Fue afortunado que Mercado cumpliera 50 años en agosto del año pasado. Pudo celebrar por todo lo alto. Esta vez es distinto: el 51 aniversario de la publicación decana en el campo del periodismo económico y de negocios, ocurre en un contexto inédito, como lo revela el título central: “hay que resetear todo”.
De distinto signo que el anterior, este nuevo aniversario tampoco será olvidado. Es en el año de la pandemia.
Un inmenso grado de disrupción afecta a todas las empresas del planeta. Muchas de ellas enfrentan pérdidas devastadoras, fracturas en las líneas de suministro, y serios problemas de liquidez y solvencia.
Se avizoran cambios significativos en el comportamiento y preferencia de los clientes, nuevos marcos regulatorios, diferentes maneras de trabajar y una distinta batería de ideas y acciones gerenciales para imprimirle otra tónica al management.
Sin embargo, si hubiera que resumir en una frase la mayor controversia ideológica desde hace dos siglos, sería así: el Estado contra el mercado. Y sus derivados: más Estado, menos mercado; o bien, más mercado y menos Estado. La meta sería lograr alguna síntesis entre los dos términos de la ecuación.
La actual crisis global ha despertado un sentimiento adormecido: reinventar la economía de mercado y refundar el capitalismo.
La pandemia (y sus efectos) no tiene precedentes en la historia de la humanidad. Hubo plagas terribles que asolaron diversos países. Pero nunca esta simultaneidad y gravedad en todo el planeta.
Por ello, la Portada de esta edición (se desarrolla a partir de la página 17) se ocupa in extenso de todos los grandes temas involucrados en 12 capítulos que en total, ocupan la mitad de esta edición.
Cada uno de ellos cubre un campo bien definido y de interés central para el campo de la economía y los negocios. Ellos son: el mundo, la tecnología, la sociedad, la educación, la geopolítica, las ideas, el capitalismo, la empresa, los negocios, el management, el marketing, y el talento y los recursos humanos.
El otro gran tema que nos ocupa en esta edición es una investigación sobre “las mujeres en los directorios de las 1.000 empresas que más venden (a partir de la página 117). Es el tercer año que hacemos este trabajo, como parte del intrincado camino hacia la diversidad.
Los datos que surgen reafirman una situación de inequidad ya conocida. De los 4.222 miembros que componen este colectivo de 1.000 directorios, solo 430 son mujeres (10,18%). Las presidencias están ejercidas por hombres en el 95% de las compañías.
La nueva realidad
Hay un ejercicio que se repite en todo el planeta con diferentes grados de comprensión y de imaginación. Los gobiernos se movilizan para proteger a sus ciudadanos y gestionar el derrumbe de la economía. Los líderes empresariales tratan de preservar a sus recursos humanos y de desarrollar resiliencia para enfrentar lo que venga.
Hay que manejar la nueva realidad, pero simultáneamente poner foco en una agenda distinta que apunte a lo que se sospecha que vendrá.
La primera consecuencia del nuevo estado de situación es que empresas y empresarios están concentrados en repensar cómo habrán de operar en todas y cada una de las áreas de la actividad. Por ejemplo, cómo se alimenta a las cadenas de suministro, cómo se fijan los precios a partir de ahora, cómo se abordan las ventas, y cómo se provee ciberseguridad.
Ninguna empresa quedará exenta de este proceso. De una u otra manera serán afectadas. En algunos casos, es la propia supervivencia lo que está en juego.
Como se refleja en la sección Aniversario (página 4), “los temores, desafíos e incertidumbre creados por la globalización, el cambio climático, y la hegemonía de los grandes nombres en el campo tecnológico han alentado el recelo de la gente hacia las empresas en general. Pero hacia las más gigantescas, en particular. La reacción es la demanda de mayor regulación y cambios profundos en el gobierno de las empresas. Son temas que nos ocuparán intensamente en los próximos tiempos”.
En cuanto al futuro –veremos en agosto de 2021 cuando celebremos el aniversario 52– la única certeza es que casi nada volverá a ser como era a principios de este año. Y esa es la única certidumbre. Lo demás son teorías y opiniones. Pero, así como nadie previno la pandemia, nadie puede estar seguro de los pronósticos.
¿Se repetirá la virulencia de la plaga o ésta solo ha sido un preaviso, un anuncio de la próxima catástrofe de salud que acecha a la humanidad? ¿O es que el nuevo desafío será el cambio climático o el nivel de desigualdad que imperará en la nueva sociedad?