es por eso que anteriormente citaba la importancia de escuchar al cliente y acompañarlo: ¿Cuál es la cultura de su organización? ¿Hacia dónde quieren ir? Estas preguntas son primordiales para iniciar un proceso de cambio exitoso.
Bayton
Hacen falta nuevos modelos y liderazgos
Los consultores estamos habituados a navegar la incertidumbre del universo de los negocios. Permanentemente, la consultoría debe rediseñarse para acompañar desafíos y agregar valor proponiendo nuevas herramientas y abordajes a medida que el mundo del trabajo y de las organizaciones genera nuevos modos de hacer y pensar los negocios.
Por Graciela Vinocur (*)
En este nuevo contexto, surgido a partir de la irrupción del Covid–19, la incertidumbre se ha vuelto inéditamente extrema y, además, abarca al planeta entero. En otras ocasiones, tal vez una región podía ser más estable y compensar incertidumbres de otras geografías. En este caso no hay refugio posible; el problema nos golpea a escala global. Prácticamente el mundo entero se está moviendo por ensayo y error.
Estructuralmente el rol de la consultoría es el mismo en el sentido de acompañar, dar soporte y apalancar las soluciones planteadas para el mejor desempeño de una organización cliente, pero los nuevos retos están ligados, hoy más que nunca, a la búsqueda de la efectividad en un contexto tan impredecible que demanda máxima agilidad y plasticidad organizacional.
Desde hace años las principales tendencias de la consultoría vienen asociadas a los nuevos modelos productivos a los que la digitalización, el manejo de grandes volúmenes de información y la inteligencia artificial otorgan su particular impronta. La pandemia producida por el Covid–19 le ha dado fuerte impulso a muchas iniciativas que se venían implementando de manera incipiente, aislada o paulatina, pero eran y son absolutamente necesarias.
La transformación debe ser profunda
Estamos transitando la cuarta revolución industrial y, sin embargo, en mayor o menor medida, seguimos arrastrando modelos mentales y paradigmas de cuando el trabajo predominante era el trabajo manual. ¿Tiene sentido hoy medir productividad en términos de tiempo o sostener estilos de liderazgo basados en el control? Uno de los desafíos más grandes de la consultoría reside en acompañar a las organizaciones en esta transición, favorecer su transformación profunda para ganar efectividad organizacional en un mundo digital.
Estas transformaciones deben ser realmente profundas porque las cosméticas o superficiales resultan cortoplacistas y le hacen mucho daño a la gente y al negocio. Generan dobles mensajes que ocasionan malestar: se les pide compromiso, innovación, apertura y agilidad, en organizaciones que aún operan burocráticamente, que concentran la toma de decisiones en muy pocos, que tienen poca tolerancia al error y en lugar de liderar personas, administran recursos. Por eso, un gran desafío de la consultoría está en acompañar y empoderar a las organizaciones en su transición desde lo aspiracional hasta el logro de su mejor versión.
En este nuevo escenario de pandemia también la comunicación pasó a tener un rol clave. La necesidad surgió no solo en cuanto a las herramientas tecnológicas sino respecto del contenido, ya que hubo que suplantar con nuevas formas la falta de interacción cotidiana y presencial en los lugares de trabajo para que no se perdiera el espíritu de equipo y mantener el nivel de efectividad organizacional.
Conversaciones efectivas
Con el eje de la atención desplazado hacia la importancia de cuidar a las personas no solo física sino también emocionalmente, en no pocos casos, quedó manifiesta la necesidad de transformar ciertos liderazgos, arraigados en modelos de control tradicionales, por otros basados en la confianza y el establecimiento de genuinos compromisos a través de “conversaciones efectivas”.
El viejo chiste del jefe preguntando “por qué no estás trabajando” y el colaborador respondiendo “porque no escuché que usted había llegado” nos habla en sí mismo de un jefe sin liderazgo y en tiempos de pandemia y trabajo remoto, ni siquiera hay un jefe a quien escuchar llegar.
Obviamente los modelos de liderazgo no cambian de un día para otro y, además, están profundamente arraigados en la cultura de cada empresa. Lo positivo es que muchas organizaciones y sus líderes comprendieron rápidamente la necesidad de desarrollar nuevas habilidades de liderazgo, especialmente “conversacionales”.
Y por supuesto, lo que ha hecho esta pandemia es hacer más evidente aquello que estaba naturalizado o no tan visible, como es la resistencia al cambio que subyace en muchos espacios organizacionales que adscriben a formas más tradicionales, basadas en el control y en modelos de autoridad personal. Paradójicamente necesitan del talento que las ayude a mantenerse vigentes y competitivas y, sin embargo, van creando su propio techo de cristal alejando con sus viejas prácticas a los mejores talentos.
La pandemia nos brinda la oportunidad de pensar hondamente en la importancia de crear un mundo del trabajo más humano, en mayor armonía con la naturaleza y las personas. Los nuevos retos de la consultoría están estrechamente ligados a brindar apoyo y acompañamiento a las organizaciones para desarrollar su potencial con soluciones efectivas y sustentables.
(*) Gerenta de Bprofessional
PwC
Un viraje hacia las soluciones
“Desde los servicios de consultoría aspiramos a trabajar y tener relevancia en las agendas estratégicas de los clientes a través de la mirada de equipos multidisciplinarios que aporten valor”, indica Norberto Montero, socio de la firma.
“Nos ubicamos como socios estratégicos de nuestros clientes asistiéndolos y acompañándolos en sus procesos de transformación y, para alcanzar esos objetivos, ponemos en el mercado la experiencia, conocimiento de los negocios e innovación tecnológica de la red de firmas de PwC, estableciendo un adecuado equilibrio entre la experiencia global y nuestro conocimiento del mercado y del contexto local”, reafirma el ejecutivo.
En cuando a los nuevos retos a los que se enfrenta el sector, en momentos de incertidumbre extrema, Montero asegura que las claves son “Saber escuchar a los clientes, entender muy bien sus necesidades para poder acompañarlos y aportar equipos con experiencia en condiciones de brindar valor. Ayudarlos a entender el ‘roadmap’ para alcanzar sus objetivos, priorizando e identificando lo urgente y lo importante. Son tiempos difíciles –afirma el ejecutivo–, pero en estos tipos de crisis siempre surgen oportunidades para replantear las estrategias y tomar decisiones en esa dirección”.
En cuanto a las tendencias que se perfilan en el sector, Montero indica que el “offering” de servicios tiende a ser más de soluciones que de productos. Dejamos la consultoría tradicional de hacer diagnósticos para ser “partners estratégicos” de los clientes y llevar a cabo sus procesos de transformación. La irrupción de las nuevas tecnologías y la velocidad de los cambios imprimen la necesidad de plantear metodologías ágiles y flexibles en detrimento de procesos largos en el tiempo para tener una solución después de varios meses. Se plantean “sprints” cortos que van evolucionando pero que permiten evidenciar resultados y captura de valor más a corto plazo.
Cambios estratégicos
“Claramente el contexto político/económico post PASO y la irrupción de la pandemia tuvieron impacto y efecto en los planes estratégicos de las empresas. Temas como la transformación digital, eficiencias, reducción de costos, revisión de la estrategia de negocios, reestructuraciones de deudas, revisión de estrategia financiera, gestión de recursos humanos, captación de mayor clientes/demanda, tomaron una posición prioritaria en las agendas de los CEO”, enumera Norberto Montero, al ser consultado sobre las demandas actuales de los clientes.
En el caso de las barreras a superar a la hora de implementar transformaciones en las compañías, el ejecutivo indica que “Los proyectos de transformación que hoy son necesarios en las empresas, en los que hay que repensar el modelo de negocios, son procesos transversales a toda la organización y ello lógicamente, trae aparejado tensiones y cierta resistencia porque implican modificaciones de punta a punta consistentes en dejar de hacer lo que se hacía para realizarlo de una manera diferente. Los procesos de transformación, independientemente de los cambios de tecnología, son fundamentalmente un cambio cultural que implican hacer y pensar el negocio de una manera diferente. Es importante saber manejar esos cambios para ser exitoso en la implementación de los procesos, que en muchas industrias / segmentos son claves para la sustentabilidad del negocio o la supervivencia en el mercado”.
Lisicki Litvin & Asoc.
Un tiempo de transformaciones
Estamos atravesando un escenario de cambios e incertidumbre global, por eso el principal reto de la consultoría es acompañar las necesidades estratégicas de sus clientes. En este sentido, observamos que numerosas corporaciones dejaron de atender cuestiones de largo plazo para ocuparse de temas del ahora. Otras han reconfigurado íntegramente su estrategia de negocios, áreas principales y/o procesos claves.
Por Martín Santiago Ghirardotti (*)
Por todo esto, el principal desafío de la consultoría es acompañar con una comprensión muy clara del negocio y su contexto la transformación que las empresas están abordando. ¿Qué valor podemos agregar? Dar una mirada independiente, marcar riesgos y oportunidades e incluso, en algunos casos, participar en la fijación de metas estratégicas.
Debido a estas rápidas transformaciones, las tendencias se acentuaron y aceleraron. La consecuencia es una fuerte integración entre los servicios profesionales tradicionales y las soluciones tecnológicas. Los clientes demandan soluciones integrales y las consultoras que quieran mantenerse competitivas deberán acelerar el cambio de modelo de negocios. Hoy la tecnología y el desarrollo de conocimiento escalable forman parte de una estrategia ineludible para quienes quieran mantener sus costos competitivos y el valor empresa. Por eso, muchas firmas de asesoramiento compraron compañías de tecnología y/o se han integrado haciendo alianzas.
Claro está, es preciso destacar la necesidad de estar en estrecha relación con los tomadores de decisiones y mantener un trato personalizado que genere confianza, ya que en el contexto de crisis que estamos atravesando, las empresas solo contratan servicios de alto valor agregado. Es por esto que siguen siendo factores claves la empatía y el trato personal, más allá de que esto solo ya no es suficiente.
Gestionar el cambio
Otro factor a tener presente es la normal resistencia que surge a la hora de implementar cambios o enfrentarse a nuevos sistemas. En estos casos el rol del consultor es clave, pues es quien acompaña a la organización durante la adaptación. Si bien la pandemia forzó a concretar algunas transformaciones inevitables, a veces a las empresas les resulta más cómodo no evolucionar y repetir procesos ya conocidos pero ineficientes. Esa es una batalla cultural con la que los profesionales y la dirección de las organizaciones se enfrentan día a día.
Como en todo período de incertidumbre, en las empresas se genera un mayor nivel de conflicto, por lo tanto, en numerosos casos las consultas se enfocan en la resolución de los problemas de corto y mediano plazo para sobrellevar mejor el contexto.
A su vez, es clave entender que el cliente sufrió cambios. En el empeño que estos ponen por “mantenerse a flote”, sobrevivir a la crisis y adaptarse de la mejor manera a la “nueva normalidad”, le quitan prioridad a los proyectos a largo plazo, enfocándose en las urgencias. Esto pasa porque la crisis genera caída en las ventas y en las cobranzas, lo que afecta el cash flow y hace que el directorio reordene sus prioridades.
Más allá de la importancia estratégica de la consultoría, es preciso resaltar también el rol clave que puede ejercer la misma en cuanto a lo operativo, ya que en muchos casos “son los ojos del cliente” en áreas donde este está “ciego”. Las organizaciones en general están muy enfocadas en su negocio, y su accionar dentro de su área de experiencia pueden ser sobresalientes, pero existe un montón de otras situaciones y procesos que no están relacionados estrechamente con el core business y hay que tener en cuenta al momento de evaluar el management.
En síntesis los desafíos de la consultoría, como el del resto de las empresas, son muy grandes y, aún más, entraremos en tiempos de mayores transformaciones.
(*) Socio de Lisicki Litvin & Asoc.
Practia Argentina
La agilidad como mindset
“Hoy más que nunca, en un contexto de cambios y urgencias en que puede resultar complejo priorizar, la consultoría requiere escucha, flexibilidad y agilidad para dar respuesta a las necesidades de los clientes, sean preexistentes o nuevas. Pero sobre todo para anticipar aquellas que pudieran ser claves para el negocio”, asegura Carlos Farfán, director de la consultora.
Respecto de las principales tendencias que se perfilan en el sector, Carlos Farfán considera que el trabajo remoto y virtual se consolida aún más, incluso en industrias o rubros que eran más renuentes a implementarlo. “Antes de la pandemia quizá era impensable comenzar un proyecto de consultoría a la distancia, pero quedó en evidencia que es posible brindar un servicio de calidad manteniendo, en gran parte, este formato. La agilidad como mindset, como forma de pensar en las organizaciones más allá de la tecnología o las herramientas utilizadas, es otras de las tendencias principales. Esto implica, entre otras cosas, poner genuinamente el foco en las personas, –tanto equipos como clientes–, entregar valor, autonomía, e incorporar el error como parte del proceso y del camino de aprendizaje. Esta es una transformación cultural en la cual desde Practia podemos acompañar a las organizaciones”.
–Las demandas de los clientes, ¿en qué aspectos se concentraron?
–Surgieron nuevas consultas impulsadas por la pandemia y muchas organizaciones dieron un salto importante en su camino de transformación y digitalización. Quizás lo que resume un poco la situación es que hubo un gran aprovechamiento de la tecnología existente para resolver necesidades para las cuales no habían sido pensadas.
Un ejemplo es la parada y rediseño de una planta industrial. Parar una instalación para mantenimiento es una actividad planeada con años de anticipación, por su gran impacto económico. Estamos acompañando a una organización que tiene planeada una parada de planta en el corto plazo, y debe considerar condiciones de seguridad que han cambiado con la pandemia. Para ello estamos probando el despliegue de crowd.lytics, un sistema de análisis de video inteligente que permite medir el distanciamiento social y uso de barbijos y a la vez que posibilita el análisis masivo de datos.
Quizás el cambio más disruptivo es que quien demanda servicios de consultoría va más allá del área de IT y hoy los requerimientos también llegan desde Recursos Humanos, Marketing, Operaciones y líneas de negocio. Esto implica que quizás los proyectos son de una duración más breve con un mayor valor agregado porque, por lo general, el cliente necesita resolver el tema en muy poco tiempo. Esto incluye, por ejemplo, roll out del core operativo para sucursales de empresas de salud, todo realizado en forma remota o la recertificación ISO en forma virtual.
Estos cambios forman parte de las adaptaciones que todas las empresas tuvieron que hacer a partir de la pandemia, donde ya no hay tiempo para adquirir e implementar tecnología y luego trabajar en la capacitación y adopción. Y en caso de que no haya otra alternativa que probar algo, técnicas como design thinking para la creación de MVP o PoC son muy bien recibidas, porque hay una revalorización del aprendizaje sobre la base de la experiencia adquirida.
–¿Cuál es el rol actual de la consultoría?
–El mercado de la consultoría ha evolucionado y hemos pasado de la consultoría que asesoraba a una que resuelve, y que no existe si no incluye gestión del cambio, soporte funcional y gobierno del proyecto, esenciales para poder resolver asuntos de operaciones y optimización de procesos de un cliente que quiere hacerlo con agilidad y resultados demostrables. Hoy tecnología y negocios van más juntos que nunca y la consultoría con capacidad resolutiva es un soporte clave en la transformación que impulsan todas las industrias.
–¿Cuáles son los retos y limitantes a la hora de implementar transformaciones en las compañías?
–Existen resistencias que suelen estar dadas por expectativas inexactas sobre los esfuerzos, el tiempo o los costos que demandan los proyectos y una subestimación acerca de los beneficios de implementar tecnología para optimizar procesos, aumentar la productividad o ganar agilidad. Sin embargo, la pandemia contribuyó a derribar barreras a la hora de abrazar el cambio y encarar proyectos nuevos o postergados con mayor aceptación.
Marsh
Resiliencia y capacidad de adaptación
“En el mundo post pandemia, el análisis de riesgos está teniendo una mayor presencia en la conversación pública y privada, y se destacan nuevos enfoques en este análisis. Esto llevó a la compañía a trabajar en los nuevos mapas de riesgo de nuestros clientes”, sostiene Alejandro Guerrero, Country Corporate Officer & CEO para Argentina y Uruguay.
“Una de las tendencias a destacar es el aumento de consultas en ciberseguridad, ya que los ataques y delitos crecieron en todos los sectores y segmentos. Por su parte, las áreas de RR.HH. están trabajando en la salud de los empleados, programas de beneficios, salud mental, bioseguridad y prevención en el regreso a las oficinas. Finalmente, el análisis consultivo para el servicio en siniestros también está creciendo y aplica a todos los segmentos, aunque se trata de una consultoría más accesible para grandes empresas que manejan un presupuesto mayor en el análisis de riesgos”, identifica el Alejandro Guerrero.
En este año tan difícil y en un contexto nuevo, las demandas centrales de los clientes variaron, al respecto Guerrero explica: “Vivimos en un mundo con una dinámica muy acelerada, lo que produce que los grandes riesgos que analizamos varíen todo el tiempo. Desde hace más de 10 años, en Marsh elaboramos junto al World Economic Forum, el Global Risk Report que, entre otros temas, revela cómo se modifica la importancia de las empresas en relación a riesgos tales como catástrofes naturales, ciberataques, crisis fiscales, eventos climáticos, fraude, etc. Y sin lugar a dudas, el estudio del comportamiento de enfermedades infecciosas ha estado hace años en nuestro radar como un riesgo de muy alto impacto. La demanda actual mutó en gran medida al análisis de los riesgos que emergieron por la pandemia y también en la necesidad de mantener lo más estables posibles los costos relacionados. En líneas generales, notamos un creciente foco en el cuidado de la salud de las personas, lo cual genera una mayor necesidad en el análisis consultivo para definir programas de bienestar efectivos e innovadores”.
Asesoría estratégica
Desde Marsh, Guerrero comparte su visión sobre el actual rol de la consultoría: “Creo que en la nueva normalidad que hoy estamos atravesando, todas las industrias y sectores necesitan reinventarse, y el nuestro, lógicamente, no es una excepción. En la actualidad, la consultoría de riesgos ha adquirido un protagonismo inédito, con un rol cada vez más cercano a la figura de asesor estratégico de los clientes, con foco en el análisis de riesgos, pero también en la generación de oportunidades de negocio. La visión integral que brinda el estudio de la previsibilidad en riesgos nos permite ayudar a segmentos e industrias a mantener y proyectar sus negocios, a través de la reinvención y la resiliencia. Y dicha especialización en la previsibilidad nos obliga incluso a pensar y proponer soluciones de impacto mundial, como nuestros estudios relacionados con ciberseguridad, cambio climático o, más recientemente, las soluciones para futuros riesgos pandémicos que estamos trabajando a escala global, en más de 40 países, incluida la Argentina, con el sector público y el privado”.
El contexto actual trae incertidumbre y con ella cierta resistencia al cambio, respecto a esto Guerreo afirma: “La resistencia, que históricamente ha estado presente desde lo económico, hoy se sigue observando debido a la falta de una cultura de análisis de riesgos que no acepta el costo/beneficio que ello implica. Es un fenómeno cultural en nuestro país, como en otras partes del mundo, encontrarnos con hechos recurrentes de grandes catástrofes donde, ante cada ocurrencia, al momento de su análisis de riesgo, se lo trata como si fuera la primera vez. Esto se repite con hechos conocidos en el pasado que aún no generaron grandes cambios en las políticas públicas tales como granizos, inundaciones o sequías, aunque no está limitado a hechos de la naturaleza únicamente”.
KPMG
Velocidad en estrategia y resultados
Como humanidad estamos viviendo un tiempo bisagra que marca un cambio de época. Podríamos decir que la actual y vertiginosa crisis implica de hecho un dejar atrás definitivamente el siglo pasado. Esto representa un profundo cambio cultural que abarca a todos los sectores y, muy especialmente, al mundo de los negocios.
Por Diego Bleger (*)
En este contexto, el universo de los negocios está obligado a redefinirse sobre la base de nuevos parámetros integrados como lo son la tecnología y el mundo digital, y las nuevas exigencias y expectativas sociales y económicas marcadas por una mayor consciencia medioambiental.
En este escenario, es muy importante saber en qué momento de la transformación se encuentra hoy la organización. A escala mundial, hace varios años que KPMG comenzó su trabajo de adaptación a estos nuevos parámetros y por eso los efectos de la pandemia y de la crisis económica nos han encontrado bien preparados.
Desde el punto de vista de la consultoría, lo que está sucediendo es que la etapa de los procesos largos, determinados por relaciones estables y previsibles con los clientes, ya no es viable. Hay menos tiempo para desarrollar grandes planificaciones basadas en una idea de mercado que antes se mostraba mucho más previsible y estático. Los proyectos empiezan rápidamente y terminan también con suma velocidad. En nuestra actividad lo que las empresas buscan es servicios de consultoría de plazos cortos, dinámicos, y que puedan ofrecer resultados inmediatos.
La aplicación de la tecnología como algo general y de las herramientas digitales en lo concreto cruzan hoy todas las actividades de KPMG, como las tradicionales auditoría, impuestos y legales, y muy especialmente la de servicios de consultoría con los que trabajamos ofreciendo modelos de negocios operativos basados en robótica, ciberseguridad, inteligencia artificial, experiencia del cliente, y análisis de datos aplicados a la estrategia de negocios.
Soluciones flexibles
En nuestra actividad lo que hoy las empresas y clientes necesitan son servicios de consultoría que sean flexibles, personalizados, de soluciones inmediatas y que permitan obtener resultados en el corto plazo. Por eso es importante saber integrar equipos multidisciplinarios y tener asociaciones estratégicas con terceros que permitan llevar soluciones completas a los clientes para enfrentar estos escenarios.
Se hace necesario refundar una nueva relación de confianza y asociativa con los clientes porque son tiempos de caminar juntos, de resolver los desafíos con rapidez, de adelantarnos a los cambios que se avecinan en un mundo en constante movimiento, y al mismo tiempo ser estratégicos con el objetivo de mantenerse y seguir creciendo en un mercado donde consumidores, usuarios y clientes son mucho más exigentes y están informados. En síntesis, construir una relación que facilite el trabajo conjunto en lugar de la antigua prestación de un servicio unilateral. Hoy más que nunca el foco tiene que estar en el cliente, en sus necesidades, preocupaciones y desafíos, poniéndolo en el centro de todas las decisiones que se tomen desde KPMG.
(*) Socio Líder Advisory
Logicalis Argentina
Decidir y actuar, ya
“El acrónimo que más veremos en un futuro cercano será XaaS, o ‘todo como servicios’. La posibilidad de consumir tecnología útil para mejorar el proceso productivo sin la necesidad de adquirirla es un hecho en la actualidad”, indica Leonardo Malvar, Operation Associate Director de la compañía.
“Esta realidad se da por dos hechos tecnológicos concretos: la oferta de soluciones basadas en cloud y la tendencia de Software Define X, o “todo definido a software” –completa Leonardo Malvar–. Ayudar a las empresas en este proceso que abandona inversiones de capital a nuevas inversiones recurrentes de operación es el valor agregado que las compañías debemos brindar, sobre todo posicionándonos como consultores neutrales, abstrayéndonos de los fabricantes y consolidando una solución única, interactuando con cada proveedor en su necesidad justa y dando valor concreto a cada cliente. Logicalis, como integrador de tecnología y con un fuerte proceso de evolución hacia servicios, es capaz de aportar el valor que una compañía necesita en el momento de elegir su camino digital. Ninguna marca cubre todos los escenarios en este mundo actual, en que el ecosistema se cuenta de a centenares de posibilidades distintas”, asegura.
–¿Qué nuevos retos enfrenta la consultoría, en épocas de incertidumbre extrema?
–El principal reto es el tiempo. La consultoría técnica tiene un fuerte componente de preparación para pensar en un diseño pero en la actualidad esto no es posible, ya que los diseños deben acelerarse porque se necesita implantar tecnología a otra velocidad. Se tolerarán más los errores y aprender de ellos, pero se requiere velocidad.
En este sentido, las soluciones tecnológicas basadas en cloud computing, las oportunidades de mejora de tiempos de implantación a través de la “programabilidad” y automatismo son fundamentales y más pensando en un escenario post–Covid, en los que las empresas van a tener que invertir en su transformación a lo digital como una prioridad.
En este contexto, un proveedor de servicios y consultoría se convierte en un socio estratégico, que permite ser un ejecutor técnico, facilita en gestión y es el responsable en asegurar punta a punta de que todo funcione.
–¿Cuáles son los nuevos requerimientos de los clientes?
–Claramente las demandas variaron y se hicieron aún más exigentes. Excelencia, facilidad y velocidad están a la orden del día. Hoy los clientes consumen y tienen todo el poder para cambiarse overnight de un fabricante a otro. De un mes a otro pueden crecer el consumo de una solución y dejar de lado otra. Por lo cual no solo la tecnología se entrega, se instala y soporta, sino que también se adopta. Se debe trabajar en forma incansable en demostrar la utilidad de las soluciones en los procesos productivos, en analizar continuamente si las decisiones fueron las correctas y si estas se sostienen o se deben cambiar. Para ello, el trabajo continuo de ganar la confianza, mostrar absoluta transparencia, firmeza en los valores éticos de los servicios brindados son fundamentales para que los clientes continúen trabajando con sus socios locales consultivos tecnológicos.
–¿Cómo definiría, entonces, la función de la consultoría hoy?
–Consultorías de transformación a lo digital, pero con un fuerte componente de implantación técnica local, es decir con menor preponderancia en la formación del perfecto Plan Director, que en la actualidad está en permanente cuestionamiento.
La tendencia es pasar a la implantación en forma evolutiva sin perder tiempo en análisis y diseño que, en la práctica, cambia irreparablemente. Como empresa de servicios tendremos un componente consultivo de diseño continuo que va a la par de la implantación de dichas soluciones en forma continua. Esto lo hemos aprendido del desarrollo de software; tomamos sus fundamentos ágiles y los trasladamos en conceptos a la implantación de infraestructura, plataformas o software como servicios.
–¿Qué barreras deben superarse para llevar adelante las transformaciones?
–El miedo, la inseguridad y la pérdida de poder histórico. El camino es tolerar las consecuencias del error y hacerse cargo de tener un punto de vista propio. Perder la desconfianza en las nuevas metodologías y procesos ágiles, dejando de lado el poder de la estructura de jerarquía formal para pasar a un poder en el grupo interdisciplinario y su adaptación al cambio continuo.
En un mundo con una nueva normalidad, el micromanagement o la planificación perfecta es inviable. Hay que confiar pero, sobre todo, decidir y actuar ya. Entrenarnos en la toma de decisiones y en replicar soluciones ya probadas es esencial para darle valor a los clientes.
Se vienen tiempos muy complejos, en que los más confiables, los mejores entrenados y los más rápidos van a sobrevivir, pero estas disputas durarán poco y habrá que volver a darlas en forma casi permanente y repetitiva para quienes queremos no solo sobrevivir, sino evolucionar.
Ágora Public Affairs & Strategic
La palabra como protagonista
“En un contexto tan peculiar como el que estamos atravesando es cada vez más importante que las compañías, a la hora de definir sus estrategias, hagan una lectura del contexto social y que sea tenida en cuenta en la definición de los objetivos”, considera Federico Bugallo, Country Manager de Communications de la consultora.
“Teniendo en cuenta esta premisa, una de las principales tendencias que detectamos es la necesidad de integrar consultorías cruzadas de diversas disciplinas que trabajan en simultáneo y en equipo sobre un mismo tema. En nuestro caso, desde Ágora recomendamos integrar las áreas de Asuntos Públicos y Comunicación Estratégica. Este tipo de decisiones, a su vez, permite acortar los plazos de entrega y dar una respuesta más rápida al cumplimiento de los objetivos”, destaca Bugallo.
En cuanto al rol de la consultoría en épocas en que la incertidumbre es la norma, el ejecutivo indica que “La pandemia es un hito sin precedentes en el cual nuestra profesión tiene un rol muy importante. Frente a la necesidad de mantener distancia unos de otros, la palabra cobró un rol protagónico el cual es primordial administrar y gerenciar de una manera adecuada. Es allí donde la consultoría, desde nuestro sector de la comunicación y los asuntos públicos, entra en acción para llevar certidumbre a las instituciones en cómo vincularse con sus públicos y así ellas mismas hacer lo mismo con su cadena de valor”.
El consultor como complemento
En cuanto a las demandas de los clientes, estas van variando en función de los cambios que van presentando los consumidores. “El consumidor de 2020 busca estar un paso adelante de las marcas, lo cual genera que las compañías desde sus estrategias de comunicación y marketing deban perfeccionar su oferta y adaptarse a un consumidor mucho más exigente.
En consecuencia, las empresas demandan una consultoría más ágil, dinámica y asertiva que nunca”, explica.
En este sentido, Bugallo sostiene que “Un buen consultor es quien entiende que no debe enseñarle al cliente, sino saber cómo complementarlo. En ese camino, como consultores debemos trabajar codo a codo con ellos, a través de equipos interdisciplinarios, para ayudarlos a ver con perspectiva sus desafíos y resolverlos siendo asertivos y dinámicos”.
Por supuesto, la tarea no es siempre fácil: la reticencia al cambio suele ser uno de los grandes escollos a resolver. En cuanto a esto, el ejecutivo destaca principalmente dos resistencias. “Por un lado, en ocasiones se observa una falta en la lectura del clima de época que impide hacer los cambios necesarios a tiempo; en consecuencia se desarrollan acciones sin licencia social destinadas a un potencial fracaso. La segunda refiere a la ausencia de un seguimiento anticipado y sistemático de issues que pueden afectar directamente al negocio y su reputación, impidiéndoles actuar a tiempo frente a situaciones de crisis”.
Russell Bedford
Eficiencia y adaptabilidad
Leandro Justo, socio
Haciendo referencia a las principales tendencias que se perfilan en el sector a futuro, hay que destacar que automatización y trabajo a distancia son las dos cuestiones claves que modificaron trascendentalmente la dinámica de los servicios. La primera, la cambia en esencia. En el mediano plazo solo se prestarán servicios de valor agregado.
Aquellos servicios que no ofrezcan ese valor serán reemplazados por procesos automáticos, sin intervención de las personas. La segunda transforma el relacionamiento de las firmas con sus miembros. En este punto el desafío para las firmas de consultoría es poner a disposición los recursos para que los colaboradores se sientan cómodos trabajando para la firma y lograr estar cerca a pesar de la distancia.
Este nuevo escenario, de constantes cambios, de nuevas demandas, da lugar a “resistencias” por parte de las compañías. El desafío de las firmas y de sus miembros es adaptarse a este entorno que se modifica constantemente. Esta pandemia expuso y puso a prueba a las firmas de consultoría a responder ante una situación inesperada, ante un riesgo que probablemente no estaba en el mapa de riesgos de la mayoría de ellas. La adaptación al cambio se presentó como el gran desafío y la capacidad de respuesta a ese desafío quedó expuesta en su máximo nivel.
Las firmas ya estaban en procesos de cambio, pero más lentos y controlados, esta situación aceleró todo proceso y nos puso a prueba. La “resistencia”, en este sentido, pasa siempre por aquellos a quienes les cuesta más la adaptación al cambio en general, pero sin dudas las firmas de consultoría como la nuestra han logrado adaptarse, ser mejores ante esta situación, y cada vez más eficientes en sus procesos y en la utilización de sus recursos. Teniendo en cuenta el contexto actual, las tendencias que llegaron para quedarse y las que se vislumbran, pero no han logrado aún consolidarse, el rol de la consultoría va cobrando otra riqueza. Los clientes buscan en los servicios valor agregado, aportes a su organización desde la consultoría. Por ende, el desafío para las consultoras siempre es agregar valor. Pero, además, en este contexto particular, el desafío es estar cerca del cliente, incluso cuando las circunstancias obligan a estar físicamente a la distancia.
El trabajo debe estar enfocado en que el cliente se sienta acompañado y respaldado para poder enfocarse y tomar decisiones en sus negocios. Si logramos que no sienta la distancia, estaremos logrando una parte importante de los objetivos.
SMS – San Martín, Suarez y Asociados
Foco en la sustentabilidad del negocio
Celina Cartamil, socia
En épocas de incertidumbre, lo importante es poner el foco en la sustentabilidad del negocio de nuestros clientes. Escuchar sus preocupaciones, entenderlas y asesorar para cada caso en particular. Tener la capacidad de proponer tantos cambios estratégicos como sean necesarios, para adaptase a las circunstancias y objetivos cambiantes. La flexibilidad y la adaptabilidad son fundamentales. A su vez, tratar de detectar oportunidades es primordial: automatización de procesos, inclusión de tecnologías disruptivas que agreguen eficiencia al negocio, y diversificación de mercados, entre otros.
Hoy las demandas son más personalizadas y específicas. Implican el asesoramiento de la gestión de la crisis enfocada principalmente en la subsistencia del negocio, pero orientadas hacia un futuro que les permita recuperarse y reinventarse.
Frente a ello, la consultoría tiene un rol más dinámico. No se trata de un asesoramiento puntual plasmado en un informe que puede adoptarse en cualquier momento o replicarse en varios casos. La consultoría actual es aplicable solo a un caso particular y en un momento determinado. Involucra más interacción con los clientes y una mejor comprensión no solo del tema analizado, sino de su entorno y sus diferentes implicancias.
En cuanto a tendencias, la principal, que llegó para quedarse, es la irrupción de la tecnología en todos los ámbitos, como punto clave para potenciar desde procesos internos hasta la interacción con los clientes. Otro tema importante es la evaluación del impacto de los negocios, no solo en cuanto a aspectos económicos, sino también con relación al ámbito social y ambiental. La sustentabilidad se puso de manifiesto como requisito esencial para definir el propósito de las compañías y las estrategias de negocio. Como respuesta, se logra mayor reconocimiento de sus clientes que se sienten más atraídos por aquellas compañías que se muestran comprometidas con el respeto hacia el medio ambiente, la innovación de sus productos, el desarrollo y el bienestar de las personas, y con la transparencia de sus órganos de Gobierno.
Olivia
Habilidades necesarias
Alberto Bethke, socio y CEO
Los nuevos desafíos de la consultoría tienen que ver con la sofisticación de la demanda de los clientes, que cada vez enfrentan retos más complejos que no se cubren con viejas recetas.
Estas demandas de los clientes cambiaron y cada vez más tienen que ver con la cultura de la organización. Y la mayor resistencia contra la cual hay que trabajar es la búsqueda de una certeza; porque esta certeza no existe más.
La mayoría de las organizaciones está centrada en pensar el destino, pero debería estar más centrada en desarrollar las habilidades que se necesitan hoy para llegar al destino.
Una de las claves de la consultoría será poder ofrecer un servicio de disponibilidad a través de la virtualidad, la eliminación de las fronteras y la creatividad en soluciones personalizadas, dado que estamos ante el fin de la consultoría como commodity.
El rol de la consultoría hoy es, entonces, una asesoría de confianza y más comprometida, con una ponderación distinta del valor que estos aspectos tienen, que ya deja de ser solo cuestión de costos.
Ghidini Rodil
Comprender al nuevo ser humano
Diego Ghidini Founder & Partner
Consultar, interna o externamente, implica proveer ayuda para resolver incógnitas, para elegir alternativas u optar por caminos diversos. En situaciones de riesgo es un ejercicio profesional valioso y útil, pero siempre azaroso ya que, aunque se conozcan las probabilidades de ocurrencia de los futuros, estos son imaginados y pueden no concretarse.
En épocas de incertidumbre extrema, es crucial entender que los retos son otros. El ejercicio se torna mucho más aleatorio e irracional ya que no se puede asegurar probabilidad a la ocurrencia de esos dados futuros. La pandemia y sus misteriosas variables han transformado el escenario original real donde se operaba en consultoría en un entorno sin aristas visibles conocidas de donde asirse. Es casi un juego mágico predecir su evolución y, por lo tanto, la de quienes pretendemos trabajar en este nuevo contexto.
La consultoría deberá tratar de entender primero las nuevas reglas del juego e identificar quiénes deben ser los destinatarios de su asistencia, en qué asistirlos y cómo. Hoy, nuestro ejercicio debiera orientarse a trabajar con lo conocido y las novedades concretas que ya han emergido. Una de ellas, el ser humano y sus nuevos paradigmas.
El ser humano es una variable que ha cambiado en su esencia y perspectiva. No somos los mismos que hace un año, tenemos el sentido de final mucho más palpable y nuestros planes de mediano y largo plazo están bajo la mira. Por lo tanto, será clave entender mejor al nuevo ser humano; no creer que nos robotizaremos totalmente; y aceptar que no seremos autónomos e independientes ni aves solitarias.
Se demandará una mejor comprensión de las necesidades individuales y de las interacciones personales.
Se funcionará de manera más independiente, casi por fuerza mayor, pero también se demandará pertenecer.
La tarea de crear vínculos virtuosos en sanidad psico–física será una responsabilidad esencial. La escucha, la comprensión y la respuesta virtual y presencial serán vitales, pero claramente distintas, ergo, los sistemas de comunicación tendrán que redefinirse y quizás reinventarse.
El corto plazo será el actor principal por lo menos por un par de años o hasta que se asimile el alcance, la dimensión y el control de este proceso pandémico inédito. Se perciben hoy algunos conceptos que asoman como definitivos, pero no creemos que lo sean tanto. Los modelos a consolidar tendrán que equilibrar mejor lo virtual y lo presencial.
La gestión de consultoría deberá centrarse en integrar mucho más equilibradamente los procesos con las personas, el negocio con los consumidores y a las empresas con sus competidores. El eje será siempre “las personas”.
Deloitte
Liderazgo proactivo
María Inés Del Gener, CEO de Deloitte Marketplace Cono Sur
La pandemia del Covid–19 sirvió para reescribir las reglas de las organizaciones. Aquellos que lideramos cualquier organización, desde corporaciones hasta instituciones y nuestras propias familias, no estamos arreglando el avión en el aire, lo estamos construyendo. Tiempos como estos necesitan líderes que sean resilientes frente a incertidumbres tan dramáticas.
En la medida en que avancemos en la fase de recuperación ante la crisis, los consultores deberán acompañar a esos líderes resilientes para que reconozcan y refuercen los cambios críticos, llevando a las organizaciones desde una mentalidad de respuesta inmediata a una para la transformación hacia el futuro.
Es fundamental ayudar a percibir de qué manera los cambios importantes en el mercado y en la sociedad, relacionados con la pandemia, han causado incertidumbres sustanciales. Identificarlos para que sean navegados y aprovechados como una oportunidad para crecer y transformarse. El liderazgo requiere un apoyo aún mayor para identificar las preguntas adecuadas y sus posibles respuestas.
Un acompañamiento crítico a los líderes comienza por anticipar cómo se verá el éxito al final de la recuperación (cómo prosperará su negocio a largo plazo) para luego guiar a las organizaciones a que desarrollen un conjunto de sprints ágiles que les permitirá llegar a los objetivos propuestos. Los cambios en las organizaciones serán significativos y se deberá convencer a los equipos de sumarse.
La actitud de liderazgo será crítica y deberá pasar de un modo reactivo a un modo proactivo que anticipe cómo reinventar la organización. Para esto, los líderes deben aprovechar la oportunidad de dinamizar a sus equipos imaginando un futuro exitoso y generando la confianza como catalizador para llegar a las metas propuestas.
Randstad
Navegar sin GPS
Alejandro Servide, director de Professionals y RPO
En Argentina acumulamos varios años en los que no ha habido generación de empleo privado sostenido y si bien tampoco se han dado procesos de destrucción significativa de puestos de trabajo, el nivel de empleo registrado viene decreciendo casi por “goteo”, erosionado por posiciones que quedan vacantes y no se cubren y decisiones de contratación que quedan en stand by a la espera de mejores condiciones de la economía que parecieran no llegar nunca. A esto, hay que sumarle la llegada de la pandemia que se llevó puestas todas las expectativas que teníamos para 2020.
Aprendimos a adaptarnos a contextos extremos y pusimos a prueba la resiliencia como nunca antes. El mundo entró en reseteo y reconfiguración y no tenemos aún certezas sobre lo que nos espera en el corto y mediano plazo, pero todo indica que algunas cosas nunca volverán a ser como antes.
En este contexto, no hay dudas de que la capacidad de adaptación, de anticipación a las necesidades del mercado, ayudar a clientes y candidatos a navegar sin GPS son los grandes desafíos a los que nos enfrentamos en la práctica de consultoría en Recursos Humanos. Hoy los clientes necesitan mayor velocidad en las respuestas y mayor flexibilidad para adaptarse a entornos cambiantes. Buscan valor agregado, que seamos sus socios estratégicos, estar cerca y ser capaces de ver más allá de la coyuntura. Guiar a las organizaciones en medio de esta incertidumbre que llegó para quedarse y ayudarlas a ser eficientes en la captación y gestión del talento, porque si hay algo que no está en duda, es que se vienen tiempos de talento. Serán tiempos en los que la capacidad de las organizaciones para hacer frente a la adversidad pospandemia dependerá, en gran medida, de su fuente de talento”.
Paradigma
Compromiso, objetividad y cercanía
Luis D. Bendersky, CEO and CO–Founder
La pandemia generó cambios coyunturales y muchos llegaron para quedarse. La lucha por la supervivencia para algunos; la evolución o revolución para otros. Varios proyectos se pospusieron y otros tantos se potenciaron. Surgieron nuevas problemáticas y oportunidades.
Hoy, la agenda de los líderes necesita balancear el actuar y el pensar; planear continua y adaptativamente; repensar las experiencias del cliente y nuevos go to market; rediseñar las operaciones y el supply chain; hiper–acelerar la transformación digital impulsando el insight y el data management, y redefinir las variables de gestión.
La transformación en los modelos de negocio se acelera: se expande el e-commerce, cambia la configuración de la presencia territorial de las marcas y se “refuncionalizan” las redes. Las empresas toman medidas y modifican sus espacios para poder recibir a sus trabajadores: workforce y workplace aparecen como práctica básica.
Para la consultoría, la esencia es la misma: entender al cliente y su circunstancia, generar resultados a medida, tangibles y perdurables, trabajar en forma conjunta y “codo a codo”. Compromiso, objetividad y cercanía.
Foco en resultados, velocidad de concreción, “goles rápidos y continuos”, innovación en algún caso y no inventar el agua tibia en otro; adaptar lo que se tiene o se sabe.
La tecnología ya es un componente indivisible de cualquier transformación, y la adopción y el cambio cultural dejaron de ser un nice to have.
Son momentos de enfocarse en poner en práctica una cultura más ágil, fomentar un aprendizaje permanente, desarrollar competencias claves, capitalizar relaciones y dinámicas de trabajo, y extremar la importancia que se le da al triple impacto y la sustentabilidad. Hay que escribir el guion mientras avanza el rodaje y ser los protagonistas del filme.
Whalecom
Revisión de procesos
Gonzalo Rossi, CEO
En este contexto de pandemia notamos un cambio importante en la demanda de las organizaciones. En un principio hubo un “stop” pero con el correr del tiempo surgieron necesidades, todas prexistentes pero que escalaron en el orden de prioridades de los equipos directivos
En nuestras áreas de expertise, temas como “Seguridad psicológica”, “Safety”, “Digitalización de procesos”, “Liderazgo ágil” y “Engagement” fueron algunas de las demandas principales.
Muchas empresas están apoyando a sus líderes con espacios que permitan canalizar los desafíos que enfrentan en un contexto de negocios desafiado no solo por el mercado sino por la virtualidad en algunos casos. En otros por la inevitabilidad de detener la operación, que hizo que muchos colaboradores tengan que seguir trabajando con el impacto que esto tiene en términos de riesgos en la salud propia y de sus círculos más cercanos, dado en principio por el simple hecho de tener que circular cotidianamente.
Esta combinación de factores impacta sin duda en la seguridad psicológica tanto de líderes como de colaboradores y tiene un impacto en la productividad, compromiso y colaboración y en la seguridad física derivada de tener que ejecutar tareas no solo desde un estado mental, “desenfocado” por el contexto; sino también por la inclusión de nuevos protocolos que inciden en el proceso natural de trabajo.
Es aquí donde las prácticas de “Safety” están incluyendo una mirada de gestión del cambio y de neurociencias y tecnologías aplicadas para consolidar la cultura de seguridad en las empresas. Y algo similar ocurre en torno a los procesos de digitalización, en los que la tecnología en sí misma no genera el cambio si no que se invierte en las personas con el mismo peso.
Asimismo, surgen necesidades de acompañamientos metodológicos en lo que hace al trabajo remoto, desde entrenar líderes en técnicas de interacción remotas, como en la reconfiguración que demanda generar compromiso y hasta el acompañamiento a muchas organizaciones a repensar sus didácticas educativas para un contexto virtual, lo cual no solo demanda un nuevo set de conocimientos sobre educación y tecnologías aplicadas.
Estas “no tan nuevas” formas de trabajo, pero si aceleradas por el contexto pandémico, han forzado a revisar otros procesos, como políticas de localización y viáticos, procesos de gestión de talento, reconocimiento que impacta en los procesos claves de gestión del talento y que hace que muchas empresas estén contratando consultoría para proyectarse a esta nueva normalidad.
Mercer
Socios estratégicos
Cecilia Giordano, CEO
En un tiempo de incertidumbre como el actual, en Mercer estamos convencidos de que hoy los consultores deben convertirse en socios estratégicos, ser verdaderos asesores de sus clientes con la necesidad de una mirada distinta, una perspectiva que permita ver las áreas ocultas para lograr grandes transformaciones desde lo individual y desde lo organizacional. Desde lo individual, nuestros puestos de trabajo se destruirán, se automatizarán total o parcialmente. Es decir, la única certeza es que la transformación está en marcha y es irreversible. Desde lo organizacional la pandemia aceleró la transformación digital de nuestros negocios y por ello la capacidad de reinvención es clave. Es por eso que, en este contexto, se necesitan consultores que desafíen la forma de ver las oportunidades, transformen la manera de hacer los negocios y ayuden a adaptar las nuevas habilidades para que las organizaciones logren volverse relevantes para sus clientes, proveedores, accionistas y colaboradores en el siglo 21.
Estamos viviendo un momento histórico para la humanidad, en el que confluyen y se combinan cambios vertiginosos: se ha alcanzado una mayor expectativa de vida de las personas y esto da como resultado la convivencia de varias generaciones en un mismo ambiente de trabajo. Por otro lado, desde el aspecto laboral y profesional, la inserción de la mujer en posiciones de poder y liderazgo ha producido una gran transformación. Todos estos cambios han logrado un gran impacto en el bienestar y aprendizaje a lo largo de la vida, acompañado de la enorme revolución generada por la tecnología, provocando un cambio de paradigma y modificando la forma en que las personas se relacionan, viven y trabajan.
Seidor Argentina
El imperativo de la agilidad
Lucas Dubini, director Servicios Profesionales Pyme
El principal reto es, sin duda, continuar con los procesos de digitalización a pesar de las circunstancias. Las empresas deben ser agiles, desafiarse y replantear constantemente si su modelo sigue siendo competitivo. Sin digitalización no hay información, y sin información no hay decisión posible.
Los nuevos modelos de negocios exigen un nivel de inteligencia de negocios que, más allá de la incertidumbre, debe abordarse.
En nuestro caso, por ejemplo, pudimos demostrar que la consultoría puede realizarse en forma completamente remota. Si bien al principio todos debimos adaptarnos, hoy vemos las ventajas del modelo.
En cuanto a las tendencias que se perfilan en el sector, el uso de metodologías ágiles llegó para quedarse y entendemos es la única forma de abordar proyectos de manera eficiente. Aquellos que no adapten sus metodologías a las nuevas realidades perderán en competitividad y pondrán en riesgo la continuidad del negocio.
El uso de herramientas innovadoras para implementaciones, capacitaciones y soporte remoto será muy valorado por los clientes. Hay muchas nuevas tecnologías que, combinadas a un proyecto de implementación o de servicio de atención al cliente, pueden aportar un alto valor. Plataformas de e–learning, soporte automatizado con bots y asistentes virtuales apalancados en machine learning ya son accesibles a todos.
Notamos que ya queda poco de la resistencia del pasado y que las empresas adoptan cada vez más el concepto de implementación de sistemas estándar sobre los personalizados, para ser ágiles para adaptarse tantas veces como su ecosistema se lo requiera.
En cuanto a las demandas, las empresas han tomado conciencia del concepto de que el cliente debe elegirlos en cada interacción y deben proveerles una mejor experiencia, que los fidelice y les permita hacer upselling, independientemente del rubro, bien o servicio de que se trate. Vemos también muchos pedidos referentes a la mejora logística, su control y aceleración.
Finalmente, la demanda de información, que nunca pasará de moda. Contar con tableros de gestión por área ya es una obviedad; debemos enriquecerlos e integrar los sistemas con las máquinas en las industrias y con sistemas complementarios en aquellas empresas relacionadas con servicios.
Boston Consulting Group – BCG
Ayudar a visualizar escenarios
Gustavo Nieponice, Managing Director & Senior Partner
En un mundo con alto nivel de incertidumbre, atravesado por una pandemia, desafíos económicos, tensiones políticas, temas de desigualdad y problemas raciales, es necesario observar estas variables que influyen en la gestión y colocan a los líderes de las empresas ante un gran reto. Los cambios de liderazgo en los distintos sectores son cada vez más frecuentes y sostener la ventaja competitiva es más difícil. En este contexto, los líderes necesitan ayuda para navegarlo. De esta manera el verdadero rol de las consultoras es ser navegadores que ayuden a visualizar los escenarios y que contribuyan a identificar cuáles son las tendencias que pueden afectar al negocio. Es decir, intervenir para preparar a la organización a abordar estos retos.
Tenemos que ser capaces de reinventarnos periódicamente para poder ayudar a nuestros clientes. El desafío es cómo mantenernos a la vanguardia. Para ser efectivos hay que tener escala, con un conjunto amplio de capacidades y un footprint global (debido a que hay más clientes que tienen negocios globales) para ayudarlos en las distintas geografías.
Desde BCG observamos que las consultoras que sean capaces de reinventarse, crear nuevos modelos de negocio con muchos clientes, incorporar mejor talento especializado y crear una propuesta de valor atractiva para la gente serán las que tendrán una ventaja competitiva.
Bumeran
Entender los problemas actuales
Nicolás Rocha, director Regional de Bumeran Selecta
Tal como sucede en otros sectores, en el universo de la consultoría se ve una marcada orientación al cliente en el día a día. Las compañías de consultoría están intentando entender la situación actual de sus clientes para, a partir de ahí, colaborar con su desarrollo. Sabemos todos que el momento actual presenta muchos desafíos y bastante incertidumbre, por lo cual, desde nuestro sector, es fundamental poder entender y buscar las mejores soluciones a los problemas actuales.
Sin embargo, en esta búsqueda de poner a los clientes en el centro, de tratar de guiarlos en la resolución de las problemáticas del presente, surgen ciertas resistencias. Las mismas están relacionadas con el miedo a cambiar y la incertidumbre que eso genera. De todas formas, la pandemia y el confinamiento decretado a partir de ella hicieron que el cambio no sea una opción, sino una necesidad, y exigió dejar de lado estas resistencias.
En este marco, el rol de la consultoría hoy ya no es el que era. Pasa a ser fundamental para colaborar y asesorar en los planes a futuro que tiene la empresa: no solo en saber hacia dónde se quiere ir, sino también en su implementación. El mundo nos demostró que el cambio es necesario, pero que hay que estar preparado para definirlo e implementarlo. Y, por ello, el rol del consultor especializado es necesario e imprescindible.
GlobalLogic
Una guía hacia lo digital
Juan Bello, Business Head para Latinoamérica
El Covid–19 trajo consigo una obligada aceleración hacia lo digital. En lo que respecta a consultoría IT, se ha trabajado muy fuerte en ayudar a los clientes para crear nuevas experiencias de usuarios y acortar la brecha entre las expectativas de usabilidad y aceleración de los procesos de transformación del negocio que en muchos casos se habían iniciado.
Este nuevo contexto exige la creación de soluciones digitales, desde el diseño estratégico hasta la puesta en marcha, con metodologías ágiles, foco en el diseño y en la experiencia de usuario, utilizando arquitecturas modernas para todas las plataformas. Hoy son esas las capacidades más demandadas.
A la hora de implementar cambios necesarios en las compañías muchos clientes muestran ciertas resistencias mayormente culturales y muchas veces no conscientes, sino más vinculadas a la tendencia a abrazarse a recetas conocidas en momentos de incertidumbre. No obstante, los resultados de trabajar con un ADN más “digital”, uniendo diseño, agilidad y DevOps, son tangibles y las resistencias van allanándose. La necesidad de cambiar y reinventarse para que el negocio prospere es evidente y para ello es necesario embarcarse en la transformación digital del producto y de la compañía en general.
En este contexto, empresas como GlobalLogic tienen el rol de ayudar a sus clientes a cristalizar su visión. Debemos aportar el know how necesario, no solo en las tecnologías, sino en las técnicas necesarias para crear nuevos productos, desde su diseño estratégico hasta la evolución de un producto que por definición es una criatura viva. Ya no hablamos de proyectos para ayudar al negocio, sino de productos digitales que son centrales para la ejecución de esos negocios y el rol de una empresa como la nuestra es aportar ese conocimiento de gestionar productos digitales durante todo el ciclo de vida.
Grupo Gestión
Cercanía con los clientes
Julieta Prada, gerenta de Comunicaciones Corporativas y Marketing
En términos de tendencias, el corto plazo se afianzará aún más la digitalización de muchos procesos entre los que se destacan las video-entrevistas y video-presentaciones, las capacitaciones, así como los recibos de sueldo digitales. En esta línea, está claro que el teletrabajo llegó para quedarse y que, cuando la situación sanitaria lo permita, se instalará un esquema mixto en aquellas empresas que por su operación puedan hacerlo.
En cuanto al mercado laboral, registramos que sectores como Salud y Retail, especialmente impulsado por el e–commerce, han tenido un crecimiento significativo y estimamos que esta tendencia se consolidará, generando más oportunidades de empleo.
El año 2020 será recordado como bisagra. Las necesidades de nuestros clientes se transformaron y encontramos en nuestra capacidad de flexibilidad y agilidad para adaptarnos la mejor manera de acompañarlos. Además de solicitudes habituales, las demandas estuvieron enfocadas en cubrir puestos en Logística y Distribución para dar respuesta al pico de demanda producto del crecimiento del e–commerce. La situación sanitaria también ha creado nuevas oportunidades para diferentes áreas relacionadas a la salud, como centros médicos y hospitales, laboratorios de análisis clínicos y productores de fármacos. A la fecha, ya hemos empleado a más de 1.000 trabajadores para este sector, entre profesionales y técnicos especializados, y estimamos que en 2021 esta tendencia seguirá creciendo.
Otra tendencia que surgió ha sido que las empresas comenzaron a requerir con más frecuencia que los candidatos vivieran cerca de sus oficinas o instalaciones para reducir las posibilidades de contagio en los traslados al trabajo.
Frente a estos nuevos requerimientos, la consultoría tiene el propósito de acompañar a los clientes y dar respuestas relevantes y eficientes a sus distintas necesidades para que estos puedan externalizar tareas administrativas y operativas, y enfocarse en las áreas estratégicas de su negocio.
Hoy más que nunca las empresas que brindamos servicios debemos estar más cerca de nuestros clientes y preparadas para brindar soluciones con agilidad, adaptándonos a escenarios y necesidades cambiantes.
Grupo Datco
Constante adaptación
Verónica Martínez, presidenta
Al igual que todas las empresas, a partir del 20 de marzo, producto de la pandemia, debimos adaptarnos a condiciones de trabajo excepcionales y armar planes de contingencia para poder afrontar la continuidad de nuestras operaciones en forma virtual, poniendo siempre en primer lugar la salud de nuestros equipos. En nuestro rubro en particular, la demanda creció exponencialmente y puso en evidencia la brecha digital entre las distintas empresas. Muchas organizaciones no estaban preparadas para el trabajo remoto y se acercaron a nosotros en busca de ayuda para poner en marcha una transformación digital que ya no podía esperar más. VPN colapsadas, migración de servicios a la nube, reingeniería de procesos, planes integrales de ciberseguridad y resguardo de datos fueron los tópicos más recurrentes sobre los que trabajamos en los primeros meses de pandemia.
La crisis sanitaria aceleró la transformación digital de las compañías y cambió el paradigma respecto al trabajo remoto. Muchos equipos demostraron ser más productivos y eficientes trabajando a distancia y, en nuestro caso, posibilitó la asignación regional de consultores para un mismo proyecto con resultados muy positivos. La necesidad de adaptar procesos de trabajo o la búsqueda de reducción de costos y pasando del data center a la nube y de los OPEX al modelo de suscripción, motorizaron muchos proyectos de IT que pudieron llevarse adelante íntegramente de manera remota.
Analítica de Big Data, soluciones de colaboración y productividad, realidad aumentada, conectividad, aplicaciones de gestión del talento están motorizando implementaciones de grandes proyectos de IT que requieren consultoría de alta especialización. El desafío está en seguir adaptándonos a los tiempos que corren, con agilidad y poniendo en valor nuestro principal diferencial: la amplia experiencia en la consultoría multi-proveedor, asociada a las plataformas de los vendors más importantes de tecnología a escala global.
ABECEB
Lógica innovadora
Mariana Camino, socia y CEO
A partir de la pandemia, las principales tendencias que se perfilan en nuestro sector son la digitalización de los procesos productivos, el teletrabajo y un cambio de cultura en el mundo de los negocios con un común denominador que potencia al cliente en el centro del ecosistema. A partir de este nuevo escenario, el cliente posee nuevas preferencias que van evolucionando de manera constante y nos interpela a modificar nuestros servicios de manera integral y continua para acompañarlos en esta compleja transición.
Frente a ello, las principales “resistencias” a la hora de implementar cambios necesarios en las compañías son la caída de la demanda y las extensas restricciones dispuestas por la pandemia, sumado a la incertidumbre económica y el deterioro del marco institucional. En el caso de las resistencias en las empresas, se percibe una disrupción que obliga a innovar procesos y no todos los actores poseen la misma dinámica. Es necesario acompañar ese proceso comprendiendo las etapas de cada uno de los protagonistas. Nos encontramos ante una rápida adaptación al proceso de cambio y las empresas deben impulsar un modelo operacional que les permita generar un nuevo equilibrio, sosteniendo la producción necesaria y apuntando a interpretar el nuevo perfil del consumidor. Entender qué cambia y hacerlo basado en la cultura ágil es el principal desafío que atravesamos hoy en las consultoras.
El proceso de la pandemia fue absolutamente disruptivo y nos demostró que debemos estar preparados para un desafío evolutivo, dinámico y permanente que genera oportunidades, grandes riesgos y, sobre todo, una lógica absolutamente innovadora en el ambiente de negocios. En este contexto, el rol clave de la consultoría es el de acompañar a las empresas en el proceso de adopción a las nuevas tecnologías y a comprender el cambio cultural. Al mismo tiempo, debemos asumir un rol estratégico que nos permita entender cómo ayudar al management a interpretar correctamente los nuevos escenarios de cambios, a contener la incertidumbre y, junto al cliente, a encarar los desafíos de un contexto que aún se está delineando y que presenta más incertidumbres que certezas.
Nubiral
Salir de la zona de confort
Santiago Farfallini, Service Manager
El rol de la consultoría sigue siendo el mismo: brindar asesoramiento certero y personalizado. Y en particular, en el mundo de la tecnología, los cambios continúan siendo rápidos y resulta esencial estar actualizado.
La transformación digital tiene varios aspectos. Disminuir al máximo los registros en papel es el paso inicial. El siguiente sería contar con el software necesario para operar las distintas áreas y, un aspecto aún hoy desafiante, unificar la fuente de información para obtener reportes, tableros de control y métricas. En simultáneo, aparecen otras necesidades como la seguridad de la información, velocidad, disponibilidad de recursos y resguardo de la información. La agilidad, la nube y la unificación del desarrollo y operación es una tendencia instalada y en boga.
Por su parte, los desafíos en vías de consolidarse son los relacionados al análisis de la información a gran escala –Big Data–, obtenida desde múltiples fuentes digitales –Data Lakes– para tener no solo estadísticas descriptivas sino también inferenciales y predictivas. Inteligencia artificial y machine learning son el norte al cual parece dirigirse la transformación y el futuro de los negocios.
Claro que hay resistencia al cambio. Los seres humanos somos animales de costumbres. Una vez que aprendemos algo, repetimos ese método y cuanto más lo hacemos más se fija, lo que nos hace reticentes al cambio. En el mundo IT, por dar un ejemplo, abandonar la tranquilidad de la cultura On Premise y encarar una migración a la nube representa salir de esa zona de confort. Implica una ruptura en las costumbres, aprendizaje, capacitación, reeducación y la generación de un nuevo sendero neuronal, pero a nivel organizaciones.
En Nubiral creemos que la cultura innovadora debe ser parte de nuestro ADN. Una buena estrategia, de la mano de especialistas, repercute positivamente en el desarrollo económico del negocio. Pero, para eso, es fundamental que las personas tengan la iniciativa de querer transformarse para no desaparecer.
Edison
Proyectos cortos y flexibles
Ricardo Hernández, CEO y fundador
El propósito de la consultoría es brindar conocimientos y experiencia especializada en determinadas áreas a los clientes, para que ellos puedan enfocarse en los aspectos decisivos y estratégicos de su negocio. El contexto de incertidumbre que estamos viviendo hace más desafiante poder estar un paso adelante y garantizar la previsibilidad que los clientes buscan en nuestros servicios.
Como tendencia, el mercado tiene más necesidad de innovar de forma rápida, lo que genera un auge de proyectos cortos y que se realizan completamente de forma remota, con un marcado sesgo de mejorar la productividad y bajar los costos. Los presupuestos flexibles también forman parte de esta tendencia.
Hubo un cambio muy importante en lo referente a la forma de trabajar que continuará, a nuestro entender, durante el próximo año. Hoy más que nunca los clientes se apoyan en las consultoras en las que confían, generando una comunión más sólida entre las empresas. La adaptación al cambio y la flexibilidad a la hora de armar soluciones es algo que llegó para quedarse.
La pandemia cambió las prioridades de todos. En nuestros clientes, notamos que impulsó la demanda por optimizar la mayor cantidad de tareas posibles, al punto que un relevamiento propio reveló que 8 de cada 10 empresas ya han definido o asignado presupuesto para digitalizar sus procesos con impacto financiero antes de que termine 2020. La tendencia incluye a industrias y sectores tan diversos como seguros, banca y alimentos. Este análisis nos demostró que los planes de transformación digital solían estar enfocados en las áreas de atención al cliente y ventas mientras que ahora abarcan a logística, compras, ventas, administración y finanzas. El contexto también aumentó significativamente la inversión en proyectos de capacitación del personal completamente a distancia.
Por otra parte, muchas veces las empresas se resisten al cambio porque no tienen la información necesaria para cuantificar cuánto tiempo, dinero o recursos están perdiendo por no implementar las medidas de transformación que necesitan. En este sentido, soluciones como Process Mining brindan gran valor al analizar en detalle los procesos para identificar qué está fallando y donde hay oportunidades de mejora y automatización.